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La evolución del mercado de trabajo

La temporada veraniega permite una fuerte caída del paro en junio

Los parados registrados bajan por debajo de los cuatro millones - El ajuste fiscal y la reordenación de cajas pueden lastrar la mejoría de los últimos meses

Manuel V. Gómez

La enfermedad más grave de la maltrecha economía española, el paro, muestra síntomas de estabilización. En junio, las oficinas del paro contaron menos desempleados por tercer mes consecutivo y la Seguridad Social encadenó la quinta subida -leve, eso sí- de afiliación. El alivio fue tal el mes pasado que se registraron 83.467 parados menos que en mayo, según el Ministerio de Trabajo. Es uno de los mejores datos mensuales de la serie histórica, que ha llevado a que haya menos de cuatro millones en la lista del paro. Claro que cualquier atisbo de optimismo se enfría cuando se observa que todavía hay 3,9 millones de desempleados registrados (o más si se tiene en cuenta la Encuesta de Población Activa), que el peso de los contratos temporales es cada vez mayor y que el menor número de parados apenas se debe a la creación de empleo.

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La tradición dicta que junio es un buen mes para el empleo. El turismo, la construcción y las sustituciones veraniegas impulsan la contratación. Consecuencia: el paro baja. Pero esta vez, en plena crisis, ha sorprendido. "Son unas cifras mejores de lo esperado", concluye Javier Andrés, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia. "Es un dato muy bueno", sentencia José Antonio Herce, de Analistas Financieros Internacionales. Tanto que incluso cuando los datos se limpian de los efectos del calendario también baja el paro en 10.800 personas.

La caída del desempleo del mes pasado cierra un segundo trimestre del año -tradicionalmente el que tiene un mejor comportamiento- con una bajada del paro de casi 185.000 personas. Estos números indican que la normalidad regresa poco a poco al mercado laboral español. Eso sí, con dos millones de parados más que al comienzo de la crisis.

Al observar el otro lado de la moneda, el del empleo, las cifras positivas se atenúan. La Seguridad Social contabilizó casi 24.000 afiliados más en junio, lo que muestra que el grueso de la bajada del paro no se debió a la creación de empleo. En total, el instituto público cuenta con 17.662.101 afiliados.

En la nota enviada a los medios de comunicación, Trabajo se apresuró a subrayar que "el sistema de pensiones ha recuperado casi un millón de los afiliados que perdía hace un año" y poco después desarrolla esa idea: "Junio ha sido el quinto mes consecutivo en el que se ha producido un incremento de la afiliación en un año de transición marcado por la recuperación de casi un millón de afiliados". Por desgracia para la economía española, no es cierto. La Seguridad Social no solo no ha recuperado cerca de un millón de afiliados, sino que ha perdido 312.204 cotizantes en los últimos 12 meses, como se reconoce más adelante en esa misma nota. Al parecer, lo que Trabajo denomina "recuperación de casi un millón de afiliados" quiere decir en realidad pérdida de casi un millón de afiliados menos que en los 12 meses anteriores, en los que se perdieron 1,26 millones.

En afiliación, los cinco meses de aumento no han podido compensar siquiera la caída de enero, con lo que el balance del primer semestre es una caída de unos 18.000 afiliados.

Por lo que respecta al futuro inmediato, junio no ha acabado con las dudas. Al contrario, sobre él se ciernen nubarrones nuevos. Javier Andrés destaca que la subida del IVA ha estimulado la actividad y que ahora puede llegar una ralentización que afecte al empleo.

Herce, por su parte, apunta al ajuste presupuestario que el Gobierno decretó en mayo. En su opinión, esta medida tendrá una doble consecuencia sobre el mercado laboral. Por un lado, está la caída de confianza que puede acarrear. Y, por otro, la menor oferta de empleo público, hasta ahora un sostén del mercado laboral.

Los otros nubarrones llegan desde el sector financiero: en concreto, desde las cajas de ahorros. Primero, está la necesaria concesión de créditos a empresas y familias para que se impulse la economía, algo que destacaba ayer UGT. Y luego, las reducciones de plantilla pendientes de los procesos de fusión en los que se hayan inmersas muchas entidades.

Con estas dudas en el horizonte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, recomendó "no echar las campanas al vuelo". Aunque sí que aprovechó el buen dato de ayer para subrayar que "se está frenando la destrucción del empleo".

La oposición fue menos optimista. Cristóbal Montoro, portavoz económico del PP, atribuyó la mejoría del empleo a circunstancias estacionales. "Estas cifras, aunque buenas, no deben alejarnos de la realidad", remachó.

También CC OO atribuyó la caída del paro a la llegada del verano y la actividad económica que genera. Para reforzar su argumento, subrayó la bajada del desempleo en el sector servicios en casi 50.000 personas. Como UGT, el sindicato liderado por Ignacio Fernández Toxo se apresuró a desvincular la mejora del empleo a la reciente reforma laboral.

Por otro lado, ayer se supo que el paro en la zona euro quedó en mayo en el 10% por tercer mes consecutivo, según Eurostat. Sí que subió el dato español. Las dos décimas que sumó llevan el desempleo al 19,9%, casi el doble que el de sus socios.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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