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La agenda ultra marca la vida en Vic

Las tesis xenófobas de Plataforma per Catalunya arrastran a CiU, el PSC y ERC

Vic ha abierto la caja de los truenos. Bajo el escudo de la necesidad de "poner orden", el equipo de gobierno, liderado por CiU y apoyado por el PSC y ERC, ha anunciado que no empadronará a los inmigrantes sin papeles si no han iniciado los trámites para regularizar su situación. Es una medida insólita que rechazan la mayoría de los alcaldes de la zona y que no se entiende sin la presencia en el Consistorio de este municipio barcelonés de Plataforma per Catalunya (PxC), la segunda fuerza local, que defiende sin pudor planteamientos xenófobos y que está liderada por Josep Anglada, vicepresidente provincial en Barcelona de Fuerza Nueva

El alcalde de Vic, Josep Maria Vila d'Abadal (UDC), considera demagógico atribuir a Anglada una influencia en la política local, mientras que el portavoz socialista, Josep Burgaya, niega rotundamente que el edil ultra marque la agenda política "porque no tiene ni el monopolio ni el conocimiento real de la inmigración". El tercer brazo del equipo de gobierno, ERC, asegura que gobiernan sin dejarse llevar por los extremismos de "los que reclaman liquidar los inmigrantes y los que abogan por abrir completamente las puertas", en referencia a PxC e ICV respectivamente.

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En las direcciones de los partidos implicados, las reacciones a la negativa a empadronar inmigrantes han sido más que tímidas. CiU declinó comentarla, el PSC la calificó de discutible y ERC asegura que "no la ve bien". Además de polémico y de dudosa legalidad, el acuerdo del Ayuntamiento de Vic supone una ruptura con la política de integración de la inmigración que llevó a cabo durante 17 años el alcalde de Unió Jacint Codina.

La inmigración como arma electoral

El anuncio de la PxC de concurrir a las elecciones autonómicas dará muy probablemente al traste con el pacto tácito de los partidos catalanes de no utilizar la cuestión de la inmigración como arma electoral. Ésta es la principal baza de que dispone Anglada y ya sabe que funciona porque lo ha comprobado en Manlleu (Barcelona), El Vendrell (Tarragona) y Cervera (Lérida). Anglada considera que puede obtener entre cuatro y ocho diputados en las próximas elecciones autonómicas, pero al margen de cuál sea el resultado, es innegable su progresiva ascensión en la escena política a partir de un discurso xenófobo.

Su irrupción en el Ayuntamiento de Vic con cuatro concejales en las elecciones de 2007, los mismos que el PSC, llevó al alcalde, el democristiano Josep Maria Vila d'Abadal, a formar un gobierno de concentración, con la presencia de cuatro de los seis que obtuvieron representación, todos a excepción de la PxC y de la CUP. Pero unos meses después, el alcalde echó del gobierno local a ICV por discrepancias irreconciliables y actualmente suman mayoría absoluta CiU, el PSC y ERC, con 14 de los 21 escaños.

El alcalde de Vic, que reside en Barcelona, no esconde que la PxC supo aprovechar el "malestar" de la sociedad en temas de inmigración y cree que fue un castigo a las "políticas demasiado benévolas" llevadas a cabo por su antecesor. "Acoger, incorporar a los inmigrantes, pero también exigirles", reza Vila d'Abadal.

87 nacionalidades en Vicefecto boca-oreja, muchos ciudadanos del Magreb se instalaron allí a partir de mediados de la década de 1990. Los últimos años, los latinoamericanos, colombianos y ecuatorianos principalmente, han ido ganando terreno y ya son la segunda mayor comunidad. También es destacable la colonia asiática.

Debido a esa realidad, Vic ha abierto camino en muchas ocasiones en las políticas de integración de la inmigración. El conocido como "modelo Vic de escolarización", iniciado en Manlleu en 1992 y adoptado en Vic en 1997 a raíz de la fusión de cuatro escuelas públicas, fue pionero en Cataluña en el reparto equitativo de alumnos inmigrantes en aulas públicas y concertadas para evitar guetos. Más tarde se ha extendido a gran parte de Cataluña. Recientemente también abrió las puertas, de forma ya más controvertida, a la creación de espacios de bienvenida educativos, a los que son enviados los alumnos inmigrantes antes de acceder a la escuela para facilitarles ciertos conocimientos de la lengua y el entorno que se encontrarán al llegar a las aulas.

Mientras tanto, la negativa de Vic a empadronar a los inmigrantes que no estén regularizados ha sido recibida con mucha prudencia por sus municipios vecinos. Tan sólo el alcalde de Tona (Barcelona), Josep Salom (CiU), ha aplaudido abiertamente la medida y no descarta adoptarla. Menos explícito, pero dejando la puerta abierta al debate sobre si hace falta endurecer la normativa, ha sido el alcalde de Calldetenes (Barcelona), Jaume Mas (ERC).

Radicalmente en contra se ha mostrado el alcalde del municipio barcelonés de Torelló, Miquel Franch (PSC). Acusa al equipo de gobierno de Vic de precipitarse y de actuar de espaldas a las normativas vigentes y de las asociaciones municipalistas.

Miquel Arisa (PSC), alcalde de Centelles (Barcelona), considera la medida "más bien desacertada" y reconoce no entender los motivos de Vic para llevarla a cabo. No teme posibles repercusiones para su municipio y asegura que ellos continuarán con el sistema actual de empadronamiento. Ni un ápice del procedimiento se cambiará tampoco en Roda de Ter (Barcelona), según confirma su alcalde, el independiente Antoni Llach. Un procedimiento, subraya, pactado a principios de 2009 en una reunión con alcaldes de la comarca, entre ellos el del mismo Vic, que ahora se ha desmarcado.

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