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El presidente de la patronal italiana y de Ferrari dirigirá Fiat

La familia Agnelli designa a Luca Cordero di Montezemolo

Enric González

La familia Agnelli no se dio ninguna pausa de reflexión ni buscó soluciones provisionales. Ayer mismo, al día siguiente de enterrar a Umberto Agnelli, nombró un nuevo presidente para Fiat: Luca Cordero di Montezemolo, el hombre de los éxitos de Ferrari, recién elegido presidente de la patronal Confindustria y con gran prestigio internacional. Tras el nombramiento, el consejero delegado de Fiat, Giuseppe Morchio, presentó su dimisión.

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Nadie esperaba una decisión tan inmediata. Lo previsto, ayer, era el nombramiento de un presidente para Giovanni Agnelli & Co., la sociedad en comandita que integra a unos 70 familiares y protege el tesoro de la gran familia turinesa: las acciones especiales que permiten controlar Fiat, Ferrari, Maserati, el diario La Stampa, la sociedad futbolística Juventus de Turín y otras propiedades menores. En ese punto no hubo sorpresas. Las llaves de la caja fuerte fueron entregadas a Gianluigi Gabetti, un fiel colaborador de Gianni y Umberto Agnelli. El cargo de vicepresidente fue asignado al heredero John Elkann, de 28 años, nieto del avvocato Gianni Agnelli y nuevo jefe del clan familiar.

La reunión del consejo de administración de Fiat debía ser un acto simbólico, una demostración de unidad a la espera del relevo. El cuerpo de Umberto Agnelli, muerto de cáncer el jueves a los 69 años, había sido enterrado el sábado en el panteón familiar de Villar Perosa. Los Agnelli, sin embargo, habían mantenido la cabeza fría. En el entierro hubo un gesto que llamó la atención pero nadie supo interpretar correctamente: Allegra, la viuda de Umberto, y Montezemolo, el presidente de Ferrari, se dieron un beso interminable y se fundieron en un abrazo: ambos sabían ya quién iba a suceder a Umberto Agnelli al frente de Fiat.

Luca Cordero di Montezemolo era la opción más satisfactoria para la familia, la empresa, los bancos y los inversores internacionales. Pero existía un impedimiento: acababa de ser elegido presidente de la patronal Confindustria, un ente de gran influencia económica y social, en un momento muy delicado para la economía italiana. Llegado el momento, Confindustria quedó al margen.

Montezemolo, de familia aristocrática, nació en Bolonia en 1947 y se doctoró en Derecho en Roma y Nueva York. A los 26 años se convirtió en asistente del mítico Enzo Ferrari y en responsable de la división de Fórmula 1, y en un par de temporadas, en 1975, logró que los bólidos rojos, pilotados por Nikki Lauda, volvieran a ganar títulos. En 1977 pasó a ocuparse de las relaciones externas de Fiat. Desarrolló una profunda amistad con el avvocato Gianni Agnelli y acumuló funciones: administrador de Itedi y de Cinzano, coordinador general del Mundial 90 de fútbol, vicepresidente de la Juventus... En 1991 regresó a Ferrari para sustituir al fallecido Enzo. Y siguió ocupando sillones en consejos (Tod's, Merloni, club de fútbol Bolonia y otros). Cuando en 2000 se casó con Ludovica Andreoni, su tercera mujer, Gianni Agnelli le regaló un Ferrari 360 Modena diseñado especialmente por Pininfarina.

Su misión consistirá ahora en relanzar Fiat, que ha sufrido tres ejercicios de pérdidas (más de 6.000 millones de euros en total) y de constante pérdida de cuota de mercado. También deberá buscar un sustituto para cubrir el puesto de Giuseppe Morchio, que dimitió nada más conocer su nombramiento de su cargo de consejero delegado, que ocupaba desde febrero de 2003.

Luca Cordero di Montezemolo, en una reciente reunión de empresarios en Roma. 

/ REUTERS
Luca Cordero di Montezemolo, en una reciente reunión de empresarios en Roma. / REUTERS

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