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La nueva UE lo tiene difícil

Desbloqueada la crisis institucional, Bruselas debe enfrentarse al ascenso de potencias emergentes, al aumento del paro y a una fuerte dependencia energética

A pesar de los nuevos poderes e instrumentos que otorga el Tratado de Lisboa, los desafíos que afrontará la UE en los próximos años seguirán planteando serias dificultades en múltiples frentes. Los nuevos mandatarios deberán en primer lugar concentrar sus esfuerzos en asegurar la salida de la recesión económica y sobre todo en favorecer la generación de empleos para absorber el ejército de parados que ha dejado la crisis. Al mismo tiempo, Europa tiene que consolidar su papel en la escena internacional en un momento en que las potencias emergentes, especialmente China, están logrando un mayor protagonismo. Para ello, la Unión tendrá que resolver retos específicos en materia de energía, regulación financiera, cambio climático, inmigración, agricultura, ampliación y política exterior.

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Crisis económica y empleo. Aunque la Comisión ha pronosticado ("pero con mucha incertidumbre") la salida de la recesión para el segundo semestre de este año, el paro seguirá por encima del 10% de la población activa en 2010 y 2011. La Unión cuenta con más de 22 millones de desempleados, cinco millones más que hace un año. La previsión de la presidencia sueca es que, entre este año y el que viene, 11 millones de personas ingresarán en las filas del desempleo. Éste es sin duda el mayor problema de una economía cuyas expectativas de crecimiento son muy débiles, no superiores al 1,5% para 2011. El desastre habría sido mayor si no se hubiesen aprobado paquetes de estímulo fiscal por un valor equivalente al 5% del PIB. La cuestión está en encontrar el momento adecuado para retirar los estímulos.

Completar el saneamiento bancario y reformar el sistema financiero. Para asegurar la salida de la recesión es necesario consolidar el saneamiento de los bancos en crisis y poner en marcha las reformas del sistema financiero previstas. Para reforzar la supervisión financiera se crearán tres nuevas autoridades de vigilancia para los sectores de banca, seguros y valores. Además, se creará el Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, que emitirá alertas y recomendaciones cuando detecte situaciones de riesgo. La UE modificará la legislación sobre los requisitos de capital de los bancos para asegurar la solvencia del sector. También prepara una directiva sobre los fondos de cobertura (hedge funds) y de capital riesgo, y otras normativas sobre remuneración en el sector de los servicios financieros y salario de los ejecutivos de las empresas cotizadas. Las reticencias de Reino Unido a una legislación rigurosa pueden conducir a que el acuerdo implique una normativa muy devaluada.

Energía. Europa padece una dependencia exterior en materia energética de más del 50% de sus necesidades. Si no se toman medidas, la dependencia alcanzará el 70% en 2030, según estimaciones de la Comisión. La economía europea es especialmente vulnerable por la volatilidad del precio del petróleo, como se vio en julio de 2008, cuando alcanzó los 147 dólares el barril. A pesar de esta debilidad, la UE carece de una política energética común, que aspira a construir en los próximos años.

La presidencia española tiene previsto presentar en el Consejo de primavera el nuevo Plan de Acción Energético 2010-2014. El plan se centrará sobre todo en la seguridad de abastecimiento, las interconexiones y la política exterior de la energía. En materia de seguridad de suministro de gas, el reglamento propuesto permite una respuesta más coordinada en caso de crisis. Se prevé un sistema de alertas, que cada Estado establezca una autoridad competente para el seguimiento del suministro y obliga a los países a colaborar en los momentos de crisis. También está prevista una nueva legislación sobre edificios "eficientes" y eficiencia energética de los productos.

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Defensa y política exterior. Lo primero que tiene que hacer la Unión para contribuir a la paz mundial es estabilizar sus relaciones de vecindad con el Este y los países del sur en el Mediterráneo. Tiene que establecer igualmente su estrategia regional en las zonas conflictivas donde tiene intereses, especialmente en Oriente Próximo, Afganistán, África y América Latina. Europa debe identificar sus intereses y definir cuáles deben ser sur relaciones con sus principales socios, como Estados Unidos, o con los países con los que tiene una dependencia muy fuerte como Rusia.

Cambio climático. La UE viene liderando la lucha contra el cambio climático, especialmente desde los acuerdos del Consejo de primavera de 2007. La UE ya ha puesto en marcha las disposiciones necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% en comparación con los niveles de 1990. Pero es consciente de que este objetivo es insuficiente. Por ello, la Unión está dispuesta a comprometerse a una reducción del 30% si los otros grandes emisores se comprometen en la justa medida a un acuerdo internacional. La Europa de los Veintisiete ha mostrado ya una seria decisión en esta materia al haber reducido las emisiones en un 9% entre 1990 y 2007.

Inmigración y asilo. Europa vive una fuerte contradicción en materia de inmigración. Por una parte, precisará millones de inmigrantes para afrontar sus problemas de envejecimiento, y por otra mantiene una normativa muy estricta para su aceptación. La UE prepara un paquete legislativo para superar las deficiencias actuales en materia de asilo. El objetivo es garantizar unas condiciones mínimas en el trato de los solicitantes. También se prevé la revisión de Frontex, la agencia del control de fronteras, y se prepara un estatuto de los trabajadores estacionales y una estrategia para gestionar los flujos migratorios ilegales y los canales legales.

Los países miembros eligen al belga Van Rompuy para la presidencia y a la británica Catherine Ashton en Exteriores.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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