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Ola de cambio en el mundo árabe

Las fuerzas de seguridad sirias disparan al aire para dispersar a cientos de manifestantes

El Ejército refuerza su presencia en las zonas de la protesta en Siria

Enric González

Las fuerzas de seguridad sirias ha disparado al aire para dispersar a los manifestantes en Deraa, en una nueva jornada de protestas en esta ciudad meridional, epicentro de la revuelta contra el régimen sirio. Un testigo ha explicado por teléfono a EFE que las fuerzas de seguridad dispararon al aire pero no contra de los manifestantes. Una fuente oficial, citada por la agencia estatal de noticias SANA, ha insistido en que las declaraciones de algunos medios de que se había atacado a los manifestantes eran "incorrectas". Esa misma fuente ha negado que las fuerzas de seguridad hubieran disparado a los participantes en las protestas de hoy, donde en días previos se produjeron fuertes enfrentamientos que se saldaron con más de una veintena de víctimas. "Queremos dignidad y libertad y no a las leyes de emergencia", ha dicho un testigo citado por Reuters. Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha advertido en un comunicado a las autoridades de Siria que el asesinato de manifestantes podría llevar al país a un estado de caos y violencia.

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El vicepresidente del país, Faruq al Shara, ha declarado a la cadena de televisión del movimiento chií libanés Hezbolá, Al Manar, que el presidente Basar al Asad anunciará en los dos próximos días una serie de "importantes" decisiones que "agradarán al pueblo sirio". Este anunció llega después de que el Gobierno sirio culpase ayer a un predicador islamista y a misteriosos grupos armados de la creciente revuelta en el país , y siguió ampliando su estrategia represiva: el Ejército reforzó sus posiciones en las calles de Deraa, donde se originó la protesta , y en Latakia, donde el sábado murieron 12 personas -y no tres como se creyó al principio- y más de 200 sufrieron heridas.

Mientras Al Assad guarda silencio desde el comienzo de la revuelta, el grupo islámico sirio Hermanos Musulmanes ha responsabilizado al presidente del "derramamiento de sangre del pueblo por parte de sus fuerzas brutales". En un comunicado, los Hermanos Musulmanes han rechazado "todas las alegaciones que han intentado justificar los que han cometido crímenes contra la humanidad".

Al Assad recibe llamadas de apoyo

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El presidente sirio, Bashar al Assad, ha recibido en las últimas horas llamadas de apoyo de varios dirigentes de la región, después de que en los últimos días se hayan contabilizado al menos 61 muertos solo en la zona de Deraa. Según ha informado la agencia oficial siria SANA, Al Assad ha recibido el "apoyo" del rey Abdulá de Arabia Saudí ante "la conspiración de la que es objeto la seguridad y la estabilidad" de Siria. Asimismo, el monarca le ha transmitido que Riad estará "junto a las autoridades y el pueblo libio para desbaratar esta conspiración".

Al Assad también ha recibido llamadas, según SANA, del rey de Bahréin -país que también ha registrado en las últimas semanas manifestaciones a favor de más democracia-, Hamad bin Isa al Jalifa, y de los emires de Kuwait, jeque Sabá al Ahmad al Jaber al Sabá, y Catar, Hamid bin Jalifa al Thani, así como del presidente iraquí, Jalal Talabani. Todos ellos, según la agencia oficial, han expresado el respaldo de sus países a Siria y su "confianza en la capacidad del país de frustrar esa conspiración".

Promesas de reformas

Mientras la oposición, carente de líderes, intentaba organizarse y convocar una huelga general, el Gobierno seguía prometiendo de forma vaga reformas políticas y el levantamiento de las leyes de emergencia vigentes desde 1963.

Buthaina Shaaban, la asesora política del presidente Bachar el Asad, asumió de nuevo la función de portavoz para el extranjero y declaró que los violentos disturbios registrados el sábado en Latakia habían sido provocados por el jeque Yusef el Qaradawi, un popularísimo y polémico teólogo suní egipcio cuyo programa en Al Yazira disfruta de una audiencia cercana a los 40 millones de personas. "Hasta el sermón que El Qaradawi pronunció el viernes, todo estaba tranquilo en Latakia", dijo. En su sermón, el predicador musulmán, conocido por su rechazo a "la herejía chií" (los Asad son alauíes, una rama del chiísmo), criticó duramente el régimen sirio y la represión policial sobre los manifestantes, y bendijo las protestas como "una causa justa".

