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Garzón asegura que la apertura de juicio contra él por las escuchas de Gürtel es "precipitada" y "carente de fundamento"

El juez suspendido de la Audiencia se enfrenta a un delito de prevaricación por ordenar intervenir las comunicaciones de los cabecillas de la trama en la cárcel

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha asegurado este martes que la decisión del Supremo de abrir juicio oral contra él por las escuchas del caso Gürtel es "precipitada y falta de fundamento". Garzón se ha referido así en Granada a la resolución del alto tribunal, cuando todavía quedan algunas diligencias por realizar, como las correspondientes a las grabaciones en la cárcel para poder preparar su defensa.

Antes de dar una conferencia sobre derechos humanos y jurisdicción universal, ha asegurado que, no obstante, espera que el juicio sea "cuanto antes para tener la oportunidad de demostrar que la decisión no tiene justificación". "Hasta este momento no hemos podido hacerlo porque se nos han privado pruebas fundamentales. Espero que en el juicio, que deseo que sea cuanto, antes tengamos esa oportunidad"

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También ha insistido en que todas las actuaciones que hizo como instructor y que continuó otro juez fueron "sujetas a la legalidad". "Lo que hice fue investigar una trama de corrupción muy poderosa, de acuerdo con la ley", ha afirmado.

Sobre si se siente acosado, ha dicho: "Lo que quiero es que me juzguen ya porque llega un momento en el que hay que reclamarlo para tomar las decisiones de futuro que sean".

El juez instructor del Tribunal Supremo Alberto Jorge Barreiro dictó ayer auto de apertura de juicio oral contra el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, al que sentará en el banquillo de los acusados por los supuestos delitos continuados de prevaricación y de uso de artificios, de escucha y grabación con violación de las garantías constitucionales, a los cabecillas de la trama Gürtel, uno de los mayores casos de corrupción política de la historia de España, relacionado con el PP. Sobre este auto, Garzón ha afirmado que "no valen grandes palabras y afirmaciones cuando éstas están huecas"

La decisión de Barreiro implica que el juez Garzón, instructor inicial del caso Gürtel, será juzgado antes que cualquiera de los cabecillas y altos cargos del PP imputados en el caso. La resolución recae muy oportunamente para el presidente valenciano, Francisco Camps, cuando está a punto de dilucidarse la apertura de juicio contra él, dado que la situación de Garzón será explotada por los populares en plena precampaña electoral para desvalorizar las acusaciones.

Sobre esta circunstancia, Garzón ha dicho "todos somos iguales ante la ley". "Ese procedimiento sigue su curso, quizá no debería ser como está siendo, pero es una realidad y no seré yo el que me escude en que otro proceso está yendo más lento", ha añadido antes de lamentar que no se hayan resuelto los recursos presentados y que se le hayan denegado prácticamente todas las pruebas.

El auto de apertura del juez Jorge Barreiro ofrece un relato de "hechos objeto de juicio" al que da el mismo formato de un genuino relato de "hechos probados", en el que ofrece a la Sala una sentencia condenatoria prácticamente hecha. Incluso aplica al delito continuado de prevaricación y al de grabación con violación de garantías el concurso de normas que castiga el delito más grave, el de prevaricación, con pena de inhabilitación de 10 a 20 años. E imputa a Garzón una modalidad agravada que ni siquiera contempla la querella inicial, al apreciar el delito de prevaricación "continuado".

Información de relevancia

En su resolución, Barreiro prejuzga que Garzón actuó "con la finalidad de obtener información de relevancia para el proceso que no tenía la seguridad de poder obtener por medios lícitos". Y el instructor mantiene que lo hizo para conocer "la estrategia de las defensas o datos confidenciales que pudieran proporcionar los internos a sus abogados" de modo que "dominaba completamente la evolución de la causa, de gran trascendencia mediática".

En su apreciación de los hechos, Barreiro trata de desbaratar la prevención por Garzón del derecho de defensa de los imputados diciendo que lo introdujo "a modo de coletilla". En el auto contrasta la animadversión a Garzón con el detalle sobre las "cumplidas referencias como abogados penalistas" que los cabecillas tenían de los letrados Choclán y Rodríguez Mourullo, padre e hijo. Barreiro se indigna porque ya en la primera visita a la cárcel, a estos letrados se les grabó "incluso los actos de saludo y presentación entre personas desconocidas". El instructor insiste en que las conversaciones versaron sobre aspectos relacionados con la estrategia de defensa y por primera vez saca a la luz que en ellas "se trató del pen drive ocupado a José Luis Izquierdo [el contable de la trama], que constituía una poderosa prueba de cargo para la fiscalía y sobre el que habían versado los interrogatorios practicados en la causa".

Con su novedosa mención al pen drive, Barreiro parece querer marcar el camino a seguir con dicha prueba de cargo, al señalar que en las conversaciones se habló del "contenido la interpretación" que debía ofrecerse sobre el pen drive cuando el principal implicado, Francisco Correa, fuera interrogado. Y añade que se trató de la necesidad de una "defensa coordinada entre todos los letrados" y otros extremos "relativos al puro ejercicio profesional de la defensa".

El juez Baltasar Garzón a su llegada al tribunal Supremo, el 7 de marzo, donde fue a declarar por segunda vez por el caso de las escuchas a miembros de la trama Gürtel.
El juez Baltasar Garzón a su llegada al tribunal Supremo, el 7 de marzo, donde fue a declarar por segunda vez por el caso de las escuchas a miembros de la trama Gürtel.ÁLVARO GARCÍA

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