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La oposición argentina pasa a controlar la cámara alta del Parlamento

Entre las primeras acciones que acometerá será la aceleración de medidas para entorpecer el uso de las reservas del Banco Central para el pago de la deuda

Soledad Gallego-Díaz

La oposición argentina se hizo este miércoles con el control absoluto del Senado y aceleró las medidas para entorpecer el uso de las reservas del Banco Central para el pago de la deuda, confirmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el discurso del pasado lunes ante el Congreso.

La oposición se garantiza la presidencia de 13 de las 25 comisiones de la Cámara Alta y la mayoría (8 a 7) en todas ellas, lo que supone acabar con la hegemonía parlamentaria de que han disfrutado los Kirchner desde hace siete años, es decir desde que Néstor Kirchner ganó las primeras elecciones en 2003. "Ahora el gobierno deberá negociar consensos y acuerdos", ha dicho el portavoz del radicalismo, Gerardo Morales. "Se acabó la mayoría automática", ha asegurado el socialista Rubén Giustiniani.

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Las dos primeras decisiones del nuevo Senado han sido constituir con urgencia, esta misma tarde, las cuatro comisiones que están vinculadas, de una manera u otra, con los decretos presidenciales sobre la deuda, y convocar al ministro de Economía, Amado Boudou, para que rinda cuentas de las medidas adoptadas en relación con el uso de reservas del Banco Central.

La llamada Comisión del Acuerdo, constituida también con toda urgencia, deberá decidir en pocas horas si da la venia al nombramiento de Mercedes Marcó de Pont como nueva presidenta del Banco Central, cargo en el que sustituyó al dimitido Martín Redrado a finales de enero pasado y para el que fue designada por Cristina Fernández.

El Senado tiene la potestad de examinar determinados "pliegos" o nombramientos. Se suponía que Marcó del Pont, una economista con buenas relaciones políticas, reuniría el apoyo suficiente, pero la gran irritación que provocó la maniobra presidencial del pasado lunes y el hecho de que el Banco Central autorizara la inmediata salida de fondos , puede haber cambiado las tornas y no consiga acabar el mandato de Redrado. "Existe ya un dictamen de rechazo avalado unánimemente por senadores de la oposición, pero queremos convocarla y escucharla", ha anunciado el portavoz radical, Gerardo Morales. Sin embargo, a última hora de la tarde, Marcó del Pont anunció que no acudiría al llamado, por "defectos de forma".

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La sesión del Senado escenificó, por primera vez, un auténtico golpe de fuerza de la oposición, generalmente fraccionada. Los kirchneristas habían conseguido evitar el golpe en la sesión anterior, aprovechándose de la ausencia del ex presidente Carlos Menem, senador por La Rioja, para abandonar la sala y evitar el quórum necesario para las votaciones. El senador Menem, una vez demostrado que la oposición debe tratarle con más cuidado, ha acudido hoy a su escaño y garantizó que, con oficialistas o sin ellos, existía quórum suficiente para el reparto de las comisiones.

"Lo que acabamos de presenciar es la materialización de los resultados electorales del pasado mes de junio", ha asegurado el peronista disidente Rodríguez Saa. El senador Morales ha insistido en que el país hace frente a una nueva realidad política. "Vamos a tener que trabajar mucho para lograr consensos y acuerdos".

La conocida senadora Chiche Duhalde, peronista disidente, ha explicado la frustración que habían sentido desde el pasado mes de junio, cuando las urnas le quitaron la mayoría al kirchnerismo. "Era difícil explicar a la gente qué pasaba con la oposición. Simplemente se hizo muy largo el periodo de tiempo para poder constituir el nuevo Parlamento. Pero ahora, hoy, acaba de empezar a funcionar y esa es la nueva realidad política".

La presidenta Cristina Fernández anunció el lunes ante el Congreso que derogaba el polémico Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que dio origen a la dimisión de Redrado, pero inmediatamente anunció la firma de otros dos decretos, uno simple, por el que se transfieren 2.180 millones de dólares de las reservas del Banco Central para el pago de deuda con acreedores multilaterales (tipo Fondo Monetario Internacional o Banco Mundial) y otro, de nuevo del tipo DNU, para el uso de 4.380 millones de dólares para el pago de deuda de acreedores particulares o privados. Este segundo DNU fue el origen de la nueva batalla porque la oposición estima que no hay urgencia alguna (las sesiones ordinarias del Parlamento ya están en marcha y el plazo de pago no finaliza hasta agosto).

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