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El temporal paraliza el campo andaluz y agrava la situación de los inmigrantes

Unas 5.000 personas vagan buscando trabajo en los olivares de Jaén y Córdoba

Ginés Donaire

El temporal que barre buena parte de Andalucía tiene paralizadas las campañas agrícolas, lo que está agravando la situación de los miles de inmigrantes que siguen deambulando en busca de un trabajo en el campo. Tras algunas semanas esperando en Jaén el puesto que finalmente se llevaron los desempleados locales, los extranjeros han comenzado a desplazarse hacia los olivares de Córdoba, en donde los jornales que buscan ya están adjudicados a otros inmigrantes, la mayoría rumanos, contratados en origen. La crisis y las recomendaciones del Gobierno a la hora de contratar temporeros han abocado a estas personas a una situación extrema.

Con los albergues públicos saturados y los dispositivos de emergencia al límite de los recursos disponibles, la Administración autonómica había depositado todas sus esperanzas en el tiempo. Confiaba en que el paso de los días aliviara la presión migratoria - "El problema se solucionará con tiempo y paciencia", llegó a decir el presidente andaluz, Manuel Chaves- y que los temporeros se irían tan pronto comprobaran que no tenían trabajo en la agricultura. Sin embargo, la climatología está jugando en contra de las previsiones políticas.

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La campaña de recogida de la aceituna, que sólo en la provincia de Jaén genera más de ocho millones de jornales, no acaba de arrancar por la lluvia persistente de los últimos días, que ha dejado intransitables los accesos a la mayoría de fincas oleícolas. Las organizaciones agrarias creen que estas precipitaciones -de casi 200 litros por metro cuadrado en la cabecera de la cuenca del Guadalquivir desde el inicio del año hidrológico, el 1 de octubre- son muy buenas para el campo. Pero también son muy malas para los miles de inmigrantes que llevan varias semanas vagando en busca de un empleo y un techo que aún se les resiste.

Se estima que entre Jaén y Córdoba son unos 5.000 los extranjeros que deambulan sin rumbo fijo. Y en Huelva, las autoridades ya han advertido de que no hace falta mano de obra foránea para la recogida de la fresa.

La Asociación Pro Derechos Humanos urgió ayer a las administraciones a buscar soluciones ante la situación que están viviendo muchos temporeros. La coordinadora en Andalucía, Isabel Mora, se preguntó, en declaraciones a Europa Press: "Habría que pensar qué está pasando con la cantidad de gente que vive en nuestra tierra y que no tiene trabajo o que vive de la economía sumergida, y cuestionarnos qué estamos haciendo para integrarlos", pues "viven en unas condiciones infrahumanas y no estamos haciendo nada por ayudarlos".

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Por su parte, el presidente de Cáritas Diocesana de Jaén, Juan Carlos Escobedo, censuró la falta de respuesta que está dando la Administración, máxime después de que el Foro de la Inmigración constatase la semana pasada la situación de "emergencia social". Escobedo cree que el tiempo no puede ser la solución a este "drama humano" y señaló que frente al "efecto llamada" que esgrime la Junta de Andalucía y los ayuntamientos para no abrir más recursos de abrigo, se encuentra el "efecto desesperación" que hoy sufren miles de inmigrantes desplazados para un empleo que no existe o ya no es suyo.

Un grupo de inmigrantes sin casa ni trabajo se refugia del frío en Baena (Córdoba).
Un grupo de inmigrantes sin casa ni trabajo se refugia del frío en Baena (Córdoba).F. J. VARGAS

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