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ETA actúa de nuevo en Madrid

Los testigos presenciales no han identifícado a ninguno de los habituales miembros del 'comando España'

Ninguno de los testigos presenciales del atentado de ayer ni el taxista secuestrado temporalmente por el comando etarra para utilizar su vehículo en la huida han conseguido identificar a miembros de ETA Militar, que ayer reivindicó en el País Vasco el primer atentado con coche-bomba Nevado a. cabo en Madrid. Fuentes policiales aseguran que el hecho lleva el signo del comando España, que actúa siempre en Madrid, aunque no descartan que sus habituales miembros hayan sido sustituidos por otros liberados al estar los primeros ya muy "quemados".

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Esta hipótesis está siendo analizada ya por los responsables de la lucha antiterrorista dado que el Ministerio del Interior editó y distribúyó por Madrid en junio de este año unos pasquines con las fotografías de los principales intregrantes del comando España. Los mencionados eran Ignacio Aracama Mendía, José Luis Urrusolo Sistiaga y Antonio Gabiola Goyoaga.. El Ministerio del Interior afirmaba que recaían sospechas sobre ellos de haber llevado a cabo los últimos atentados terroristas en la capital de España.Al comando se encuentra unida María del Rosario Delgado Iriondo que, al parecer, cubrió el hueco de otra anterior integrante de este grupo, María Beren González Peñalva, una de las terroristas más buscadas por la policía española. Al parecer, la organización decidió que regresara al sur de Francia después de que la policía siguiera muy de cerca su pista y estuviera a punto de detenerla en dos ocasiones en Madrid.

Sustituciones

El hecho de que los nombres y fotografías de estos terroristas hayan aparecido habitualmente en los periódicos, junto a la campafia de pasquines organizada por el Ministerio del Interior, abunda las sospechas de que este grupo haya podido ser retirado de Madrid y sustituido por otro comandó de liberados. Fuentes policiales aseguraron ayer que el taxista secuestrado temporalmente por el comando no logró reconocer a ninguno de los habituales miembros del comando España.

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La misma hipótesis puede cobrar mayor fiabilidad si es cierto que la policía llegó a identificar este verano, a través de un testigo, a Ignacio Aracama Mendía como unos de los miembros del comando que asesinó en Castellón al francés Clement Perret, a quien se ha vinculado con los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación). En aquella ocasión, fuentes de la brigada de información de Valencia llegaron a solicitar datos de Aracama Mendía a Madrid y se les respondió que el jefe del comando España se encontraba en París.

Tampoco la policía, que ayer mostró las fotografías de los habituales miembros del comando España a los testigos del atentado y personas que residen en la zona, logró resultado positivo alguno.

El taxista, cuya identidad no ha sido revelada, cogió a un hombre y una mujer pasadas las seis de la madrugada junto a la plaza de Lima. El hombre tenía aproximadamente 30 años, 1.75 de altura, mientras la mujer de alrededor de 30 años llevaba una peluca postiza morena. Los dos etarras se dirigieron hasta el puente de los Franceses, donde le dijeron al taxista que eran miembros de ETA y que no le iba a ocurrir nada. Los terroristas se quedaron con el carné de identidad del taxista, antes de meterle en el maletero del coche.

Sin pistas fiables

Tras tomar declaración al taxista y a los testigos que se encontraban en la zona del atentado, la policía madrileña no dispone de pistas fiables sobre los autores del atentado.

El delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Madrid, José María Rodríguez Colorado, declaró ayer que no había sido detenida ninguna persona en relación con el atentado, saliendo así al paso de algunos rumores que circularon en la capital.

Inmediatamente después del atentado, se puso en marcha un dispositivo de seguridad -operación jaula- por el cual miembros de las fuerzas de seguridad del Estado se distribuyen por Madrid estableciendo controles de salidas por carretera, estaciones de ferrocarril y aeropuerto.

El plan se pone en marcha a través de un servicio de informática que, tras la notificación de cualquier emergencia, entra en conexión con todos los efectivos y les trasmite la orden de establecer el cinturón de seguridad.

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