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Un muerto en el derrumbe de L'Hospitalet

El bloque se construyó en 1967 con materiales deficientes y se reparó tras detectarse aluminosis

Una persona resultó muerta ayer y seis heridas de diversa consideración, una grave, al derrumbarse tres de las cinco plantas de un edificio en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) por causas desconocidas. El bloque había sido construido en 1967 con una estructura y unos materiales deficientes. Hace ocho años, además, fue reparado de aluminosis y en la parte posterior se estaban realizando obras para construir un enorme aparcamiento subterráneo. Fuentes municipales descartaron estos hechos como origen del derrumbe y apuntaron a una explosión de gas.

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Horas después de ocurrir el suceso, el edificio fue completamente derruido. El siniestro se produjo a las 5.40 horas de la madrugada en el número 8 de la calle de Uva de L'Hospitalet, en el popular barrio de Santa Eulàlia. Tres de las cinco plantas de la parte trasera del edificio se vinieron abajo y en pocos segundos se produjo un amasijo de cemento, hierro y enseres diversos. El edificio consta de cinco plantas y únicamente se hundieron las tres superiores correspondientes a los pisos de las puertas segundas.

En el edificio hay censadas 24 personas y al producirse el derrumbe 22 permanecían en su interior. Un total de 14 de ellas vivían en la parte delantera del bloque, correspondiente a las puertas primeras de cada planta y fueron rescatadas por los bomberos sanas y salvas. Las otras siete dormían en sus casas y otra, a la que en principio se dio por muerta, había salido media hora antes de producirse el siniestro.

El fallecido es Andrés García Guerrero, trabajador de Correos de 40 años, que vivía solo en el segundo segunda. Su cuerpo fue rescatado sobre las 15.45 horas. Entre los escombros se había encontrado antes su DNI.

La espectacularidad del derrumbe causó escenas dantescas. Alguno de los afectados quedó suspendido al vacío durante unos minutos hasta que pudo ser rescatado. La familia que resultó peor parada fue la que habitaba el ático segunda. El padre, José Ruiz Fernández, de 50 años, se encuentra muy grave, aunque no se teme por su vida. La madre también está grave y los dos hijos, heridos leves, al igual que dos personas más de 16 y 67 años.

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