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Reportaje:Segunda noche de violencia en Malasaña

Dos de Mayo de 2007

Centenares de jóvenes se enfrentan por segundo día a la policía en el barrio de Malasaña - La madrugada terminó con 46 heridos, ocho detenidos, coches quemados y gases lacrimógenos

Malasaña vivió en la madrugada del miércoles, por segunda noche consecutiva, graves enfrentamientos entre jóvenes y policía. La celebración del día que da nombre a la plaza más importante del barrio terminó con calles arrasadas, 46 heridos y ocho detenidos. Anoche, la policía controló estrechamente la zona y no se produjeron nuevos incidentes.

- 1.30. Dos de Mayo, sitiada. La Policía Municipal controla los accesos a la plaza, donde hay aparcados 15 coches patrulla. A un centenar de metros, ocho furgones de los antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía

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esperan acontecimientos en la calle de San Bernardo. Los municipales revisan bolsas y mochilas a quienes pretenden acceder a la plaza, que está vacía. Pero unas 3.000 personas hacen botellón en las calles aledañas. Todos con el recuerdo muy fresco de la noche anterior, en la que los enfrentamientos se saldaron con 22 heridos y 8 detenidos. Comienza el rugido de los cánticos: "¡Mucha policía y poca diversión!". Nadie duda de que va a reeditarse la batalla.

- 2.10. Comienza el 'baile'. Botellas y piedras aisladas empiezan a caer sobre los 20 policías municipales que custodian la plaza. Poco a poco, la frecuencia de los proyectiles aumenta. A las 2.40 los lanzamientos son constantes. Los agentes aguantan el ataque con cubos, cajas y con los propios brazos. "¡Nos falta material!", protesta uno. Un punki de unos 30 años se acerca agresivo a la valla donde están los agentes. "¡Hijos de puta, venid si tenéis cojones!", les grita casi a la cara mientras sigue la lluvia de proyectiles. Comienza la guerra.

- 2.50. A la carga. Alguien da la orden y la policía municipal se lanza a la carga. El punki que gritaba recibe una paliza descomunal. Todo el grupo de policías descarga la rabia acumulada. Recibe patadas, porrazos y puñetazos. Termina tiritando de miedo y arrastrado por el suelo lleno de cristales. Los agentes se lanzan calle arriba porra en mano.

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- 2.52. Por el otro flanco. En la calle paralela, la de San Andrés empieza la segunda carga. Los municipales hacen retroceder a unos 300 jóvenes hasta la calle de San Vicente Ferrer. Pero el grupo se topa ahí con los han salido pitando de la calle de Dos de Mayo y, juntos, se envalentonan. Empieza a llover. Un policía resbala y se luxa un brazo. El grito de dolor es estremecedor. Queda tendido sin que puedan moverlo y los chavales comienzan a bajar en esa dirección. "¡Cargad, joder, cargad!", grita un municipal al ver que van a aplastar al compañero del suelo. Y unos 20 policías, casi todos sin casco, tratan de frenar el avance a porrazo limpio. Pero por la calle de la Palma ya baja otro grupo enorme y los municipales quedan rodeados.

- 3.05. Llegan los antidisturbios. Desde la plaza llegan imponentes las lecheras de los antidisturbios. Paran en la calle de la Palma y bajan con cascos, escudos y escopetas de pelotas de goma. Dan miedo. Éstos ya no miran a quién le dan.

-Que venga el que está al mando, dice el jefe de los antidisturbios a un policía municipal sobrepasado.

-No está aquí.

-Bueno, da igual. Ahora estamos nosotros al mando.

Los antidisturbios disparan de inmediato hacia la calle de la Palma. Una, dos, tres veces. Y suben hacia Fuencarral. Los que les esperan cruzan dos vallas de un edificio en obras y un contenedor de escombros, que les sirve arsenal contra la policía. Los antidisturbios no logran superarlo hasta que disparan el primer bote de gas lacrimógeno y el grupo se disuelve. Otra carga. Al que pillan, lo cosen a porrazos.

- 3.20. Encerrados en el 'pub'. Los porteros de los pubs impiden que la gente salga a la calle. Tras intentarlo hasta el último momento, los vendedores chinos de cerveza desisten y corren despavoridos con el carrito a cuestas. Lo mismo hacen todos los que quieren salir ilesos.

- 3.30. "¡Mi muleta!". Cerca de la plaza de Barceló recibe golpes todo el que se pone por delante. Y el que no, también. A un chico de unos 18 años, de estética red skin y que anda con una muleta le abren una brecha en la frente. "¡Mi muleta!", grita asustadísimo tratando de levantarse. Y la muleta vuela, lanzada por un policía, hacia un contenedor. En el suelo, al chico le caen más porrazos.

- 4.30. Barricada en San Ildefonso. Las batallas se fragmentan por Malasaña. Llegan a Gran Vía y a la glorieta de Bilbao. Nadie quiere ir a dormir todavía. En la plaza de San Ildefonso, un grupo de 30 personas (de unos 20 años y bien vestidos) lleva 20 minutos quemando contenedores, sofás y papeleras en una hoguera gigante. El fuego enciende las ramas de un árbol y salta a un coche cercano. Otro grupo destroza las cabinas y saquea una obra en busca de piedras. La policía, que escolta a los bomberos, está al caer. Y cuando cae, suenan los disparos y la goma contra la piel. Los que corren hacia la calle del Barco reciben pelotazos en la espalda. "Esto ya está limpio", dice un antidisturbios.

- 5.00. Hospital de campaña. El Samur tiene montado un hospital de campaña en la glorieta de Bilbao. Los chavales entran con la cabeza abierta y algunos salen en ambulancia camino de algún hospital. Los amigos buscan a los heridos. La enfermería devuelve por unos minutos el sentido común a la noche. Dura poco. "Es una vergüenza lo que habéis hecho", grita Andrea, de 21 años, a los policías cuando ve salir a su amigo magullado. Un antidisturbios se lanza contra ella, la saca por el cuello de detrás de una valla y golpea a dos amigos que tratan de protegerla.

- 5.50. A la espera del metro. Los enfrentamientos se diluyen. En el metro de Tribunal, un grupo de unas 15 personas esperan tranquilamente a que abran el suburbano. Dos furgonetas de los antidisturbios pasan junto a ellos. Paran, se bajan varios agentes y comienzan a dispararles pelotas de goma. Los chicos, sin dar crédito a lo que les viene encima, corren a refugiarse en la boca del metro. Son los últimos coletazos.

- 6.00. Acaban los incidentes. La noche termina con 46 heridos (12 de ellos, policías) y ocho detenidos. Los alborotadores han destrozado 30 contenedores y 15 cubos de basura, cuatro cabinas. Dos coches y dos motos han ardido, según el Ayuntamiento.

"¿Pero qué ha pasado aquí?", pregunta un extranjero a su amiga española que le ha sacado de copas por Malasaña. "Bueno, es dos de Mayo, una fiesta tradicional madrileña...".

Una joven, ante una barricada de la plaza de San Ildefonso.
Una joven, ante una barricada de la plaza de San Ildefonso.CLAUDIO ÁLVAREZ

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