Todo un futuro forjado en apenas 60 días

En dos meses, el primer Gobierno vasco tomó la determinación de crear una universidad pública vasca y abrió sus puertas en plena Guerra Civil. Lo hizo el 1 de diciembre de 1936, fecha de la que hoy se cumplen los 75 años del nacimiento del germen de la universidad pública con el nombre Euzko Irakastola Nagusia. Dos días después de que se creara el Ejecutivo autonómico de José Antonio Aguirre, con Jesús María de Leizaola como consejero de Justicia y Cultura, en octubre de ese año, una comisión comenzó a debatir los detalles de la creación de una universidad propia, una demanda con recorrido en el pasado liderada por la Sociedad de Estudios Vascos con eco popular, de los intelectuales y de algunas instituciones.

"Reproducimos ahora muchos debates de entonces", dicen los organizadores

De los 71 alumnos que tuvo esta primera universidad pública hasta los ya 44.500 estudiantes que pueblan los tres campus vascos de la universidad pública actual. Frente a un alumnado predominantemente vizcaíno, los estudiantes de las cuatro esquinas del mundo, de países tan lejanos o exóticos como Angola, Madagascar, Pakistán o Australia que ponen la nota de color a la UPV. A pesar de que las dimensiones han variado y las fronteras se han difuminado, a lo largo de estos 75 años de universidad pública "la universidad cambia, pero no de manera radical", señala Mikel Aizpuru, historiador y comisario de la exposición Heredamos un sueño que visitará los tres campus de la UPV con imágenes y documentos de la creación de la Euzko Irakastola Nagusia.

El contexto sí era diferente. Si hoy los estudiantes acuden a las aulas en el nuevo escenario sin violencia tras el anuncio del cese definitivo de ETA, el contexto que envolvió el embrión de lo que hoy es la universidad pública fue el de la Guerra Civil. La contienda obligó a cerrar sus puertas, que se abrieron el 1 de diciembre de 1936, en junio de 1937, cuando los insurgentes entraron en Bilbao. Después, hasta 1980, no surgió lo que hoy se conoce como la Universidad del País Vasco.

"En una situación política y militar tan desfavorable, y, en lo moral, tan dolorosa, una de las primeras decisiones del Gobierno vasco recién constituido fue apostar por la creación de una universidad, una universidad vasca, pública y al servicio de todos", ha valorado el rector, Iñaki Goirizelaia. Así lo reconoce también el vicerrector de Euskera, Gidor Bilbao, responsable de los actos del 75º aniversario. "Es sorprendente y admirable que, en un momento tan difícil, entre los primeros decretos del Gobierno vasco estuviera el de la creación de una universidad", señala. En dos meses, y a "velocidad de vértigo", recuerda, "diseñaron una universidad, debatieron los distintos modelos, atrajeron estudiantes que estaban en otras universidades y calibraron diferentes planes de estudios". A pesar de que se pusieron varios modelos sobre la mesa, fue el del catedrático alavés de Arte Ángel Apraiz el que salió adelante.

Para entonces ya había otras 12 universidades repartidas por toda España y en Euskadi se habían desarrollado centros privados de estudios superiores. La vasca comenzó con Medicina no solo porque era una profesión prioritaria debido a la guerra, sino porque en el Hospital de Basurto había alumnos de la carrera que aún estudiando en otras provincias realizaban una residencia en Basurto. La Osakintza Ikastola de Basurto abrió sus puertas con los seis cursos de la carrera porque los estudiantes eran de todos los niveles, con 22 profesores. Algunos docentes y alumnos acabaron en el exilio.

"Muchos debates de entonces los reproducimos ahora", destaca Bilbao. Debates sobre la implantación del euskera -este se introdujo en un primero momento con la asignatura de Euskera Médico-, o sobre el modelo multicampus siguen vigentes hoy. Los objetivos de hace 75 años de una universidad para todos con vocación internacional que trabaje la cultura vasca también permanecen en el fondo de la UPV. A ellao se suma uno nuevo, la investigación, uno de los grandes retos actuales.

Y, en las aulas, también mujeres. Eran solo siete de los 71 estudiantes, pero fueron la avanzadilla de las jóvenes en el mundo universitario vasco en el que hoy son mayoría. Sin embargo, hubo que esperar hasta 1981 para contar con la primera decana, ya de la UPV, Milagros García-Crespo, que entre 1981 y 1986 lideró Sarriko. Crear una universidad propia en Euskadi era "totalmente necesario", señala. García Crespo, que recuerda cómo en las dos últimas décadas la propia UPV ha cambiado "con la sociedad": desde el perfil del profesorado hasta la prohibición de fumar en las aulas en las que "se cortaba el humo con un cuchillo". Esta profesora jubilada pide una universidad de futuro "más generalista, que enseñe a pensar" porque "luego ya se especializarán".