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XVII Congreso del Partido Comunista Chino

Hu Jintao garantiza la hegemonía del partido

El presidente chino propone una "sociedad moderadamente acomodada" bajo el control comunista

El presidente chino, Hu Jintao, prometió ayer reformas controladas y una "mayor participación de los ciudadanos en los asuntos políticos" del país para 2020, el año que se ha fijado Pekín para alcanzar lo que denomina una "sociedad moderadamente acomodada", pero advirtió de que cualquier avance en este sentido sólo podrá ser realizado bajo el gobierno absoluto del Partido Comunista Chino (PCCh). Así lo dijo en la sesión de apertura del XVII Congreso del PCCh, durante el cual se prevé que sea ratificado para un segundo mandato como secretario general de la formación hasta el año 2012. Hu aseguró que su objetivo prioritario es continuar con el desarrollo económico y al mismo tiempo reducir las fuertes desigualdades sociales.

La renta 'per cápita' urbana se ha situado en 1.100 euros; la rural está sólo en 335
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"Al profundizar las reformas políticas, debemos mantener la correcta orientación, y sostener el papel del partido en el centro del liderazgo", señaló, en el anfiteatro del Gran Palacio del Pueblo, en Pekín. Fue una intervención de dos horas y 25 minutos de duración, ante los 2.200 delegados llegados de todo el país, en la que pasó revista a los logros de su primer mandato, y fijó los objetivos para los próximos años.

En el exterior, en la plaza de Tiananmen, cerrada al público, ondeaban las banderas rojas, y vigilaban cientos de policías de uniforme y de civil. El congreso del PCCh, que dura una semana, es el acto más importante de la vida política china, y se celebra cada cinco años.

El Gobierno ha asegurado repetidas veces que nunca adoptará un modelo de democracia de estilo occidental -y así lo volvió a repetir el domingo Li Dongsheng, portavoz del congreso-, pero quiere potenciar progresivamente lo que denomina "democracia socialista" y la participación de los ciudadanos en los nombramientos de los líderes locales, siempre bajo el control del PCCh.

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El también presidente del país y secretario de la Comisión Militar Central reconoció que el partido no ha respondido a todas las expectativas del pueblo, y se comprometió a reducir las crecientes desigualdades sociales, atajar la corrupción, y promover un modelo de desarrollo más sostenible. Un discurso sin sorpresas, que marcó una política de continuidad respecto a los objetivos fijados en las últimas sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional, que se celebra en marzo, de caminar hacia un gobierno más centrado en el pueblo.

"Nuestro desarrollo económico es realizado con un coste excesivamente alto en recursos y medioambiental. Existen desequilibrios entre las zonas rurales y las ciudades, entre las regiones, y entre la economía y la sociedad", señaló, para prometer a continuación que las pautas de desarrollo serán modificadas de forma importante.

Hu, de 64 años, afirmó que "aún hay un gran número de gente pobre tanto en las ciudades como en el campo, y que se ha hecho más difícil conciliar los intereses de todas las partes". A pesar de que el proceso de apertura y reforma lanzado por Deng Xiaoping en diciembre de 1978 ha sacado a cientos de millones de personas de la miseria, aún existen 318 millones que viven en la pobreza, con menos de dos dólares diarios, según un estudio del Banco Mundial hecho público en abril.

Las diferencias sociales no han dejado de crecer en los últimos años. Hasta el punto que, junto con la corrupción, se han convertido en una fuente al alza de protestas, y, según ha reconocido el propio Partido Comunista, en un peligro para su supervivencia. La renta per cápita urbana creció un 10,4% el año pasado, hasta situarse en 11.759 yuanes (1.100 euros), mientras que la rural lo hizo un 7,4%, hasta 3.587 yuanes (335 euros).

De ahí que una de las innovaciones de este congreso será la inclusión en la Constitución del PCCh del concepto de "desarrollo científico", que impone la necesidad de que los avances económicos no se hagan a cualquier precio, sino que deben tener en cuenta las consecuencias sociales y medioambientales. En el congreso de noviembre de 2002, en el que Hu Jintao ascendió al poder, la Carta fue modificada para admitir a los empresarios -los llamados capitalistas rojos- en el partido.

La inclusión del pensamiento ideológico de Hu en la Constitución es considerada una prueba de que ha consolidado su posición como líder del país, aunque Jiang Zemin, de 81 años, que ayer se sentó a su izquierda en el centro del escenario, sigue manteniendo una gran influencia.

El congreso alcanzará su clímax cuando, el último día, los miembros del Comité Permanente del Buró Político -actualmente integrado por ocho personas, tras el fallecimiento de Huang Ju en junio pasado a causa de un cáncer- desfilen en el auditorio, por estricto orden jerárquico, y se despeje la incógnita sobre quiénes son sus nuevos integrantes, y quién -o quiénes- son los posibles sucesores de Hu cuando éste finalice su mandato dentro de cinco años.

Un soldado se prepara para izar la bandera china delante del mausoleo de Mao Zedong, en la plaza de Tiananmen.
Un soldado se prepara para izar la bandera china delante del mausoleo de Mao Zedong, en la plaza de Tiananmen.REUTERS

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