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Gira multidisciplinar de Fernández por Alemania

La agenda de la presidenta argentina incluye diplomacia, literatura, filosofía, ciencia y reuniones con inversores

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, arribó ayer a Alemania para ofrecer un discurso en la apertura de la Feria del Libro de Francfort, que comienza hoy con Argentina como país invitado de honor. Mañana se reunirá en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel, y al día siguiente se encontrará con los máximos ejecutivos de algunas empresas del sexto mayor inversor extranjero en Argentina, detrás de España, EE UU, Holanda, Brasil y Chile.

Fernández inaugurará la Feria de Francfort, la mayor del mundo, junto al ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, y a la escritora argentina Griselda Gambaro. La presidenta de Argentina visitará el pabellón de su país en la exposición, que está dedicado al bicentenario de la revolución (independentista) de mayo de 1810 . Para celebrar estos 200 años en el mayor encuentro del mundo editorial, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina ha invitado a viajar allí a 60 escritores de su país. Entre ellos figuran Osvaldo Bayer, Guillermo Martínez, Alan Pauls, Jorge Accame, Marcelo Birmajer, Leopoldo Brizuela, Pablo de Santis, Ana María Shua, Luisa Valenzuela, Claudia Piñeiro y María Negroni y Federico Jeanmarie. También fue invitada la viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama. En la clausura de la feria, el domingo, el poeta Juan Gelman, ganador del Cervantes, pronunciará el discurso de cierre.

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¡Qué bárbaro!

Antes de abrir la feria, Fernández firmará una carta de intenciones para constituir un espacio permanente de investigación y actualización de la Teoría Crítica, corriente de pensamiento que nació en la Escuela de Francfort y ha tenido como exponentes a Theodor Adorno, Walter Benjamin, Max Horkheimer, Herbert Marcuse, Jürgen Habermas y Erich Fromm. Por la noche participará en una gala en la que el israelí de origen argentino Daniel Barenboim ofrecerá un concierto y Rodolfo Mederos hará sonar el tango de su bandoneón.

Mañana, en cambio, no será un día de arte y filosofía para la presidenta argentina. Será recibida por Merkel. Desde que Argentina suspendió pagos en 2001 , cada encuentro entre líderes de ambos Gobiernos abordó la cuestión de la deuda impagada con el Club de París, un grupo de 19 países acreedores en el que no solo está Alemania, sino también España, EE UU, Japón y Holanda. El pasivo asciende a 5.770 millones de euros, si se tienen en cuenta el capital, los intereses vencidos en nueve años y las multas previstas por la falta de pago. Argentina ya ha normalizado la gran mayoría de la deuda que dejó de pagar en 2001, con excepción de lo adeudado al Club de París y con una minoría de inversores en bonos (que suponen el 7,6% del capital) que rechazaron ya dos canjes de títulos que formuló el Gobierno.

El ministro de Exteriores de Argentina, Héctor Timerman, negó por la red social Twitter que la deuda del Club de París estuviera en la agenda del encuentro de mañana, pero el embajador argentino en Berlín, Victorio Taccetti, no descartó que se analizara. Hace pocos días, el ministro de Economía argentino, Amado Boudou, negó que su país fuera a cancelar lo adeudado de una sola vez y con reservas de su Banco Central. También descartó un acuerdo programático con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que es la condición que pone el Club de París para refinanciar la deuda en cuotas. Por eso, la opción que se barajaba era la del pago de una sola vez, que el Gobierno de Buenos Aires prometió en 2008, pero que finalmente incumplió con el argumento de que la crisis internacional había cambiado las condiciones financieras del país. El pago al Club de París es cuestionado por organismos de derechos humanos porque consideran que es una deuda ilegítima, dado que una parte de los créditos fueron concedidos por Alemania y Holanda a la última dictadura militar de Argentina, que había llegado al poder de forma ilegal.

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Después de verse con Merkel, la jefa de Estado de Argentina se encontrará con Peter Gruss, presidente de la Sociedad Max Planck, organización científica que abrirá su primera sede latinoamericana en Buenos Aires. Mañana viajará a Hannover para encontrarse con ejecutivos de empresas alemanas con inversiones en este país sudamericano: la petrolera Wintershall, la metalúrgica Ferrostaal, la tecnológica Siemens, la farmacéutica Bayer y la automotriz Volkswagen.

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