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El interés de Gazprom por Repsol desata un rechazo casi unánime

Gobierno y oposición coinciden en que el carácter estatal y monopolista de la compañía rusa dificulta su entrada en la petrolera española

El Gobierno no ve con buenos ojos la posible compra del 20% de Repsol por la compañía estatal rusa Gazprom; la Comisión Nacional de la Energía (CNE) recela; Mariano Rajoy, líder del principal partido de la oposición, el PP, conmina al Ejecutivo a impedir la operación; la Comisión Europea cree que el gigante ruso del gas tiene más intenciones que dinero y el habitualmente cauto ministro de Economía, Pedro Solbes, considera que la hipotética operación, adelantada de forma sorprendente en Madrid por el vicepresidente ruso, Alexander Zhukov, "chirría". Hasta el presidente de la petrolera en liza, Antonio Brufau, decidió entrar en la polémica al asegurar que Repsol debe seguir siendo "privada, independiente y española".

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En muy pocas ocasiones ha habido un frente tan amplio y unido en contra de una posible operación empresarial como el formado en apenas unas horas contra Gazprom. No sucedió ni siquiera en la batalla por Endesa, que acabó con la entrada de la también empresa pública italiana Enel en la eléctrica española.

A estas alturas, y muy tímidamente, sólo el posible y apurado vendedor, el grupo Sacyr Vallehermoso, mantiene en pie la posibilidad de vender incluso a los rusos. Pero sin concretar. Sacyr Vallehermoso, al que precisamente Rajoy dirigió ayer una andanada crítica de las que duelen, comunicó a la CNMV que ha mantenido "diversos contactos" y "negociaciones" "con posibles interesados" en adquirir el 20% de Repsol que compró a crédito por 6.500 millones y que hoy vale 3.500. Pero en la comunicación matizó: "Sin que hasta la fecha se haya materializado un acuerdo".

Sobre el interés ruso por Repsol, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, fue rotundo. Confía, dijo en declaraciones a la Cadena SER en que "ni siquiera se le pase por cabeza [al Gobierno] autorizar" la operación. Y aprovechando la ocasión arremetió contra el Gobierno y contra el grupo que preside Luis del Rivero al explicar que "el 20% de Repsol fue adquirido por una empresa promotora y constructora por aproximadamente 6.000 o 7.000 millones de euros con un crédito y la garantía, que eran las acciones de Repsol. Si ahora esas acciones valen menos o la promotora tiene problemas porque no vende pisos, ése es su particular problema, que no se hubiera metido en esa operación".

Por una vez, Gobierno y oposición se mostraron en la misma onda. El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, a quien se reconoce la capacidad de medir cuidadosamente sus declaraciones fue también muy claro. A Solbes "le chirría bastante" que una empresa pública extranjera como Gazprom pretenda hacerse con el capital de empresas españolas que han sido privatizadas. El titular de Economía subrayó que es "partidario de la presencia de empresas extranjeras en España". Pero se apresuró a matizar que la posible adquisición del 20% de la constructora Sacyr por parte de la petrolera rusa Gazprom "es un caso muy especial porque se produce en el sector energético por parte de una empresa de absoluta mayoría pública". Solbes añadió que Gazprom es "una empresa pública de un país donde la economía de mercado no juega con las mismos conceptos que tenemos nosotros". Por eso calificó la hipotética operación como un asunto "enormemente delicado que no está nada claro".

También el presidente de Repsol, informa Luis Doncel, dejó ayer claro que no ve con buenos ojos la entrada rusa en la petrolera española. Primero dijo que los movimientos anunciados el miércoles por el Gobierno ruso no le afectan a él, sino a los accionistas de Repsol. Pero segundos más tarde entró al trapo al marcar tres premisas que nadie se puede saltar. "Si somos una empresa privada, continuar siendo privada. Si somos independientes, seguir siéndolo. Y, por encima de todo, si somos una empresa española, continuar siendo española. Estos tres criterios tienen que mantenerse", aseguró en Zaragoza, donde participó en el V Congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos.

Para completar el cuadro, desde la CNE, el regulador energético se recordó que la herramienta con la que se vetó la entrada de E.ON en Endesa, la polémica Función 14, podría aplicarse en el caso de Gazprom, ya que ésta no es europea. La Función 14 fue declarada parcialmente ilegal por el Tribunal de Justicia de la UE en julio. Por su parte, el comisario europeo de Energía, Andrid Piebalgs dudó que Gazprom esté en condiciones de entrar en Repsol dada la caída de precios del gas y del petróleo.

Repsol registró en los nueve primeros meses -con altos precios del crudo- un beneficio neto de 2.816 millones, con un crecimiento del 15% respecto al mismo periodo de 2007.

Antonio Brufau, presidente de Repsol, durante una conferencia ayer en Zaragoza.
Antonio Brufau, presidente de Repsol, durante una conferencia ayer en Zaragoza.EFE

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