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¿Por qué suben los alimentos? | 2 / El pollo

El pollo atraviesa la época más cara de su historia

El ajuste de la producción y el repunte del consumo tiran del precio

Amanda Mars

Los españoles han comido este otoño el pollo más caro de su historia. Un producto que contribuía tradicionalmente a contener la inflación, se desmadra. Ha subido el 14,3% en los últimos 12 meses, los mataderos lo han llegado a pagar a 1,38 euros el kilo -el máximo histórico, aseguran-, y los consumidores a entre cerca de tres euros y cuatro euros. La reducción de la oferta, como consecuencia del ajuste al que obligó la gripe aviar en los dos últimos años, y el tirón de la demanda, de la mano en buena parte del público inmigrante, motivan la escalada. Sólo faltaba el precio del pienso, que ha subido del 40% al 50% en lo que va de año, según las cifras que maneja el sector.

En la pollería Manolita de Barcelona torean el temporal. Llevan años manteniendo los precios del kilo de pollo a entre 3,40 y 5,30 euros, en función de si vende la unidad entera, troceada o fileteada. "Cuando sube el precio, mantenemos, y ganamos menos, y cuando baja, también mantenemos, y ganamos más", explica Abel Ramón. Esta temporada pintan bastos. El precio del pollo salido del matadero, muerto y destripado, se fija siempre en referencia al de origen, que se discute cada semana en algo parecido a una bolsa del pollo.

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Esta bolsa es la Lonja del Ebro, en Zaragoza, que, junto a la ilerdense de Bellpuig, fija los precios de referencia del pollo fresco para toda España. Lo hacen cada viernes 30 productores del territorio nacional votando a través de Internet. El vicepresidente de la lonja, Joaquín Salvo, admite que lo ocurrido entre septiembre y octubre fue histórico: "A 1,38 euros el pollo vivo salido de la granja nunca se había pagado tanto", aunque en noviembre ha vuelto a bajar a 1,14 euros. Y la cría, el pollito, ha pasado de 0,25 a 0,30 euros en los dos o tres últimos años. "Tiene que ver con el recorte de producción a raíz de la gripe aviar, pero también con la genética, la fertilidad del gallo ha empeorado", explica. Es general en Europa.

Y España lo pasó mal con la crisis de la gripe aviar entre finales de 2005 y principios de 2006. Se trata del segundo país productor europeo de esta ave, por detrás del Reino Unido, consume 24 kilos anuales per cápita, y vio reducido su consumo a entre un 10% y un 15% en los peores momentos. De los 10,42 millones de pollos que se sacrifican cada semana, equivalente a un negocio de 13,8 millones de euros, un millón se perdía. Se sacrificó a miles de gallinas ponedoras, con ayudas comunitarias, para contener el desplome de precios.

Pero llegó 2007, la psicosis por la gripe aviar desapareció y el consumo no sólo recuperó el terreno perdido, sino que aumentó por el consumo de los inmigrantes latinoamericanos y árabes, hasta el punto de que muchos mataderos en España sacrifican ya a parte de sus aves mirando a La Meca para atender ese mercado. "Y el pollo sigue siendo muy asequible, además, ahora crecerá la producción y va a abaratarse más", sostiene el secretario general de Propollo, Ángel Martín. El gerente de la Lonja de Bellpuig, Joan Vives, también reivindica: "Quizá tengamos los precios más altos que nunca, pero compensan las pérdidas de años pasados".

Desde ANGED, la patronal de las grandes superficies, celebran que "esta vez nadie está señalando con el dedo a los distribuidores" por la subida de los precios. Aunque para Propollo, el negocio no se hace ni en las granjas (más de 5.000 en España) ni en los mataderos, "donde hay más margen es en la distribución" al consumidor. Los distribuidores los niegan. Algunos informes señalan que el cebo del pollo supone hasta el 38% del coste final (véase cuadro). Los criadores tampoco están de acuerdo con esto. "Nosotros criamos los pollos siempre con el mismo precio, los márgenes se mueven en mataderos y distribución", señala Francisco Mestre, de la COAG.

En lo que sí coincide todo el sector es en que el precio del pollo va a empezar a bajar a partir de ahora. Pero el mercado nunca da tregua, y Joaquín Salvo, de la Lonja del Ebro, lanza un aviso a navegantes: "Ahora lo que va a subir es el pollito".

Una pollería de Barcelona.
Una pollería de Barcelona.MARCEL.LÍ SÀENZ

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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