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Reportaje:El rastro de la dictadura en Madrid

¿Adiós al callejero franquista?

Tras la aprobación de la ley de memoria histórica, el PSOE e IU reclaman al alcalde de Madrid que retire los símbolos vinculados a la dictadura. El Consistorio aún no se ha prounciado

Luis Doncel

El Ayuntamiento no se pronuncia. Después de que el 28 de julio el Gobierno aprobara el proyecto de ley de memoria histórica, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, no ha precisado si piensa seguir la recomendación que establece la ley de retirar los símbolos y los nombres de las 167 calles, plazas y barrios todavía vinculados al franquismo. Ruiz-Gallardón no ha contestado a las preguntas que le hizo este periódico el 28 de julio. Las últimas noticias que se tienen sobre la postura del Consistorio respecto a los cambios en calles como Caídos de la División Azul, plaza de Arriba España (ambas en el distrito de Chamartín) o el pasaje del General Mola (Salamanca) fueron las pronunciadas en 2004 por el vicealcalde, Manuel Cobo: "Hay gente que se ha propuesto hacer desaparecer los rastros de 40 años de historia y dictadura, y a mí me parece estúpido".

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No comparten su punto de vista los partidos de la oposición. Óscar Iglesias, portavoz adjunto de los socialistas, cree que eliminar de las calles "el horror y la infamia" que suponen los vestigios franquistas contribuiría a mejorar la convivencia en la ciudad. Por ello, el pasado 31 de julio envió una carta al Ayuntamiento en la que le pedía que constituya "una comisión con presencia de todos los grupos municipales para retirar con la mayor brevedad posible los escudos, insignias, placas, nombres de calles y otras menciones conmemorativas de la Guerra Civil o que se identifiquen con el régimen franquista". Respecto a las molestias que el cambio en los nombres de las calles podría ocasionar a los ciudadanos, Iglesias responde que ahora existen medios tecnológicos para dar a conocer las modificaciones de forma fácil y rápida. "No podemos permitir que permanezcan los carteles de nombres ligados al horror", concluye.

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La portavoz municipal de Izquierda Unida, Inés Sabanés, señala el Arco del Triunfo de Moncloa como ejemplo de monumento en el que se glorifica a los vencedores de la guerra del 36. "Creemos que la retirada de las placas del Arco y la adecuación del callejero tiene todavía más sentido ahora que existe una recomendación del Parlamento".

La recomendación a la que se refiere Sabanés está incluida en el proyecto de ley sobre memoria histórica aprobado por el Gobierno. Este texto obliga a retirar de los edificios públicos de titularidad estatal toda escultura, insignia o placa que mencione algo relativo a la Guerra Civil y que "honre a un solo bando". Sin embargo, el proyecto deja en manos de los ayuntamientos y comunidades autónomas la retirada del resto de símbolos, como los nombres de las calles

y se limita a recomendar a estas instituciones que sigan el ejemplo de los edificios estatales.

Uno de los apartados del texto con el que difiere la formación de Sabanés es con el relativo al Valle de los Caídos. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha establecido la prohibición de que se realice ningún acto de exaltación de la Guerra Civil o de la dictadura en el recinto que se convirtió en el principal símbolo del franquismo. Pero se mantiene la basílica como lugar de culto, lo que posibilitará que cada 20 de noviembre se dedique una misa en honor de Franco. IU anunció que en septiembre presentará en el Congreso un texto alternativo en el que se pedirá un cambio de orientación radical del Valle de los Caídos. "Queremos que sirva como un centro de investigación con rigor histórico y que allí se explique lo que significó, quién lo construyó y cuánta gente murió durante su edificación", añade Sabanés.

Desde 2004, la oposición ha presentado en el pleno del Ayuntamiento tres iniciativas para que se eliminen vestigios de los años de la dictadura que todavía perviven en las calles de Madrid. Además, en las juntas municipales también se han discutido propuestas en este sentido. La última fue en la del distrito de Salamanca. Los socialistas pretendían retirar un escudo preconstitucional de la fachada del polideportivo Moscardó. En todos estos casos el PP se opuso.

La calle de Carlos Maurras, en la parte alta del paseo de la Castellana, es otro de los caballos de batalla por los que ha luchado el grupo socialista. El PSOE considera a Maurras -que en realidad se llamaba Charles Maurras- como el pensador político de la extrema derecha más destacado del siglo XX, "monárquico, nacionalista furibundo, antidemócrata virulento, antisemita convencido..." son algunos epítetos que el PSOE dedica al autor que se ganó una calle de Madrid el 21 de octubre de 1953. Los socialistas proponen a otro escritor francés como posible sustituto de Maurras: André Malraux.

La encuesta que el Instituto Opina realizó para EL PAÍS el pasado 14 de julio muestra que la retirada de los símbolos ligados al franquismo no es algo prioritario para los españoles. Y menos para los madrileños. Si un 43% de ciudadanos considera que es conveniente mantener los monumentos, estatuas o calles dedicadas a recordar la dictadura, entre los habitantes de la región la proporción de personas que opina lo mismo aumenta más de dos puntos. También es mayor el porcentaje de españoles que defienden la retirada de estos vestigios: un 41% frente a un 38% de madrileños.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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