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El PNV llama "golpista" al PSE pero le ofrece un "liderazgo compartido"

Urkullu e Ibarretxe trasladan hoy a los socialistas una propuesta para entrar en un "amplio" Gobierno de coalición reservándose la presidencia

El PNV intenta a la desesperada conservar el Gobierno en el País Vasco, que podría perder si el socialista Patxi López consigue el apoyo del PP para su investidura. Su presidente, Iñigo Urkullu, lanzó ayer un doble mensaje, en su primera rueda de prensa tras las elecciones. Primero, de artillería pesada al acusar al PSE y al PP de preparar un "golpe institucional" para desalojarles de Ajuria Enea, al considerar que el PNV tiene "la legitimidad al ser el partido más votado". Pero también habló de que es el momento del "liderazgo compartido".

El doble mensaje llegaba la víspera de la reunión que mantendrán hoy el propio Urkullu y el candidato a lehendakari Juan José Ibarretxe con la representación del PSE-EE. La reunión se realiza a iniciativa del PNV y en su sede, tras rechazar la pretensión de los socialistas de llevarla a cabo en el terreno neutral del Parlamento de Vitoria.

Urkullu propone "un acuerdo amplio de estabilidad política y económica"
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Se abre así la ronda de encuentros con todos los partidos para intentar recabar apoyos para la investidura y en busca de un "acuerdo amplio que dé estabilidad política y económica" a Euskadi.

El planteamiento con el que el PNV recibirá a la delegación socialista, en la que significativamente no estará su secretario general y candidato, Patxi López, pero sí el portavoz de la Ejecutiva del PSE, Rodolfo Ares, y el presidente de ese partido, Jesús Eguiguren, es el de un acuerdo entre ambos partidos o incluso más amplio. Es lo que cabe entender de las manifestaciones en favor de "la cooperación entre diferentes" que defendió ayer Urkullu.

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Se trata, dijo, de "cerrar una etapa", de "pasar página" a los últimos diez años "de enfrentamiento" mediante "un acuerdo amplio de estabilidad política y económica". Éste alumbraría a su vez "un Gobierno coherente, fuerte y estable" que actuaría desde la "responsabilidad" y "el liderazgo compartido".

El presidente del PNV no quiso concretar más sobre la dimensión de ese "acuerdo amplio". Algunas fuentes apuntan a un planteamiento de semiconcentración, que abarcaría más fuerzas políticas. Pero si no se trata del PP, como ayer descartaban fuentes del PNV, sólo podría orientarse a Aralar, y esta formación ya ha dicho que es demasiado pronto para verse en cualquier Gobierno, sea del signo que sea.

El PNV sigue defendiendo su derecho a gobernar, aunque no cuente con mayoría para ello, basándose en que ha sido el partido más votado. En este momento hay cuatro comunidades autónomas en España en las que no gobierna el partido que ganó las elecciones: Cataluña, Baleares, Canarias y Cantabria. El propio PNV gobierna las diputaciones forales de Álava y Guipúzcoa a pesar de haber sido la tercera y la segunda fuerza más votada, respectivamente. También gobierna en Vizcaya.

Precisamente en su posición en las tres diputaciones ancla el presidente del PNV su advertencia sobre la "inestabilidad" y la "tensión" institucional que puede crearse si se produce el relevo del PNV en el Gobierno autónomo. La compleja "arquitectura institucional" vasca estaría abocada o "al frentismo" o a la "parálisis", avanzó.

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