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La crisis del euro

Merkel viaja a Bruselas para tratar el agravamiento de la crisis helena

Dirigentes de la UE apoyan un segundo plan de ayudas a Grecia

Andreu Missé

La idea de un segundo plan de ayuda a Grecia se va abriendo camino. La canciller alemana, Angela Merkel, tiene previsto viajar mañana miércoles a Bruselas y reunirse por separado con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para analizar la situación griega, la posibilidad de una rebaja de tipos de interés o de un eventual aplazamiento de los pagos a la UE o rebaja de intereses.

Van Rompuy planeaba reunirse con Merkel el jueves en Berlín para preparar el Consejo Europeo del 24 de junio, pero el encuentro se ha precipitado por el clima de alarma generado al trascender otra cumbre, el pasado viernes en Luxemburgo, pretendidamente secreta. Participaron los principales responsables económicos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), el Eurogrupo y los ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Italia, España y Grecia. Ese día Der Spiegel había publicado que Atenas estaba estudiando abandonar el euro, algo que fue rápidamente descartado "categóricamente" por Atenas y la UE.

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Destacados dirigentes europeos respaldaron ayer la iniciativa de un programa adicional de préstamos para asegurar que Atenas pueda atender todas sus renovaciones de deuda el próximo año. Los esfuerzos se centran en garantizar que el país no abandonará la moneda única y en evitar una reestructuración de la deuda soberana que algunos dan por ineludible, sea con aplazamiento de las amortizaciones de los bonos y/o impago parcial de los mismos.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker ha admitido que "Grecia necesitaba un programa de ajuste suplementario". El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, le respaldó ayer asegurando que estaba de acuerdo con "lo que Juncker ha dicho".

La situación de Grecia, que ya ha recibido 53.000 de los 110.0000 millones comprometidos por la UE y el FMI, está siendo analizada por una misión de técnicos de ambas instituciones. Un portavoz del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, señaló que si los técnicos llegan a la conclusión de que Grecia no puede cumplir sus objetivos de reducción de deuda y déficit "habrá que considerar otras medidas que permitan restablecer la solvencia".

El segundo plan de apoyo a Grecia incluiría aplazamientos de la devolución y abaratamiento de los préstamos de la UE y el FMI y un nuevo paquete de ayuda de unos 30.000 millones. Un diputado del partido de la canciller alemana, Angela Merkel, señaló ayer que un nuevo recorte de los tipos de interés, ya rebajados en marzo hasta el 4,5%, podría estar justificado si el Gobierno de Papandreu lleva a cabo reformas adicionales. El pasado mes, Atenas anunció un plan de ajuste de 23.000 millones y un programa de privatizaciones de 50.000 millones.

La situación de Grecia, Portugal e Irlanda será analizada los próximos 16 y 17 por los ministros de Economía de la UE. Mañana se conocerá la posición de Finlandia, hasta ahora reacia a apoyar el rescate de Portugal. La oposición de Reino Unido a ayudar a Grecia, expresada el domingo por el ministro de Finanzas, George Osborne, carece de relevancia en la medida en que este país, aunque aprobó las ayudas a Grecia, no contribuyó con ningún euro. Los préstamos a Grecia proceden de los países del euro excepto Eslovaquia, que se negó, y Estonia que aún no pertenecía a la moneda única el año pasado.

Por otra parte, tras la reunión con los banqueros centrales del G-20, en Basilea, Trichet advirtió "de la volatilidad observada por los precios del petróleo" y alertó de que cuando hay un riesgo de sobrecalentamiento hay que asegurar que la política fiscal es la adecuada.

Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, en un momento de la reunión de ayer en Basilea.
Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, en un momento de la reunión de ayer en Basilea.FABRICE COFFRINI (AFP)

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