El informe psiquiátrico del asesino confeso de Marta del Castillo descarta el trastorno mental

El asesino confeso de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, no padece ningún trastorno mental y su "capacidad de comprender y querer" se encontraba "intacta y no afectada" cuando supuestamente violó y asesinó a la joven sevillana el pasado 24 de enero, según el estudio psiquiátrico que hoy han entregado los forenses al juzgado que investiga la muerte de la chica. Dicho informe fue solicitado por la defensa de Carcaño, de 19 años, para alegar alguna atenuante en el futuro juicio por la muerte de Marta del Castillo.

Fuentes del caso han informado de que las conclusiones ocupan seis folios, más un anexo de diez folios con las pruebas psicológicos a las que fue sometido el joven para "confirmar y aquilatar los rasgos de su personalidad".

Dos expertos en Psiquiatría y un psicólogo estudiaron al asesino confeso en tres entrevistas realizadas los pasados 2, 10 y 20 de julio, para lo cual fue trasladado a los juzgados del Prado de San Sebastián desde la cárcel de Morón de la Frontera, donde cumple prisión provisional desde su detención el 14 de febrero.

El peritaje incluye una "psico-biografía" con los rasgos más importantes de la infancia de Miguel Carcaño, su adolescencia y sus relaciones sociales, han añadido las fuentes. En esa "psico-biografía" destaca la figura de su padre, que abandonó el domicilio familiar y dejó a Miguel a cargo de su madre, y la de su hermano mayor, de 40 años, que se hizo cargo del joven cuando falleció su madre y que se encuentra imputado como presunto cómplice del crimen, pues según la investigación se encargó de "limpiar restos y huellas" en el piso donde se produjo.

Junto a Carcaño, un menor de edad que tenía 15 años cuando sucedieron los hechos está imputado en el Juzgado de Menores como presunto coautor de la violación y estrangulamiento de Marta, mientras que un amigo común, Samuel B.P., está encarcelado por supuestamente haberles ayudado a deshacerse del cuerpo, que no apareció después de dos meses de búsqueda intensiva, primero en el río Guadalquivir y luego en un vertedero. También están imputados como cómplices el hermano mayor de Miguel y su novia, presentes en el piso de la calle León XIII de Sevilla donde se produjo el crimen en la madrugada del 25 de enero.