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Polémica en el PSOE de Madrid

Tomás Gómez reprocha a Blanco que torpedee su candidatura en Madrid

"Aunque Zapatero me ofreciese una vicepresidencia no la aceptaría"

"Ha sido un pronunciamiento claro, contundente y directo de Tomás Gómez frente a José Blanco". De esta forma calificaron distintas fuentes socialistas la manera en la que transcurrió ayer la ejecutiva del Partido Socialista de Madrid (PSM). No fue con un tono airado ni despectivo pero el mensaje fue entendido. Y llegó a su destinatario. Entre otras razones porque estaban presentes en la reunión dos ministras del Gobierno, la titular de Sanidad, Trinidad Jiménez, y la de Vivienda, Beatriz Corredor, destacadas militantes socialistas en Madrid.

No son nuevos los problemas de Gómez con Blanco. No tienen buena sintonía, nunca la han tenido. Hasta ahora, el secretario general de los socialistas madrileños, incómodo porque aún no sabe si va a ser candidato a la Comunidad de Madrid en las próximas elecciones y consciente de que no cuenta con el apoyo de Blanco, le había criticado de manera velada. Pero ayer descubrió su enfrentamiento con el ministro de Fomento en una reunión interna, sin citar su nombre y aludiendo a él como el vicesecretario general del PSOE.

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"No me gustó la actitud del vicesecretario general del PSOE en Fuenlabrada y no creo que ese mitin sumara ni dentro ni fuera del partido", en referencia a un acto en esa localidad el domingo 25 de abril en el que coincidieron ambos. En ese encuentro, de media hora, el ministro ninguneó a su compañero, al que ni mencionó.

Según algunas de las fuentes que asistieron ayer a la Ejecutiva, el líder socialista madrileño y ex alcalde de Parla criticó también, en esa línea, que Blanco tenga más interés "en darse abrazos y trabajar en beneficio de algunos presidentes autonómicos del PP", en referencia a la madrileña Esperanza Aguirre.

Gómez aludía así al malestar que le causó que, en ese mismo acto, el ministro de Fomento se comprometiera a abordar desde su departamento la financiación del soterramiento de las vías del tren a su paso por Leganés, Fuenlabrada y Alcorcón. Una demanda que exigen esos alcaldes, socialistas, y que respaldó en su día la Comunidad de Madrid, que preside Aguirre.

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Respecto a su candidatura para las elecciones autonómicas del año que viene, Gómez aprovechó para asegurar que va a ser el candidato y para advertir a Blanco y a los que pretenden en la ejecutiva federal cuestionar su nominación: "Aunque mañana me llamase Zapatero a La Moncloa y me ofreciese ser vicepresidente de su Gobierno para apartarme de mi objetivo le diría que no, que no acepto, porque yo lo que quiero y lo que voy a ser es presidente de Madrid".

Gómez achaca a Blanco, además, estar contando en numerosos círculos, políticos y periodísticos, que él no va a ser al final candidato: "Esas intervenciones negativas perjudican, entorpecen, torpedean y ponen palos en las ruedas". Dice que así Blanco está trabajando para su rival, y sostiene que el número dos del PSOE no es nadie para defender esa postura. Porque, reiteró ayer ante su ejecutiva, "el PSM no va a depender de lo que digan desde Ferraz y Moncloa". Y se reafirmó en su intención de luchar hasta el final por su candidatura, hasta el punto de estar dispuesto a presentarse a primarias si existe algún candidato alternativo o a dimitir, marcharse a casa, y provocar una gestora en la dirección del partido.

Por si el mensaje no había quedado nítido, reclamó a los presentes "lealtad" en estos momentos con su liderazgo. No hubo intervenciones contrarias, lo que Gómez interpretó como que todos los presentes le apoyaban. Porque, además, algunos de sus partidarios aún fueron más duros contra Blanco. Y añadió otro aviso: "Si alguien piensa dentro del PSOE que metiéndose conmigo o presionándome van a lograr que me retire o que me doblegue, que se olvide, porque de ninguna manera".

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