El 'vía crucis' de los Presupuestos

El Gobierno está obligado a llevar a su máxima expresión la geometría variable para salvar las votaciones de los Presupuestos de 2010, con exigencias en algunos casos contradictorias. El PSOE empieza a ver la luz al final del túnel y cree posible un acuerdo incluso más amplio que el de otros años. Para el debate de totalidad (21 de octubre) precisa mayoría simple, pero en diciembre necesitará mayoría absoluta para levantar el previsible veto del Senado. CiU, PP y UPyD están descartados. Con todos los demás el Gobierno busca acuerdos.

El voto del diputado de UPN, Carlos Salvador, es casi seguro por reciprocidad en Navarra; y los dos de Coalición Canaria están muy próximos con las inversiones en las islas que apruebe en octubre un Consejo de Ministros extraordinario. El PNV está dispuesto a aportar sus seis diputados si se salva, fundamentalmente, el escollo del blindaje del concierto vasco. Este asunto llega en octubre al Congreso, fue aceptado por el PSOE y el PP en el País Vasco, pero ambos ponen pegas en las Cortes. El Ejecutivo cree posible buscar una fórmula y confía en que los nacionalistas vascos han decidido, por estrategia, acordar las cuentas vascas en Vitoria y los Presupuestos en las Cortes.

Los tres votos de ERC dependen de la "carpeta catalana": reivindicaciones sobre inversión, traspasos y la gestión compartida del aeropuerto de El Prat, entre otros asuntos. También por razones estratégicas, vinculadas a intereses electorales del tripartito catalán, Zapatero ha decidido dar tratamiento prioritario a ERC, incluida recepción en La Moncloa a su portavoz, por lo que es posible su apoyo a los Presupuestos. Queda descolgada la izquierda minoritaria: BNG, IU-ICV y Nafarroa Bai, justo cuando el presidente del Gobierno utiliza un discurso público más de izquierdas.