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Aguirre sella la paz temporal con Rajoy ante Gallardón

La buena marcha de las encuestas fuerza una escenificación de armisticio

Las encuestas, el agotamiento y la cercanía de las elecciones obraron ayer el milagro. Después de meses de guerra sin cuartel, Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre escenificaron la paz en presencia de Alberto Ruiz-Gallardón. Fue en un acto organizado en Madrid por los aguirristas, en los que el protagonista elegido era Rajoy, toda una declaración de armisticio. Pero, además, las palabras de todos fueron en esa misma línea de reencuentro.

"Debemos estar unidos. Esperanza volverá a salir al balcón de Génova en mayo de 2011 para agradeceros a todos que sería cuatro años más presidenta de Madrid", arrancó Gallardón después de que ella le obligara, entre bromas, a presentarla. "Sabemos, querido presidente, que estás en plena forma y con firmeza dando respuesta a los disparates de Zapatero. Eres una garantía para los españoles. Vamos a dar la cara con Rajoy al frente", siguió Aguirre. "Gracias a Esperanza Aguirre, Madrid está a la altura de las circunstancias. Gallardón es un excelente alcalde. Y ambos volverán a ser alcalde y presidenta en 2011", remató Rajoy.

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En realidad, las diferencias siguen donde estaban. Hace sólo unos días, Aguirre defendía que era "completamente legal" la decisión de Torrejón de no empadronar a determinados inmigrantes, mientras Gallardón decía públicamente que era "ilegal" y Rajoy pedía que se empadronara a todos.

Y otros asuntos, como el del espionaje -donde hay funcionarios de Aguirre imputados por vigilar a Alfredo Prada, y ahora se investiga si también a Manuel Cobo, mano derecha del alcalde-, siguen calientes. La sanción a Cobo por criticar a Aguirre en una entrevista en EL PAÍS se resolverá en breve.

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La propia presidenta dejó ayer una pulla indirecta a la línea de Rajoy al criticar las "innecesarias reformas estatutarias", una referencia a las reformas de Andalucía, la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha, apoyadas por los marianistas.

Sin embargo, las encuestas positivas han hecho que el PP arranque 2010 con otro espíritu. En el entorno de Rajoy se insiste en la idea de que Aguirre sabe que no tiene sentido intentar ganar las elecciones autonómicas sin el apoyo del PP nacional. Y el líder se encargó de recordar en la última reunión de crisis, en noviembre, a la que Aguirre no asistió, que es él, según los Estatutos, quien decide finalmente si ella es o no la candidata del PP a presidir la Comunidad de Madrid.

Aguirre reivindicó que Madrid sigue siendo el granero de votos del PP, la comunidad que más aporta, una forma de recordar su gran valor, que son sus éxitos electorales. "Trabajaremos para que el PP de Madrid siga siendo y sea cada vez más el que más votos aporte al PP de España". Y Gallardón insistió en la idea de que la batalla de Madrid es clave para las generales. "No sabemos los candidatos de la izquierda ni a la Comunidad ni al Ayuntamiento de Madrid, pero sería ingenuo pensar que no van a dar la batalla en este campo electoral con la máxima intensidad, porque Madrid es la clave, porque gobernar Madrid es empezar a hacerlo en España. Los partidos de izquierdas van a tratar de detener en Madrid el avance del PP hacia La Moncloa", sentenció. Las elecciones se acercan, 2010 es el año clave para prepararlas, y nadie tiene ganas de conflicto. Aunque tampoco nadie descarta que vuelva a surgir en cualquier momento.

Mientras, donde sí sigue el conflicto interno es en la Comunidad Valenciana. Los cinco concejales fieles a Francisco Camps en Villena (Alicante) solicitaron ayer abandonar el equipo de Gobierno y pasar al grupo de no adscritos, dejando así sola a la alcaldesa, la zaplanista Celia Lledó, que se queda con una frágil minoría. La dirección regional del PP anunció anoche que expulsará a estos concejales, informa Ezequiel Moltó.

Gallardón y Rajoy hablan mientras en el atril pronuncia su discurso Aguirre, ayer en Madrid.
Gallardón y Rajoy hablan mientras en el atril pronuncia su discurso Aguirre, ayer en Madrid.LUIS SEVILLANO

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