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Crisis energética en la UE

La guerra del gas congela Europa

Cientos de miles de personas del Este viven sin calefacción una de las peores olas de frío - El racionamiento de energía paraliza la industria en Hungría y Eslovaquia

Cientos de miles de ciudadanos del este de Europa viven, sin calefacción, una de las peores olas de frío polar que se recuerdan, con temperaturas de 15 grados bajo cero. "La situación es desesperada", explicaba ayer Elena Carnu, portavoz de la central térmica de Bacau, ciudad situada en el noreste de Rumania, uno de los 18 países europeos afectados por la guerra del gas que enfrenta a Rusia y Ucrania, que ha dejado sin este combustible a gran parte de la zona por tercer día consecutivo. La actividad de parte de la industria de la región, como Eslovaquia y Hungría, está paralizada.

Sin agua caliente ni calefacción, miles de búlgaros, bosnios y serbios combaten el frío como pueden. En Sofía, por ejemplo, los ciudadanos quemaban ayer madera en la calle para poder calentar sus hogares. En Rumania, el ministro de Economía, Adriean Videanu, ha decretado la situación de emergencia energética al constatar que Rusia cortaba por completo el grifo de gas: "Se dispone de autonomía de entre unos 60 y 80 días si las temperaturas no siguen en 15 grados bajo cero".

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La escasez afecta de forma importante a una docena de países, especialmente a Bulgaria, Serbia, Bosnia, Macedonia y Eslovaquia, que no reciben gas ruso a través de Ucrania desde hace tres días, pero que tampoco tienen otras vías alternativas para compensar esta escasez. Más recursos tienen los otros seis países afectados, como Alemania o Polonia, que reciben más gas a través de Bielorrusia o tienen un mejor acceso a otras opciones, como el carbón.

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Pero para los países de los Balcanes y algunos del centro de Europa, la guerra del gas está teniendo efectos demoledores. "Los efectos ya se sienten. Hay racionamiento de energía para ahorrar; hace más frío en las escuelas, parvularios y otras instituciones. Se han reducido las horas de clases por el insoportable frío en Deva", explica Cristina Baumana, profesora del instituto Traian de esta localidad de 80.000 habitantes, situada en el oeste de Rumania. "En clase, mis estudiantes aguantaron durante una hora temperaturas de 15 grados bajo cero por la baja presión de gas", cuenta.

Las gélidas temperaturas están haciendo estragos. En Bucarest, más de 400 bloques estuvieron sin calefacción durante horas por averías de las envejecidas tuberías. "Ya estamos acostumbrados a que se rompan cada cierto tiempo los conductos del gas", se lamentaba Silvia Traistaru, una joven artista que vive en una de esas edificaciones comunistas. En Bacau (180.000 habitantes), unos 100.000 hogares se han quedado sin calefacción ni agua caliente. "No creemos que los problemas se solucionen antes de dos días", declaraba la portavoz de la central térmica de Bacau.

La crisis salpica desde Alemania, la primera economía de la zona euro, hasta la ex república soviética de Moldavia, donde quedan reservas de gas para menos de un día y combustible para unos diez días.

En Bulgaria, se inició el pasado jueves el racionamiento del consumo de gas. Se tuvo que cerrar para todos los consumidores, a excepción de las sociedades distribuidoras y los suministradores de energía térmica destinada a hospitales y hogares. Sin embargo, se bombeaba gas también a las empresas que no pueden parar su proceso tecnológico al no tener posibilidades de utilizar combustibles alternativos.

La situación que se vive es crítica: 64 escuelas permanecían ayer cerradas por la imposibilidad de garantizar la temperatura mínima para los alumnos, y más de 45.000 personas se hallan sin calefacción en sus casas. Los que peor están sufriendo las consecuencias del corte de gas son los jubilados, que soportan en sus viviendas temperaturas de 10 grados bajo cero.

La industria se está viendo muy afectada, en un momento de crisis económica como el actual. En Eslovaquia, las firmas automovilísticas Peugeot Citroën y Kia Motors han parado su actividad por falta de energía. "No tenemos otra solución que cerrar la producción", explicó Peter Svec, portavoz de Peugeot. El principal fabricante de automóviles del país, Volkswagen, todavía no ha reanudado su actividad debido a las vacaciones.

En Hungría, que importa de Rusia la totalidad del gas que consume, el productor de automóviles Suzuki, una de las empresas más importantes establecidas en el país, anunció su cierre hasta que se restituya la situación. Viktoria Ruska, representante de la compañía, manifestó su esperanza de que se vuelva a abrir el lunes. Mientras, los centros comerciales del país ordenaban que se redujera de 26 a 20 grados la calefacción.

También hay fábricas que han cerrado en Bulgaria, como la metalúrgica Promet de Burgas y la de cristal Kitka y se prevé que hagan lo mismo otras empresas del sector químico y farmacéutico. Bulgaria, que depende en un 92% del gas ruso, reinició ayer la actividad de un reactor de la central nuclear de Bobov Dol para hacer frente a la insuficiencia energética. Asimismo, el presidente búlgaro, Georgi Parvanov, manifestó su intención de reactivar el tercer reactor de la central nuclear de Kozloduy, que fue cerrada a petición de la UE, para resistir los efectos de la guerra del gas entre Rusia y Ucrania.

Los principales afectados están siendo los grandes consumidores industriales, según indicó ayer Francisc Toth, director del principal productor de gas de Rumania, Romgaz. Incluso en este país, que produce un 70% del gas que consume, la guerra entre Moscú y Kiev está teniendo graves consecuencias. Una firma de metalurgia y una empresa química han dejado de funcionar.

En Bosnia, donde un tercio de la población de Sarajevo se ha quedado sin calefacción, también han decretado restricciones. La empresa siderúrgica Arcelor Mittal ha cerrado su planta por unos días, al igual que el productor de componentes de automóviles Famos en Macedonia, que ha enviado a más de un millar de personas al paro técnico.

Serbia, por su parte, está orientando la totalidad de su producción local de un millón de metros cúbicos de gas natural hacia los "consumidores prioritarios", según ha explicado Dusan Bajatovic, director de la empresa pública serbia para la distribución de gas natural Srbijagas. Pero, a pesar de este esfuerzo, más de cien mil personas carecen de calefacción y agua caliente.

Mientras tanto, en Ucrania, la ola de frío se ha cobrado la vida de al menos cinco personas en la región de Herson, en el sur de país. Una de ellas pereció en su casa sin calefacción y los otros cuerpos fueron hallados a la intemperie.

Un hombre corta leña en las afueras de Sofía, en Bulgaria.
Un hombre corta leña en las afueras de Sofía, en Bulgaria.AFP

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