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El Gobierno prorroga las ayudas directas a la compra de automóviles

El Plan 2000E continuará hasta final de año y se aprobará uno nuevo para 2010

El éxito de las ayudas a la renovación de coches y la necesidad de seguir inyectando estímulos públicos en la economía han llevado al Gobierno a prorrogar el llamado Plan 2000E para la compra de automóvil. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, aseguró ayer que las ayudas actuales continuarán hasta finales de año, con una dotación de 40 millones de euros adicionales que beneficiarán a unos 80.000 vehículos. Además, Sebastián se reunirá próximamente con los distintos sectores afectados para definir un nuevo plan que deberá estar reflejado en los Presupuestos Generales del Estado para 2010.

La medida llega en un momento de incertidumbre, ya que se habían agotado prácticamente los 100 millones de euros establecidos inicialmente para el cambio de vehículo y eran muchos los concesionarios de toda España que, por la complejidad de las asignaciones y del papeleo, ya habían realizado ventas que no podían acogerse a los fondos del Estado. El plan contempla una ayuda al cambio de vehículo por otro menos contaminante consistente en 1.000 euros que aporta el fabricante, 500 de la Administración central y 500 de las comunidades.

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El éxito del Plan 2000E, que entró en vigor el pasado mayo, ha sorprendido. El propio ministro lo reconocía en la rueda de prensa de ayer, que ofreció junto al director general de Industria, Jesús Candil. El mercado ha pasado de caídas mensuales de hasta el 50% en algunos casos hasta una recuperación del 18% interanual durante el pasado septiembre.

A mediados de octubre, se acercaban a 200.000 las operaciones acogidas a este plan, que se aplica en todo el país, salvo en Madrid y La Rioja, con plan propio. Sebastián llamó a esas dos comunidades a sumarse al proyecto, "porque trabajando juntos podemos impulsar uno de los sectores más golpeados por la crisis".

Durante las últimas semanas, todas las organizaciones del sector habían trasladado al Gobierno su preocupación por la no renovación del plan. La última de ellas, Faconauto, patronal de los concesionarios, señalaba que la situación era insostenible, ya que el mercado se había paralizado de nuevo por la incertidumbre. Según su presidente, Antonio Romero-Haupold, el tránsito de clientes por los lugares de venta se había reducido un 50% y no había nuevos pedidos.

La no renovación del plan habría supuesto, según Romero-Haupold, una caída del 30% de las ventas y pondría de nuevo en peligro 30.000 puestos de trabajo. Además provocaría una caída de la recaudación fiscal de las administraciones central y autonómicas de 8.500 millones de euros. En ese sentido, destaca que las arcas públicas han ganado 31 millones de euros con el retorno de las operaciones realizadas bajo el paraguas del Plan 2000E.

El secretario general de Anfac (Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones), Luis Valero, comentaba ayer la importancia no sólo de la renovación del plan hasta final de año, sino de la intención del Gobierno de incluir una partida similar en los Presupuestos de 2010 que se debaten actualmente en el Parlamento. Las condiciones para el año próximo, no obstante, pueden variar respecto de las de este año, pues están sujetas a la negociación parlamentaria.

El presidente de Anfac comentaba hace unos días a este periódico la intención de los fabricantes de hacer frente a las ayudas por su cuenta, al menos temporalmente, mientras se aclaraban las dudas de las Administraciones sobre su renovación.

El ministro de Industria, que esta misma semana se ha marcado un importante tanto como mediador en el acuerdo alcanzado entre los sindicatos y los nuevos propietarios de Opel, sobre el futuro de la planta de Figueruelas en Zaragoza, reconoció ayer la necesidad de este tipo de medidas para que los centros donde se toman las decisiones "sigan confiando en nosotros". Según Sebastián, no es suficiente con alcanzar y mantener importantes niveles de competitividad, sino que hace falta un mercado dinámico.

Tras el anuncio de ayer, nadie duda de que en 2009 las ventas de coches superarán ampliamente las 900.000 unidades, con una caída próxima al 20% respecto a 2008. No obstante, la cifra es muy superior a los 800.000 automóviles previstos a principios de año.

Hay que tener en cuenta que casi la mitad de los coches acogidos al plan tiene unas emisiones inferiores a 120 gramos de CO2 por kilómetro recorrido y la otra mitad, entre 120 y 150 gramos, por lo que el Plan 2000E ha favorecido sobre todo a los modelos que se fabrican en las plantas españolas y ha contribuido, por tanto, al mantenimiento de las mismas.

Así, en septiembre creció un 12% la producción española de turismos, favorecida también por el tirón del mercado europeo, que crece a un ritmo de casi el 10%.

La renovación de las ayudas directas a la compra del automóvil que aprobará el próximo Consejo de Ministros coincide con las decisiones adoptadas en el mismo sentido por los Gobiernos de Francia, Reino Unido e Italia.

Miguel Sebastián (derecha) explica el plan 2000E con Jesús Candil.
Miguel Sebastián (derecha) explica el plan 2000E con Jesús Candil.EFE

Se acabó la incertidumbre

Pocas veces una disposición administrativa había recogido un éxito tan evidente como el del Plan 2000E anunciado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Debate del Estado de la Nación el pasado mes de mayo. Como había ocurrido anteriormente en Alemania, Francia, Italia o Reino Unido, la caída de las ventas de automóviles provocada por la crisis se detuvo de manera evidente. Hasta el punto de que las condiciones previstas para su aplicación, un año de vigencia (200.000 coches o 100 millones de euros aportados por el Gobierno central), se han agotado mucho antes de lo previsto. En Valencia, el pasado verano se había alcanzado ya el 80% para iniciar los prorrateos del 20% restante.

Algunas organizaciones de consumidores habían avisado ya de que algunos concesionarios seguían vendiendo automóviles con los fondos agotados. La complejidad del sistema de solicitudes de las ayudas, controlado por Fitsa, y los farragosos trámites que se exigían no permitían conocer el alcance de las mismas en el momento de la venta. El cambio de las características, con un precio superior, permitía al comprador renunciar a la compra, pero se trataba de un automóvil generalmente personalizado y adaptado a la demanda del comprador, por lo que le costaba renunciar.

Con la prórroga anunciada, de momento, se aclaran las dudas sobre las casi 15.000 operaciones por valor de 26 millones de euros pendientes de recibir la ayuda.

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