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Crisis política en Centroamérica

Honduras divide América Latina

Brasil encabeza el grupo de países que se niegan a reconocer la validez electoral - España propone abrir una vía de diálogo con el vencedor de los comicios

Los dirigentes iberoamericanos, reunidos en Estoril (Portugal), llegaron ayer a un principio de acuerdo para soslayar sus profundas diferencias en torno a la legitimidad de las elecciones hondureñas del pasado domingo e impulsar una "plataforma de diálogo", con respaldo de la comunidad internacional, que propicie un "gran acuerdo nacional" entre el presidente depuesto, Manuel Zelaya, y el ganador de los comicios, Porfirio Lobo, para restaurar la normalidad democrática en el país centroamericano.

Según anunció la canciller hondureña y representante de Zelaya en la reunión, Patricia Rodas, el comunicado final de la cumbre evita pronunciarse sobre la validez de las elecciones y se limita a tomar nota de los informes recibidos. Aunque calificó de "espurio" el proceso electoral, la canciller no exigió su repetición y admitió que Lobo es "un actor político real", por lo que Zelaya está dispuesto a negociar con él. "Se trata de una nueva oportunidad para una salida pacífica y dialogada", aseguró.

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"Ni reconocemos las elecciones ni las ignoramos", avanzó por la mañana el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, abriendo una tercera vía entre los países que niegan cualquier validez a un proceso electoral que consideran fruto de un golpe de Estado (encabezados por Brasil y los socios de la Alianza Bolivariana) y quienes defienden que las elecciones han sido legítimas y se aprestan a reconocer al nuevo Gobierno (Colombia, Perú, Costa Rica y Panamá). España propone abrir "un mecanismo de diálogo" para salir de la crisis.

El borrador de comunicado, al que anoche se daban los últimos retoques, reitera la condena del golpe de Estado que expulsó a Zelaya del país el 28 de junio y la necesidad "insoslayable" de que sea repuesto en su cargo, al tiempo que exige el cese de las violaciones de los derechos humanos y del hostigamiento a la embajada brasileña, donde el derrocado presidente está refugiado desde el 22 de septiembre, y a otras legaciones diplomáticas en Tegucigalpa.

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Al principio de acuerdo se llegó tras una intensa jornada en la que quedaron patentes las diferencias entre los dos bloques. El ministro portugués de Exteriores, Luis Amado, anfitrión de la cita, reconoció la existencia de "divergencias muy profundas, lo que hace difícil el consenso".

A su llegada a la reunión, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, calificó las elecciones hondureñas de "parodia y simulacro democrático", mientras que el colombiano Álvaro Uribe, a través de un comunicado, destacó la "alta participación" y calificó el proceso electoral de "sin fraude e inobjetable". Desde Madrid, el presidente del PP, Mariano Rajoy, se alineó con esta última posición y remitió una carta a Lobo en la que le felicitaba por su "magnífica victoria electoral".

Con menos entusiasmo, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, que encabezó en los últimos meses las frustradas gestiones para restituir a Zelaya en el poder, pidió que se reconozca al nuevo Gobierno para que Honduras "no se convierta en la Myanmar de Centroamérica. La Organización de Estados Americanos (OEA) trabajó arduamente para revertir el golpe de Estado. No fue posible, pero la culpa no fue del pueblo hondureño y no debe sufrir por ello", alegó.

El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que la semana pasada rechazó la petición de Barack Obama para que reconociese la legitimidad de las elecciones, no hizo declaraciones públicas. Pero en la reunión que mantuvo con el Rey y José Luis Rodríguez Zapatero, por espacio de unos tres cuartos de hora, se mostró partidario, según fuentes diplomáticas españolas, de "ganar un poco de tiempo" para observar los primeros pasos de Lobo. Marco Aurelio García, asesor de Lula, reconoció que hay nuevos hechos que pueden cambiar la actitud de Brasil y pidió "señales fuertes" a Lobo.

"Brasil sigue firme y la mayoría de la comunidad internacional se mantiene a nuestro lado", aseguro la representante de Zelaya, quien subrayó que sólo cuatro de los 22 países representados en Estoril han dado por buenas las elecciones del domingo.

El próximo 4 de diciembre se reúne la Comisión Permanente de la OEA. Dos días antes, el Congreso de Honduras debe votar si aprueba la restitución temporal de Zelaya. "Las acciones de Lobo serán fundamentales para que la comunidad internacional valide al nuevo Gobierno", dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.

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La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, charla con el de México, Felipe Calderón, antes de la sesión de la Cumbre Iberoamericana en Estoril.AFP

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