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El estado del 'president' preocupa en Génova, pero el apoyo sigue

La dirección cree que no resistirá la presión si acaba sentado en el banquillo

Carlos E. Cué

Paradójicamente, la principal ayuda en el peor día para Francisco Camps vino de José Luis Rodríguez Zapatero. Varios miembros de la dirección nacional coincidían ayer en que el PP logró superar el primer día del nuevo ciclo de crisis del caso Camps porque la decisión del Tribunal Supremo coincidió con los anuncios de recortes sociales. Y eso robó las portadas a Camps, algo que influye mucho en las decisiones del PP.

Mariano Rajoy resistió así el primer día, y la decisión de respaldar a Camps se mantiene firme. Sin embargo, mientras crecen las voces internas que creen que debe irse cuanto antes para evitar el deterioro de imagen de Rajoy, la cúpula, que obedece sin matices las órdenes del líder y trabaja para respaldar a Camps, está cada vez más preocupada por su estado anímico. Que el president se compare con Juan Sin Miedo y diga que su proceso, avalado por cinco jueces del Supremo, "es de risa", ha dejado atónitos a muchos dirigentes. Su discurso ante la ejecutiva regional, donde se ofreció como un mártir, también.

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El apoyo seguirá, pero la mayoría de los dirigentes empieza a pensar que Camps dimitirá si finalmente se sienta en el banquillo. Aun así, la dirección nacional trabaja ya para impedirlo. Y eso incluye volver a confiar en un nuevo recurso ante la sala presidida por Juan Luis de la Rúa, el "más que amigo" de Camps.

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