El Qaradawi ya fue uno de los factores que animaron la rebelión en Libia. El jeque afirmó que Gadafi carecía de legitimidad como gobernante y que trabajaba para el sionismo. En cambio, defendió al Gobierno de Bahréin y a la dinastía de los Al Jalifa, a varios de cuyos miembros llamó "amigos personales", frente a la revuelta mayoritariamente chií. El jeque El Qaradawi es conocido por considerar el Holocausto judío como "un merecido castigo divino" y años atrás fue objeto de una campaña de denuncia por parte de cientos de teólogos musulmanes que calificaron sus enseñanzas de "bochornosas".

Además de la incitación del jeque, según Buthaina Shaaban, en Latakia aparecieron los mismos misteriosos "grupos armados" a los que también se atribuyó la violencia en Deraa. Miembros de esos grupos habrían disparado sobre la multitud desde las azoteas y causado la muerte de manifestantes y policías. Numerosos participantes en las protestas aseguraron, por el contrario, que no existía misterio alguno y que quienes disparaban a la multitud eran agentes de la Guardia Presidencial y de otros cuerpos de élite, dirigidos por un hermano del presidente El Asad.

En Deraa, el corazón de la protesta, miles de ciudadanos se congregaron ayer en las mezquitas de forma silenciosa. En la mezquita de Al Omari permanecían reunidas más de 1.200 personas, según testigos presenciales citados por la BBC, quienes indicaron asimismo que numerosos soldados habían tomado la ciudad y rodeado las mezquitas.

Buthaina Shaaban, que el jueves ya anunció un programa de reformas sin detalles ni fechas, declaró que la decisión de levantar las leyes de emergencia había sido adoptada por el Gobierno y solo faltaba elegir el momento de ponerla en práctica. Esas leyes, vigentes desde 1963, permiten detener y encarcelar de forma arbitraria, someter a vigilancia las comunicaciones privadas y aplicar una severa censura sobre los medios de comunicación. Shaaban adelantó que el presidente Bachar el Asad iba a comparecer en televisión "en los próximos días" para especificar su programa de reformas y "aclarar la situación" con los ciudadanos sirios.

Partidarios del presidente El Asad, ayer en Damasco.
Partidarios del presidente El Asad, ayer en Damasco.BASSEM TELLAWI (AP)
Un herido en la represión de las manifestaciones en Latakia,  es trasladado en el interior de un centro sanitario.
Un herido en la represión de las manifestaciones en Latakia, es trasladado en el interior de un centro sanitario.HUSSEIN MALLA (AP)

Liberados los dos periodistas de Reuters

Dos periodistas libaneses de la agencia de noticias Reuters han sido puestos en libertad por las autoridades sirias tras pasar dos días detenidos, según ha informado la agencia. Ambos, pertenecientes a la sección de televisión de la agencia, fueron detenidos el sábado en Damasco y no se ha sabido nada de ellos hasta hoy. Se trata de el productor Ayat Basma y el cámara Ezzat Baltaji, que ya han regresado a Líbano y han informado de que se encuentran bien.

"Reuters está preocupado por la detención e incomunicación de sus periodistas durante un periodo tan largo. Estamos satisfechos por su liberación y esperamos que vuelvan pronto y darles la bienvenida", ha declarado el director jefe de la agencia Reuters, Stephen Adler. "Queremos dar las gracias a todos los que nos han ayudado a resolver este incidente", ha contado.

Basma y Baltaji entraron en Siria el jueves por la tarde para cubrir las manifestaciones prodemocráticas iniciadas hace dos semanas, pero fueron detenidos e interrogados porque carecían de la acreditación necesaria para trabajar en Siria y porque grabaron "en una zona en la que no estaba permitido grabar", han explicado las autoridades sirias.

El último contacto con los periodistas fue el sábado por la tarde, cuando anunciaron que se dirigían de vuelta a Líbano. La siguiente noticia suya se no ha llegado hasta hoy, poco antes de su puesta en libertad.

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