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La OCDE busca cambiar la escala nuclear para distinguir Fukushima y Chernóbil

El organismo pretende crear un grado más, el 8, para reflejar que la fuga radiactiva de Ucrania fue mayor - Considera confuso el sistema vigente

El mantra del sector nuclear de que "Fukushima no es Chernóbil" ha topado con un problema: la escala internacional de accidentes nucleares (INES), que equipara ambos accidentes como nivel 7, el máximo. El sistema, creado en 1990, no distingue que en Fukushima la fuga ha sido un 10% de la de Chernóbil, entre otras cosas. En apoyo de Japón, la OCDE propondrá cambiar la escala para que Fukushima sea un 7 y Chernóbil un 8 y que se cumpla el mantra también sobre el papel.

El director general de la Agencia Nuclear de la OCDE, el español Luis Echávarri, visitó Tokio el jueves y el viernes. Echávarri se reunió con los responsables de la gestión de Fukushima y les ofreció la ayuda de la OCDE en el análisis de áreas contaminadas y en la "evaluación del accidente de cara a la opinión pública", entre otras materias.

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En ese apartado, Echávarri explicó a este diario que la oferta es pedir al Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) de la ONU que modifique la escala INES. "La escala es un instrumento para informar al público, no de gestión técnica. Y se ha visto que hay una contradicción entre darle un 7 a ambos accidentes e intentar explicar que son diferentes", señaló Echávarri. Este insistió en que es partidario de "superar esa contradicción con una reforma" del sistema, pero que "solo debería hacerse una vez que Fuksuhima esté bajo control y siempre que no haya nuevos escapes radiactivos".

Un mes después del terremoto del 11 de marzo, Japón se vio obligado a calificar con un 7 el accidente de Fukushima. Lo hizo porque la escala fija que en ese nivel todo accidente en el que la fuga radiactiva supere las "decenas de miles de terabequerelios de yodo 131", lo que ocurre en Fukushima.

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Al anunciar el cambio en la escala, la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa (NISA) insistió en que en Fukushima no había explotado el reactor (sino el hidrógeno), que no había trabajadores muertos, que la radiactividad no impedía trabajar del todo en la nuclear y que la emisión era un 10% de la de Chernóbil. Japón ya apuntó entonces que si la escala se hubiera diseñado hasta el 8, Chernóbil estaría un peldaño por encima de Fukushima.

La escala INES fue creada en 1990 a propuesta de la OCDE, que se inspiró en una escala francesa. Como la mayoría de los países nucleares pertenecen a la OCDE, es probable que la propuesta de Echávarri concite muchos apoyos. El lobby nuclear está muy incómodo con la calificación de Fukushima.

Fukushima previsiblemente traerá otros cambios en la política nuclear japonesa. La Agencia de Seguridad Nuclear (NISA) del país depende del Ministerio de Economía e Industria, el encargado de impulsar nuevas centrales nucleares. Países como EE UU, Francia o España han puesto la seguridad nuclear en organismos independientes del Gobierno. Echávarri apunta de manera diplomática que "quizá Japón deba dar el paso de reforzar la independencia sobre el Gobierno". El incipiente movimiento antinuclear sigue adelante: ayer en Tokio hubo una manifestación para pedir este replanteamiento de la política energética.

Manifestantes contra la energía nuclear, ayer en Tokio.
Manifestantes contra la energía nuclear, ayer en Tokio.YOSHIKAZU TSUNO (AFP)

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