_
_
_
_
_
CATÁSTROFE ECOLÓGICA EN GALICIA | La oposición censura las ausencias del presidente de la Xunta

Documentos de la Xunta prueban que Fraga estuvo de caza mientras llegaba la marea negra

El líder del BNG da por roto su diálogo con el presidente gallego y le pide que dimita

Xosé Hermida

Manuel Fraga abandonó Galicia el sábado 16, horas después de que llegasen los vertidos a la Costa da Morte, con un programa que especificaba claramente que dedicaría la mañana del domingo a una batida de caza en Aranjuez. Documentos oficiales de la Xunta confirman que ése era el propósito del presidente gallego cuando viajó a Madrid, como informó el sábado la cadena SER. Fraga no niega el viaje a la capital, ni que su agenda fuera privada, ni que estuviera "con unos amigos que iban a cazar". Niega que él mismo participase también en la batida, aunque no aclara a qué dedicó la mañana del domingo, cuando estaba prevista la montería. Documentos oficiales de la propia Xunta prueban cuál fue su actividad de aquel fin de semana.

Más información
Matas celebró el fin de semana siete actos en Baleares y ninguno en Galicia
La Xunta revela ahora que 11.000 toneladas de fuel avanzan hacia Galicia desde alta mar
España y Francia acuerdan alejar el corredor marítimo para buques con carga peligrosa
Fraga asume responsabilidades, pero se niega a dimitir "porque el pueblo no quiere"

La mañana del sábado 16, mientras los vecinos de la Costa da Morte se despertaban con el hedor a combustible que emanaba del mar, Fraga pasó la mañana en su despacho concediendo audiencias. Recibió a tres alcaldes y a representantes de dos colectivos sociales, la Asociación Gallega de Empresas Operadoras y la de Equitación Terapéutica, según figura en su programa de esos días, un documento reservado al que ha tenido acceso este periódico. Después de comer se fue en coche a Madrid y pernoctó en el hotel Ritz.

El programa de la mañana del domingo incluía un desplazamiento a Aranjuez, un "encuentro-desayuno" en un local llamado Casa del Monte y posteriormente una "jornada de caza" en la llamada Finca Flamenca. En su única explicación hasta ahora sobre el episodio, el fundador del PP admitió que había estado con "unos amigos que iban a cazar" y que se fue antes de comer porque sus ocupaciones le reclamaban en Galicia. Pero no dio la menor indicación de cuál fue su actividad durante la mañana del domingo. A pesar de todo, el presidente de la Xunta calificó de "patraña" la noticia difundida por la cadena SER. La finca en la que supuestamente cazó Fraga es propiedad de Manuel Falcó Anchorena, duque de Fernán Núñez.

Mientras, el presidente gallego, en lo que parece una evidencia por no querer contaminarse con la marea negra del Prestige, volvía ayer a quitarse de en medio por si el asunto le salpicaba. En plena polémica sobre su participación en una cacería al día siguiente de que los vertidos llegasen a la Costa da Morte, el presidente gallego dejó vacío su escaño del Parlamento autonómico cuando iba a empezar el primer debate en la Cámara sobre la actuación de la Xunta ante el desastre ocasionado por el petrolero. La sesión se presumía cargada después de que el PSOE anunciase el día anterior que presentará una moción de censura contra Fraga. Pero el presidente prefirió recluirse en su despacho de la Cámara, despachando con los miembros del Gobierno, según informaron fuentes de a Xunta.

El presidente gallego empezó el día inaugurando un congreso sobre pesca ilegal, al que asistió también el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete. El ministro se fue luego de visita a la Costa da Morte, pero Fraga prefirió marcharse al Parlamento, donde había sesión plenaria. Estuvo un rato, mientras se debatía la ley de acompañamiento a los Presupuestos del próximo año. Y antes de que el asunto del Prestige entrara en escena, Fraga desapareció y prefirió trabajar en el despacho que tiene en la misma sede parlamentaria. En su gabinete recordaron que hoy sí hablará en la Cámara sobre el asunto del petrolero. Deberá responder a pregunta del líder del PSOE gallego, Emilio Pérez Touriño, en uno de esos turnos de intervención relámpago que se suelen resolver desde el mismo escaño.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Fraga, ausente

La ausencia de Fraga dejó perpleja a la oposición. Sobre todo al portavoz del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Xosé Manuel Beiras, quien pretendía que fuese el presidente el que diese explicaciones en nombre del Gobierno y no el consejero de Pesca, Enrique López Veiga, como se había anunciado.

Fraga no estuvo presente para escuchar cómo Beiras daba por roto su diálogo con él. Después de haber cultivado la más fiera enemistad política durante más de una década, el líder nacionalista y el fundador del PP habían estrechado relaciones en el último año, en el que se entrevistaron hasta seis veces, algunas de ellas en secreto. Pero el episodio del Prestige ha sido, ironizó Beiras, "absolutamente de Gila". Y un presidente de un Gobierno que se va de caza mientras una parte de sus ciudadanos sufre las consecuencias de un desastre ecológico "no merece continuar un día más en su puesto", sentenció el líder nacionalista.

Mientras Beiras salía a la tribuna para anunciar el giro en las relaciones del BNG con la Xunta, el socialista Pérez Touriño, que el día anterior había anunciado una moción de censura, prefirió reservarse para su duelo de hoy con Fraga. Touriño acudió ayer a Ribeira para explicar a pescadores y mariscadores que ha tomado la iniciativa de reprobar a Fraga porque "ha desaparecido en plena crisis".

Los nacionalistas no han concretado cuál será su actitud ante la moción de censura del PSOE, cuya escenificación -anunciarla antes de presentarla- no les ha sentado bien. Pero la dirección del BNG opina que en un momento como éste, en el que Fraga debe asumir la "máxima responsabilidad" por su actuación, los dos grupos opositores no deberían dar una imagen de desunión. Los nacionalistas estudian presentar su propia moción de censura para facilitar que PSOE y BNG se puedan apoyar sin recelos.

[El Estado destinará 10,8 millones de euros a indemnizar a los afectados por el vertido del Prestige, según una enmienda del PP presetada ayer en el Senado a los Presupuestos de 2003].

El 'conselleiro' "punta de lanza"

En ausencia del presidente de la Xunta, Manuel Fraga, le correspondió al consejero de Pesca lidiar en el Parlamento autonómico con la oposición. Desde el comienzo de la crisis, Enrique López Veiga se ha convertido prácticamente en la cara visible de la Xunta. Él mismo admitió ayer desde la tribuna de la Cámara gallega que en este asunto ha actuado como "punta de lanza" del Gobierno regional. Desde el primer día, se puso un chubasquero y se empapó bajo la lluvia recorriendo los pueblos afectados y entrevistándose con pescadores y mariscadores, que en muchas ocasiones le recibían con actitud hostil. "Aunque ha hecho algunas declaraciones desafortunadas, ha sido el único que dio la cara", admitió hace días el alcalde nacionalista de Corcubión (A Coruña), Rafael Mouzo. Pero el episodio de la cacería del presidente de la Xunta en Madrid también ha salpicado a Enrique López Veiga, porque días atrás negó que Fraga hubiera abandonado Galicia durante la crisis del Prestige.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_