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Reportaje:

La gramática y la guerra de Bush

Críticas al presidente por decir que la violencia en Irak será "una coma en la historia"

George W. Bush quiere que en las campañas de los congresistas que luchan por el escaño en las elecciones de noviembre se hable de seguridad y terrorismo, y que la reflexión sobre Irak se haga bajo ese foco. Pero la tarea es difícil, porque la guerra pesa como el plomo en la opinión pública y porque los ejemplos elegidos por el presidente en su habitual optimismo histórico -para otros, desconexión con la realidad- a veces son contraproducentes. Sin olvidar el escrutinio de todo lo que se dice: en la era de la política pasada por Internet hay un millón de ojos que no descansan.

Hace ocho días, el presidente dijo una frase que ya había empleado antes en una entrevista con la CNN: "Vamos a ayudar a los iraquíes. Hay que recordar que 12 millones de ellos votaron en las elecciones de diciembre de 2005. Ahora nos parece que han pasado diez años, pero cuando se escriba la historia, será simplemente una coma". Hace tres días, en Arizona, Bush retomó la imagen: "Cuando se escriba este capítulo de la historia será una coma: los iraquíes votaron, coma, y EE UU entendió que Irak era un frente central en la guerra contra el terrorismo y ayudó a que aquella joven democracia floreciera".

Los demócratas están hartos de que se les tache de blandos en temas de terrorismo
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Pero este capítulo de la historia ha sido interpretado por algunos -sobre todo por los blogs contrarios a la guerra- de una manera más amplia, como si hablara de todo el conflicto. "¿Qué es lo que el presidente quiere decir? ¿Cómo es posible que diga que es una coma la guerra de Irak, que a fecha del miércoles pasado se ha cobrado la vida de 2.736 norteamericanos, herido a 20.468 y destrozado a decenas de miles de iraquíes?", dice uno de los comentarios en la blogosfera. Otros creen que Bush envía señales a la Coalición Cristiana, que puede estar desmotivada a la hora de votar, a partir de la máxima 'No pongas un punto donde Dios ha puesto una coma'. Pero, dice otro comentario, "primero, ésa no es una cita bíblica, es un chiste de Gracie Allen; segundo, la usan más bien las iglesias progresistas, no las evangélicas, y tercero, ¿qué diablos tiene que ver con Irak?" En broma o en serio, no es éste el tipo de debate que Bush quiere mantener sobre Irak.

Ayer, Tony Snow, portavoz de la Casa Blanca, dijo que hacer esa interpretación es un ultraje, un atropello. "Como es obvio, el presidente no se refería a la guerra, estaba hablando del periodo de diez meses que va de las elecciones iraquíes hasta ahora mismo. Y sí, esos diez meses pueden ser una coma en la historia, los que corresponden a la andadura del nuevo Gobierno de Bagdad". "Acusar al presidente de que es insensible al sufrimiento y a los problemas de la guerra es una manipulación, es tomar sus palabras fuera de contexto, no es cierto", se esforzó Snow ante una audiencia periodística más bien escéptica.

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La coma no es el único revés presidencial; los demócratas están hartos de los ataques en los que se les describe como "blandos" en temas de terrorismo y seguridad, o de afirmaciones como la que hizo el presidente la semana pasada ante Hamid Karzai y Pervez Musharraf, y que volvió a repetir días después: "Decir que la guerra nos ha hecho menos seguros es aceptar la propaganda del enemigo". Con la credibilidad presidencial seriamente disminuida y unas perspectivas muy prometedoras, la oposición ya no calla -como hizo en 2002 y 2004- y denuncia el juego de usar la seguridad y el terrorismo como bazas electorales.

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