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Reportaje:

La 'hucha' de las pensiones se la juega en Bolsa

El proyecto de colocar el 10% del fondo en acciones levanta polémica entre los partidos, mientras el sector privado cree que se queda corto

Alejandro Bolaños

En unos años, el dinero que aportan los cotizantes a la Seguridad Social no será suficiente para pagar las pensiones. Esta amenaza, que se airea cada cierto tiempo, llevó en 2000 a crear un fondo de reserva. Ahora, el Gobierno quiere que ese fondo, que acumula 40.000 millones de euros, sea más rentable. Pero la idea de jugarse una parte del dinero de las pensiones en Bolsa ha levantado suspicacias y quebrado el insólito respaldo parlamentario cosechado por otras iniciativas del equipo económico del Ejecutivo.

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, avanzó este mes que el tope para invertir en Bolsa será el 10% del fondo, que será colocado por gestores privados. Es un límite más estricto que el 30% previsto por los expertos, pero no ha servido para ablandar a buena parte de la oposición. PP, IU y PNV coinciden en rechazar el proyecto. Además, el anuncio de Solbes ha creado malestar en los sindicatos, la patronal y el Ministerio de Trabajo, que habían pactado el texto de la ley, pero también, dejar cuestiones como el tope de inversión en Bolsa a un reglamento todavía por negociar.

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"Ni un 10% ni un 1%, el dinero de las pensiones no se debe meter en renta variable", afirma Javier Maqueda, senador de PNV. "¿Qué pasa si la Bolsa se pega un batacazo?". Javier Alcázar, coordinador de Economía de IU, coincide en el rechazo a esta posibilidad y se lamenta de que "no se haya consultado al resto de partidos" al hacer la ley. Y el PP ha anunciado ya una enmienda a la totalidad.

El Gobierno parece haber encontrado alivio en los partidos catalanes, que le asegurarían una mayoría suficiente para aprobar el proyecto en el Congreso, que no en el Senado. "Si esto se hace de forma prudente, mejorará la rentabilidad del fondo", afirma Carles Campuzano, portavoz de Trabajo de CiU. "No vemos mal la posibilidad de que se invierta una parte en Bolsa", corrobora Joan Puig, de Esquerra Republicana. Eso sí, ambos partidos reclaman que en el texto de la ley se aclaren como se aplicarán los criterios de responsabilidad social y medioambiental previstos. O que se detalle cómo se va a evitar que el Gobierno interfiera en la gestión de las empresas en las que el fondo tome acciones. Son cuestiones que, hasta ahora, se remitían al futuro reglamento.

"Si se hace bien, no tiene porqué provocar ningún temor", sostuvo Solbes cuando anunció el tope de inversión en Bolsa. "Supongo que lo del 10% será para ir entrenándose", ironiza Pablo Fernández, profesor de la escuela de negocios IESE. Para este experto en mercados financieros, invertir en Bolsa "tiene todo el sentido, sobre todo si con la deuda pública apenas sacas para cubrir la inflación".

El profesor del IESE apuesta por colocar más dinero del fondo en renta variable, pero advierte de que el nivel de los gestores privados españoles "no es para tirar cohetes". Un estudio que acaba de publicar certifica que el 66% de los fondos privados de pensiones individuales tuvo una rentabilidad inferior a la inflación en los últimos cinco años. Eso sí, la rentabilidad es notablemente mayor en los fondos que admiten entre el 30% y el 75% de inversión en renta variable. Pero también la disparidad de resultados: el fondo que más ganó logró una rentabilidad media del 19,3%, pero al que peor le fue acumuló una pérdida del 1,4% anual.

La rentabilidad es el gran argumento del Gobierno para afrontar la reforma. Con la distribución del fondo a finales de 2006 -55% en deuda pública española, 45% en deuda pública extranjera-, el rendimiento acumulado al cierre del ejercicio era del 4,21%, muy poco por encima de la inflación media de 2006 (3,5%). El argumentario se completa con que en la decena de países que han constituido un fondo similar al español, todos han optado por invertir una parte en Bolsa (el 2% de Polonia, el 46% de Francia o el 78% de Irlanda). Y según los datos del Ministerio de Trabajo, promedian una rentabilidad superior al 8% anual.

Las previsiones de la Seguridad Social apuntan a que el fondo superará los 50.000 millones de euros a principios de 2008. Es decir, que si las cifras de Solbes se cumplen, la inversión inicial en Bolsa sobrepasará los 5.000 millones. Un dinero que apenas equivale al 1% del valor de capitalización de las empresas del Ibex 35, aunque sí sería suficiente para comprar algunas de las empresas que están en el furgón de cola de este índice (NH Hoteles, Iberia o Enagás, entre otras). Este supuesto, sin embargo, no tendrá cabida en la estrategia de inversión que fijará el Gobierno, con más límites para favorecer la diversificación del riesgo.

Un representante del sector de gestores de fondos destaca que la fuerte inversión en la hucha de las pensiones en deuda pública está "perturbando" el mercado de renta fija español, al copar buena parte de las últimas emisiones de deuda. Un argumento más que suman para avalar la inversión en Bolsa. Y para considerar que el límite del 10% es demasiado tímido. A ellos tampoco les ha dejado contentos la propuesta de Solbes.

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