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Reportaje:La ofensiva terrorista

Cinco treguas, 817 asesinatos

ETA ha dejado de matar en cinco periodos distintos, que suman 31 meses, para establecer contactos con el Gobierno que no fructificaron

ETA nunca da tregua al terror. En casi 40 años de actividad, la banda criminal ha asesinado a 817 personas y herido a muchas más. En distintos periodos de su existencia, la cúpula de ETA ha intentado negociar con distintos gobiernos sus reivindicaciones de independencia para Euskadi y derecho de autodeterminación para los vascos.

Desde 1976, los terroristas han dejado las armas durante un total de 31 meses (menos de tres años en 30 años de actividad criminal), en distintos periodos, para cogerlas de nuevo y seguir imponiendo el terror.

- El primer contacto de 1976. Un enviado del Gobierno de Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia, dialogó con los etarras Xavier Garaialde y Jesús María Muñoa en 1976. Al primer encuentro con los terroristas siguió una cita en Ginebra donde el Ejecutivo central ofreció a ETA una generosa amnistía si declaraban una tregua.

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ETA militar despreció la propuesta del Gobierno de Adolfo Suárez y siguió con los atentados. La rama política de la organización terrorista mantuvo abierto el diálogo con el Ejecutivo hasta su disolución, el 30 de noviembre de 1982.

- Primera tregua tras el Pacto de Ajuria Enea. Con el PSOE en el Gobierno, todos los partidos políticos democráticos (PSOE, AP, CDS, CiU, PNV, PDP, PL, PCE y EE) firmaron el 12 de enero de 1988 un acuerdo conocido como Pacto de Ajuria Enea. En él, expresaron su apoyo a procesos de diálogo "entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular".

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Dos semanas después de aquel acuerdo político, ETA declaró una tregua que duró sólo un mes. Ese año, la banda terrorista asesinó a 21 personas.

- Tres meses sin bombas para comenzar 1989. En enero de 1989 ETA declaró una tregua de 15 días que prolongó dos meses más. Los dirigentes terroristas Eugenio Etxebeste, Antxon, y Belén González Peñalba se reunieron en Argel con los dirigentes socialistas Rafael Vera y Juan Manuel Eguiagaray. Pese a los intentos del Gobierno por prolongar la situación de tregua, ETA volvió a las bombas en abril y mató hasta diciembre a 19 personas.

- Tercer alto el fuego no declarado en 1992. En julio de 1992, los terroristas dejaron de matar en lo que se interpretó como una tregua no declarada. El 17 de agosto, ETA asesinó a los guardias civiles José Manuel Fernández Lozano y Juan Manuel Martínez Gil. La organización terrorista no quiso esperar al 1 de septiembre, fecha en la que el PNV pensaba pedir al Gobierno central el establecimiento del contacto físico con los activistas confinados en Santo Domingo.

- Contacto frustrado en 1995. Durante el último Gobierno socialista, el premio Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel actuó como mediador de una serie de contactos secretos entre el Ejecutivo y ETA que no sirvieron de nada.

- La tregua más larga, con el Gobierno de Aznar. El primer Gobierno de José María Aznar gestionó la tregua más larga en la historia de ETA: 14 meses entre septiembre de 1998 y noviembre de 1999. Sólo unos meses antes de aquella tregua, ETA mató al concejal del PP Miguel Ángel Blanco. Durante el primer mandato del PP, los acercamientos de presos etarras al País Vasco fueron habituales. Antes de la tregua, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, acercó a 107. Durante el alto el fuego de ETA, el Ejecutivo de Aznar aproximó a otros 155 internos de ETA, con el respaldo del Congreso de los Diputados, que votó a favor de una resolución que permitía una gestión flexible de la política penitenciaria. Mayor Oreja ha recordado ahora, en un libro de conversaciones con un periodista, aquellas medidas "ingenuas" a favor de presos etarras que tomó siendo ministro: "Yo llevé mi propuesta de política penitenciaria a la reunión que teníamos los jueces por la tarde, en Moncloa, los que formábamos el equipo habitual, esto es, el presidente, sus asesores y yo. El proyecto que llevamos me parecía coherente con nuestras posiciones, defendible ante la sociedad española, razonable. Consistía en sesenta acercamientos de presos a la Península desde Canarias, Ceuta, Melilla, Islas Baleares y siempre con criterios individualizados". En esa reunión hubo momentos de tensión muy fuertes porque la alternativa a su propuesta que hizo uno de los presentes -cuya identidad no revela- fue "la aproximación al País Vasco de los 500 presos, de todo el colectivo". Mayor Oreja asegura que su oposición fue "terminante" y reconoce que, al término de la reunión, que calificó de "desagradable y tensa", Aznar le pidió que reflexionara para incrementar esos 60 acercamientos de presos de ETA a "una cifra un poco más redonda". "Fue la peor noche del tiempo que estuve en el Gobierno. Yo no sé si el presidente interpretó correctamente mis palabras. Yo le había dicho que yo no iba a ser un obstáculo, para nada, pero que yo no me reconocería haciendo una política contraria a mis convicciones. Yo creo que él nunca creyó que le estaba presentado la dimisión", señaló, tras recordar que al final fueron 103 las aproximaciones de terroristas a la Península. Esas medidas no sirvieron para convencer a ETA, que rompió la tregua tras mantener contactos con Javier Zarzalejos, Pedro Arriola y Ricardo Martí Fluxá, representantes del Gobierno del PP. 23 personas fueron asesinadas por ETA el año siguiente a la tregua.

- Último alto el fuego permanente. ETA declaró el 22 de marzo de 2006 un alto el fuego permanente tras muchos meses de intensos rumores sobre una nueva tregua de la banda terrorista. El Gobierno decidió en julio, tras comprobar supuestamente que el alto el fuego era real, autorizar los contactos con los terroristas. En ese periodo, el PSE aceptó reunirse con los dirigentes de la ilegalizada Batasuna y dialogar sobre la constitución de una Mesa de Partidos donde debatir sobre el futuro de Euskadi. En ese periodo, el PP denunció la complicidad de la Fiscalía General del Estado, por orden del Gobierno, con dirigentes de Batasuna o de ETA.

Las reclamaciones de dirigentes nacionalistas vascos para que se produjera un acercamiento de presos etarras cayó en saco roto. Tras las conversaciones mantenidas por enviados del Gobierno con dirigentes etarras, los terroristas decidieron, sin previo aviso, volver a las armas con el asesinato de dos personas, Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, con una bomba en el aeropuerto de Barajas.

- Tregua después de la tregua. Tras los asesinatos, ETA difundió en enero un comunicado en el que anunciaba su intención de mantener el alto el fuego permanente. Mientras hacía esta declaración, se preparaba para matar. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad desbarataron algunos planes de los terroristas, que habían preparado bombas y construido zulos para explosivos con la intención de volver a atentar. La confirmación formal de la ruptura del alto el fuego llegó en la madrugada del martes, en forma de comunicado. ETA nunca da tregua al terror.

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