"Moriremos vestidos a la última moda, pero idiotas"
Siempre provocador y creativo, el ex fotógrafo de Benetton y publicista milanés Oliviero Toscani, de 66 años, anuncia que por primera vez en 50 años no votará. "Italia es hoy lo contrario del Renacimiento", dice, "no hay energía, ni valentía, el riesgo se desprecia. La creatividad ha muerto a manos de la seguridad, y lo único seguro es que vamos todos a la quiebra".
Pregunta. ¿Cómo ve la campaña?
Respuesta. El producto de peor calidad de Italia es la política. Los peores profesionales del país son los políticos. Los incapaces, o trabajan de burócratas o se hacen políticos o se convierten en managers. Por eso Italia está así.
P. Así que no votará.
R. Iré, retiraré la papeleta, daré mi nombre, pero no votaré.
P. Y dejará ganar a Berlusconi. ¿No le asusta?
R. Sí, pero esta vez no creo que él quiera ganar. No le veo muy entusiasta. En cierto modo, la peor jugada que podemos hacerle es dejarle ganar. Así se pegará un tiro en el pie.
P. De manera que tira la toalla.
R. Tengo el honor de haber votado siempre por los Radicales, que nunca hasta ahora han vendido su alma por un puesto en el Gobierno. Pero todo lo que digo es un acto de amor y de optimismo. Hemos tocado fondo, y por suerte nos queda Europa, España, Zapatero. ¡Vosotros sí estáis iluminados! Aquí es todo de una oscuridad siniestra. Lo único que funciona lo hace gracias a una minoría de individuos, grandes profesionales, anárquicos pero disciplinados, que van por libre. A mí el Gobierno jamás me ha ayudado en nada. Al revés, me ha hecho penar con millones de burócratas que justifican su ineptitud y su cargo complicándote la vida.
P. ¿Realmente es tan grave la crisis?
R. ¡Italia es un desaparecido! En 50 años no ha existido arquitectura, la precariedad de la inteligencia se ha hecho norma, las mammas siguen siendo grandes castradoras, los profesores ganan menos que los obreros, nadie respeta la escuela, y hay que defender a los profesores de los idiotas de los padres. No es posible refundar el país, porque la decadencia no es económica, es moral y se emite a todas horas por televisión. Hemos sido vencidos por la vulgaridad. Moriremos elegantes, vestidos a la última moda, vulgares, vacíos e idiotizados por dentro.

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