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La patronal vasca confirma el "goteo" de cartas de extorsión

Un artefacto estalla en un polígono industrial de Vitoria

El secretario general de la patronal vasca Confebask, José Guillermo Zubia, confirmó ayer que la tregua de ETA no ha supuesto un antes y un después en la extorsión que practica la banda. Empresarios y profesionales han seguido recibiendo en los últimos meses "un goteo exactamente igual que en épocas anteriores" de cartas de extorsión, aseguró ayer en Radio Euskadi. El comunicado con el que ETA anunció el pasado día 5 el alto el fuego sostenía que la banda decidió "hace algunos meses" no realizar "acciones armadas ofensivas", pero no hablaba para nada del chantaje.

Zubia consideró la situación "aberrante", pese a que no haya atentados, porque pone sobre la mesa que siguen existiendo ciudadanos amenazados. "Aquí no caben clasificaciones de ningún tipo" entre unos amenazados y otros, argumentó.

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El secretario general de la patronal dijo tras el anuncio etarra que "esperanza hay siempre y, fundamentalmente, cuando hay algo que implica un cierto alivio, que es esa confusa o difusa expresión de las acciones ofensivas". Pero colocó en el otro lado de la balanza la amenaza permanente y el chantaje a los empresarios.

Zubia hizo estas declaraciones apenas unas horas después de que estallase un artefacto de fabricación casera de los habitualmente usados en los actos de kale borroka junto al Centro Municipal de Empresas sito en el polígono industrial de Júndiz, en Vitoria. El ataque se produjo hacia la 1.20 de ayer. El artefacto, colocado en la fachada de la primera planta del edificio, estaba compuesto por una bombona de camping gas, varios aerosoles con líquido inflamable y un iniciador pirotécnico, según informó la Ertzaintza. La bombona de camping gas no llegó a detonar, lo que evitó que los daños fuesen mayores. Finalmente, se limitaron al ennegrecimiento de la fachada y la rotura de los cristales del edificio.

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