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El Gobierno británico pacta con los bancos limitar los bonus

El acuerdo con las principales entidades del país incluye un compromiso para dar más créditos

El Gobierno británico y los principales bancos que operan en el Reino Unido han firmado un acuerdo sobre crédito, bonos y transparencia, bautizado como Proyecto Merlín, que compromete a las instituciones financieras, entre otras cosas, a limitar las controvertidas primas que conceden a sus empleados y cargos directivos.

El ministro de Economía, George Osborne, ha presentado hoy los detalles del acuerdo en el Parlamento, un día después de conocerse que el Gobierno británico incrementará el impuesto que grava los beneficios de los bancos, lo que supondrá una recaudación extra al año de 2.500 millones de libras (unos 2.959 millones de euros).

Osborne ha explicado que el Proyecto Merlín compromete a los bancos a establecer una línea de crédito de 190.000 millones de libras (223.480 millones de euros) para las empresas -con 76.000 millones de libras (89.364 de euros) para las pequeñas empresas- y a revelar los detalles salariales de sus empleados mejor pagados.

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Las instituciones financieras también tendrán que facilitar 1.000 millones de libras (1.174 millones de euros) en concepto de capital riesgo para un plazo de tres años destinados a pequeñas empresas en las regiones del Reino Unido más afectadas por la crisis.

El Santander se une a medias al acuerdo

El Banco de Inglaterra será el organismo encargado de supervisar que los bancos cumplen sus compromisos crediticios. El proyecto no incluye la propuesta de la oposición laborista de imponer un impuesto fijo a los bonos bancarios, pero Osborne ha matizado que en virtud de este acuerdo las primas este año del personal en el Reino Unido de los cuatro grandes bancos -HSBC, Barclays, Lloyds y RBS- serán menores que las percibidas el año pasado. El Santander se unió al acuerdo, pero sólo en la parte crediticia, y no en lo referente al pago de bonos.

Otro compromiso es el de financiar con 200 millones de libras (235 millones de euros) el denominado Big Society Bank, la institución financiera de nueva creación con la que el primer ministro, David Cameron, quiere financiar proyectos comunitarios.

Osborne ha reconocido "los terribles fallos" que cometió el sector y que derivaron en la crisis financiera global de 2008, pero ha añadido que "la ira y las represalias no aportarán un punto porcentual al crecimiento económico ni crearán un solo puesto de trabajo". Sus palabras estuvieron en la línea de lo declarado por Cameron hace unas semanas, cuando pidió a la sociedad que no convirtiera a los bancos en el chivo expiatorio de la crisis y sus consecuencias.

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