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La crisis del euro

Francia y Alemania hacen frente común en el rechazo a los eurobonos

Merkel atrae a Sarkozy en su cruzada contra la propuesta de crear una agencia europea de deuda y de aumentar la dotación del fondo de rescate del euro

Antonio Jiménez Barca

El presidente Nicolas Sarkozy y la canciller Angela Merkel dieron ayer cuenta del estrecho entendimiento que une a los dos pesos pesados de la economía europea al rechazar tajante y conjuntamente la emisión de eurobonos.

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El presidente Nicolas Sarkozy y la canciller Angela Merkel dieron ayer cuenta del estrecho entendimiento que une a los dos pesos pesados de la economía europea al rechazar tajante y conjuntamente la emisión de eurobonos propuesta del presidente de los ministros de Finanzas del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker y el titular italiano, Giulio Tremonti. Tampoco aceptan aumentar el fondo europeo de rescate para países con dificultades, propuesta del Fondo Monetario Internacional.

Este frente común deja patente la posición germano-francesa ante la decisiva cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas la semana próxima. En ese Consejo Europeo se ha de decidir el mecanismo de rescate para países en dificultades que sustituirá al actual, vigente hasta 2013. La creación de una agencia europea, propuesta por Juncker y Tremonti, tiene la aspiración de suceder al fondo actual y su propósito sería emitir eurobonos por hasta un 40% del PIB.

Tras la celebración del decimotercer Consejo de Ministros conjunto, que se llevó a cabo en la ciudad alemana de Friburgo, los dos líderes políticos comparecieron para dejar patente que Francia apoya a Alemania en el rechazo a estas propuestas. El encuentro es secuela del mantenido en la ciudad francesa de Deauville hace unas semanas y que desencadenó el último episodio de inestabilidad en los mercados que concluyó con el rescate de Irlanda. Entonces Merkel y Sarkozy abordaron el espinoso asunto de la participación privada en el mecanismo de rescate. Es decir, la posibilidad de que los tenedores de deuda de países insolventes asumieran parte del coste del rescate en el futuro.

Sarkozy tiene muy clara su oposición actual a los eurobonos; esto es, a la idea de lanzar en un futuro títulos de deuda comunes a la eurozona para evitar situaciones como la actual, en la que países atacados por los mercados como Grecia, Irlanda, España y Portugal deben pagar intereses muy altos para colocar su propia deuda.

"No estoy muy seguro de que los ciudadanos franceses y alemanes estén muy contentos si la señora Merkel y yo decidimos que la deuda de toda Europa se comparta, sobre todo cuando no hay armonización en otros campos. No debemos poner la carreta delante de los bueyes", aseguró el presidente francés. Y Merkel añadió: "No estoy convencida de que el hecho de compartir los tipos de interés y los riesgos nos ayude desde el punto de vista estructural".

A la oposición de Merkel a estos eurobonos Juncker respondió con el calificativo de "simplista" y "antieuropea" dirigido a la canciller. El presidente Sarkozy salió ayer al paso de estas críticas, dando la cara por la dirigente alemana: "Alemania y Francia han demostrado su solidaridad europea y no pienso que nadie nos tenga que venir a dar lecciones sobre esa materia". Ambos se quejaron de que no habían sido informados con anterioridad de la propuesta y aprovecharon para hacer una encendida defensa del euro, por si las dudas.

El otro frente de rechazo que une a Merkel y Sarkozy es la propuesta del director gerente del Fondo Monetario Internacional, el francés Dominique Strauss-Khan, de aumentar el actual fondo de rescate, que en la actualidad está dotado con 750.000 millones de euros (440.000 millones proceden de los países de la eurozona, 250.000 del FMI y el resto del presupuesto de la UE), para ayudar a Estados con dificultades. Mientras la creación de la agencia europea de deuda sería para sustituir al actual fondo de rescate, la ampliación de este debía ser inmediata, a juicio del FMI.

El organismo no hizo ninguna referencia a países en concreto, pero el tamaño de este fondo aumentado -que llegaría hasta los 1,5 billones de euros- apuntaría a posibles rescates de economías grandes como Italia o España.

Alemania también se opuso a esta idea, alegando que no veía ninguna razón para engordar el fondo, ya de por sí muy impopular en ese país. Ayer, en Friburgo, Merkel volvió a repetirlo y Sarkozy se sumó a su razonamiento. El argumento de ambos es que los países deben ser rigurosos en sus finanzas públicas y no hay que lanzar mensajes equívocos en este sentido.

Merkel insistió en que no hay ninguna razón para el aumento el fondo porque ya cuenta con recursos sobrados para acudir en ayuda de los dos únicos países que hasta ahora lo han solicitado esto es, Grecia (110.000 millones) e Irlanda (85.000 millones). Sarkozy estuvo de acuerdo.

Antes había afirmado que la confianza y la amistad entre él y la dirigente alemana "crece a cada paso". Pruebas de esta amistad renovada han sido la inauguración de un nuevo puente ferroviario que cruza el Rhin, entre Estrasburgo y Khel y el acuartelamiento, también desde ayer, por primera vez desde 1945, de un destacamento militar en suelo francés, también en Estrasburgo.

Merkel y Sarkozy ante un puesto de comida en la ciudad alemana de Friburgo, tras el encuentro que mantuvieron ayer.
Merkel y Sarkozy ante un puesto de comida en la ciudad alemana de Friburgo, tras el encuentro que mantuvieron ayer.REUTERS

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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