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El manual criminal de Portu y Sarasola

Los etarras tenían croquis con la localización de 'zulos' e instrucciones para denunciar torturas

Jorge A. Rodríguez

Los papeles incautados a los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola, detenidos el pasado día 6, y en casa del huido Mikel San Sebastián, constituyen un auténtico manual de funcionamiento de un comando de ETA. La Guardia Civil se ha incautado de una panoplia de documentos de trabajo de los terroristas, entre los que se incluyen croquis hechos a mano por ellos mismos sobre la localización de zulos, puntos de entrega o de recogida de material, un manual sobre cómo y cuándo denunciar supuestas torturas o una nota con un teléfono erróneo de los bomberos de Madrid para avisar del atentado contra la T-4. Los papeles y las declaraciones de los etarras dejan claro el modo de actuar y los planes criminales de futuro de ETA. Más crímenes.

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Portu y Sarasola se han acogido sin fisuras al manual para denunciar torturas que les fue facilitado por la organización terrorista y que fue incautado en casa de Mikel San Sebastián. Su testimonio sobre supuestos malos tratos sufridos por parte de la Guardia Civil tras su arresto está bajo investigación judicial. "No declarar", "negar todas las acusaciones" y "denunciar torturas" son los tres mandamientos clave.

El manual titulado Atxiloketari Aurre Eginez, 2º zkia (Haciendo frente a la detención, segundo volumen) no tiene desperdicio. El autor arranca en primera persona con su propia experiencia: "Cuando estaba esperando en los calabozos [de la Audiencia Nacional] allí estaba escrito en las paredes 'niégalo todo', 'esto se ha terminado' y cosas parecidas". El documento, diferente del incautado en 1998 y desconocido hasta ahora, subraya las comodidades de las celdas del tribunal y cómo, una vez allí dentro, pasará visita el médico forense antes de ser llevado ante el juez.

"Sé listo, no vas a ser devuelto otra vez a comisaría (...) Lo peor ya ha pasado. Por tanto, decirle al forense que escriba que te han torturado tanto física como psicológicamente". Porque los etarras son conscientes de que, una vez llegados a la Audiencia Nacional, "la pesadilla ha terminado", no van a ser devueltos a "manos del enemigo", es decir, a los agentes que les han interrogado, y que éstos no van a cumplir "las amenazas y chantajes que te han hecho en comisaría: todo eso es mentira". Por tanto, deben decir: "Todo lo declarado en dependencias policiales es mentira. Son declaraciones hechas bajo tortura".

La Guardia Civil ha localizado en los registros los croquis y las fotos con los puntos donde los etarras tenían ubicados sus zulos con explosivos, el lugar en el que recogieron dos revólveres Smith&Wesson con munición Nontox 38 (todo robado en octubre de 2006 en una armería la localidad francesa de Vauvert, en pleno proceso de paz) y otros planos con la ubicación de puntos de entrega para otros terroristas.

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Uno de ellos (arriba, a la izquierda) muestra la localización del zulo de Lesaka (Guipúzcoa), donde los terroristas escondían 27 kilos de material explosivo. Los etarras habían hecho, además, fotos del emplazamiento exacto para no perderse por el monte, porque la capacidad gráfica del dibujante es penosa. El croquis del centro señala el lugar en el que los terroristas recogieron los dos revólveres, que acababan de recoger y seguían envueltos en plásticos cuando fueron detenidos. El punto exacto era bajo un árbol, marcado ligeramente con pintura roja. El dibujo de la derecha señala la ubicación del zulo de Nocito, en Huesca, donde ocultaban 130 kilos de explosivo.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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