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Tragedia en el Mediterráneo

Inmigrantes africanos sobreviven tres días agarrados a una red en el Mediterráneo

Un buque italiano rescata a los jóvenes tras negarse a recogerlos un pesquero maltés

Pasaron tres días y tres noches agarrados a una almadraba porque nadie quería sacarlos del mar para ahorrarse problemas. El primer día comieron manzanas; luego, nada. La vida de los 27 inmigrantes africanos indocumentados que naufragaron mientras trataban de alcanzar Europa pendía de un hilo mientras Malta, Libia y el buque que los encontró discutían a quién correspondía rescatarlos. Al final, Italia puso fin a su pesadilla y los trasladó a la pequeña isla de Lampedusa. "Han sobrevivido porque todos eran jóvenes y fuertes", explicaba una responsable de ACNUR en Lampedusa.

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El sábado, un avión militar italiano avistó al grupo de náufragos en aguas territoriales de Libia, pero cerca de Malta, y las autoridades de ese país pidieron permiso para intervenir. Los inmigrantes fueron rescatados finalmente el sábado por la noche por la Marina italiana, y el domingo desembarcaron en Lampedusa, cerca de Sicilia, en "buenas condiciones", según indicó a este periódico un portavoz de la policía del puerto de Palermo.

Los 27 inmigrantes son todos hombres procedentes de Ghana, Nigeria, Camerún y Sudán. Una vez llegados a Lampedusa fueron trasladados al centro de primera acogida de la pequeña isla, desde donde contaron su historia. "Habían salido desde Libia. Permanecieron en el mar durante nueve días", explica Laura Boldrini, de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Lampedusa.

"Los primeros seis días los pasaron a la deriva en su pequeña embarcación porque el motor se les había estropeado", comenta Boldrini en conversación telefónica. Y añade: "Luego encontraron al remolcador maltés, que no quiso dejarlos subir a bordo, pero les ofreció una de sus redes de pescar atún".

El primer día, los tripulantes de la embarcación distribuyeron a los náufragos agua, manzanas y naranjas. Después, nada, explicaron los inmigrantes a los miembros de ACNUR que les atendieron en Lampedusa.

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Charles Azzopardi, el armador del Budafel, el barco maltés que transportaba la gran red para pescar atún, se puso en contacto con las autoridades de su país y les comunicó las coordenadas. Pero al mismo tiempo dejó claro que no iba a dejar subir a los inmigrantes al barco. Para no meterse en problemas, y para no perder más tiempo en su viaje, rumbo a España.

El Budafel se encontraba apenas a 80 kilómetros de la costa de Libia, y Malta trató de convencer a este país de que se ocuparan del rescate alegando que la isla ya no podía absorber a más inmigrantes ilegales. En cinco días, casi 160 habían llegado ilegalmente al pequeño país.. Pero las conversaciones sobre quién debería asumir el riesgo se empantanaron. Y empezaron a pasar los días.

En la espera, relata ACNUR, se cruzó otra nave, pero tampoco quiso recogerlos. "Me contaron que ya no aguantaban más y tuvieron miedo a morir", cuenta Boldrini, quien ahora en Lampedusa está explicando a los inmigrantes cómo pedir asilo político en Italia,

Finalmente, apareció el avión italiano y después la embarcación de la Marina italiana Orione. Desde un helicóptero se tiraron chalecos salvavidas y a las nueve de la noche del sábado emprendieron rumbo a Sicilia, adonde los inmigrantes llegaron exhaustos.

Cuando el avión militar italiano avistó el grupo de africanos, estaba en realidad buscando otro barco. El jueves, un avión maltés fotografió una embarcación cargada con entre 53 y 57 personas, la gran mayoría de ellas procedentes de Eritrea, quienes estaban llamando por teléfono móvil desesperadamente a sus familiares en Italia, Inglaterra y Malta, para que alertaran a las autoridades. "Logramos ponernos en contacto con los familiares y sabemos que en esta otra embarcación hay varios niños y por lo menos dos neonatos", dijo Laura Boldrini.

Este barco, lleno de inmigrantes, desapareció, aparentemente tras el tira y afloja entre Libia y Malta. Sin embargo, a última hora de la tarde de ayer ACNUR estaba convencida de haber recuperado la pista del buque fantasma. Según la agencia de Naciones Unidas, los inmigrantes de esta embarcación se encontraban detenidos en Libia.

Los inmigrantes africanos agarrados en la almadraba del buque <i>Budafel, </i>en aguas de Libia, fotografiados el sábado desde un avión de la Marina italiana.
Los inmigrantes africanos agarrados en la almadraba del buque Budafel, en aguas de Libia, fotografiados el sábado desde un avión de la Marina italiana.EFE
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