_
_
_
_
_
Reportaje:PARAGUAY

Combate al dengue en la precariedad

Las consecuencias del calentamiento global causan los mayores estragos en las zonas débiles del planeta. Es el caso de América Latina, que sufre deforestación, fenómenos como El Niño y el consecuente crecimiento de los cinturones de pobreza. Estos factores contribuyen a la rápida expansión de infecciones epidémicas como el dengue, que se transmite a los humanos a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti infectado por cualquiera de los cuatro serotipos del virus que lo provoca. Hasta el momento, se conocen brotes de la enfermedad en casi todos los países de América del Sur y el Caribe, donde este año se han registrado decenas de miles de casos. Paraguay, Brasil y Bolivia han declarado ya la alerta sanitaria.

Más información
La primera vez golpea, la segunda mata
Reproducción, síntomas y prevención
El Niño despierta la voracidad del mosquito
La epidemia jamás erradicada

El Gobierno paraguayo acaba de declarar el “estado de emergencia nacional” durante 60 días ante el brote epidémico de dengue que sufre el país y que se ha cobrado ya la vida de al menos 11 de los 15.000 afectados en lo que va de año. El objetivo del decreto, firmado el miércoles por el jefe del Estado, Nicanor Duarte, que especifica claramente que “la emergencia es una cuestión de salud y medioambiental”, consiste en facilitar a las autoridades sanitarias las labores de destrucción de los criaderos del mosquito Aedes aegypti y combatir así una epidemia que parece expandirse en progresión geométrica.

El dengue es una enfermedad vírica causada por la picadura del mosquito infectado, que ya ha afectado a prácticamente todo el Cono Sur. Paraguay, sin embargo, es el país que más está sufriendo este año las consecuencias.

De las 11 muertes registradas hasta ahora, cuatro se debieron al dengue hemorrágico, aunque una comisión especial del Ministerio de Salud ha constatado la existencia de un nuevo tipo del llamado dengue clásico, que podría ser más grave que el hemorrágico.

Las condiciones climatológicas causadas por los efectos de El Niño ?intensas lluvias, inundaciones y altas temperaturas?, unidas a las malas condiciones sanitarias, han servido para atizar la epidemia en la región.

El estado de emergencia decretado en Paraguay facilitará las operaciones de erradicación de criaderos de los mosquitos transmisores, hasta ahora la única forma efectiva que se conoce de controlar la enfermedad, que se manifiesta con brotes de fiebre, dolores musculares y óseos, problemas gastrointestinales, deshidratación y sangrado, en el caso del dengue hemorrágico.

Las medidas previstas por el Gobierno paraguayo prevén la movilización de 20.000 funcionarios públicos en todo el país, entre ellos miembros del Ejército que han venido colaborando con las autoridades sanitarias.

Esta demanda extraordinaria de medios en uno de los sistemas de salud más precarios y desabastecidos de América Latina ha colapsado los hospitales del país, que ya en condiciones normales funcionan bajo mínimos. A pesar de un aumento considerable en el presupuesto de salud, Paraguay destina sólo 19 dólares al año por persona en este capítulo. Según estadísticas de Unicef, sólo el 58% de la población tiene acceso a agua potable en las zonas urbanas y únicamente el 33% en las rurales.

El hospital del populoso Barrio Obrero de Asunción, una zona fuertemente afectada por el dengue, no cuenta con salas especiales para los enfermos por la picadura del mosquito asesino.

Esta misma semana, se podía ver a dos de ellos compartir una precaria salita de recuperación con dos enfermos graves, uno de ellos infeccioso, que aguardaban en vano una cama en terapia intensiva. Ni las ventanas de la sala ni sus rudimentarias camillas sin sábanas contaban con mosquiteros. “Nos han prometido tratamiento especial, pero no se nota. Incluso me han pedido que compre los medicamentos”, se quejaba Graciela, una madre soltera de mediana edad que había sido internada por precaución y estaba recibiendo suero.

En un esfuerzo extraordinario, el Estado ha ofrecido financiar los análisis para detectar los casos de dengue, pero esto sin duda no es suficiente. La oposición política acusa a las autoridades de inacción y, lo que es peor, de manipular las cifras sobre el número de enfermos. Sin embargo, el director del hospital del Barrio Obrero, Jesús Miguel Ramírez, descartó esta posibilidad en declaraciones a EL PAÍS: “No tendría ningún sentido hacerlo. Lo que ocurre es que en todo conteo hay errores de cálculo”. Ramírez admite que la demanda causada por la epidemia de dengue ha impactado negativamente sobre los servicios de salud, pero al mismo tiempo advierte de que una declaración de emergencia no necesariamente ayudaría a combatir la epidemia. “La solución no está en los hospitales, sino en la educación de la población”, señala.

Por otra parte, algunos seguros médicos privados han decidido no cubrir la detección y el tratamiento del dengue. Ramírez cree que la ausencia de solidaridad contribuye a la actual situación: “La sociedad civil espera que las iniciativas vengan del Estado, pero no se ha organizado para combatir efectivamente la propagación del dengue”.

Los Gobiernos locales y los Ayuntamientos han iniciado campañas de fumigación y limpieza, que incluyen la recolección de neumáticos viejos, donde se estima que se reproduce el 70% de los mosquitos transmisores. Con todo, queda pendiente la limpieza de los barrios marginales más pobres y de miles de cursos de arroyos contaminados con basura y todo tipo desechos, además de los desagües abiertos en las ciudades.

Una enferma de dengue es atendida en un hospital de Paraguay.
Una enferma de dengue es atendida en un hospital de Paraguay.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_