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Tercera muerte por radioterapia en Zaragoza en el "accidente más grave del mundo", según el Insalud

Purificación Oliveros, de 41 años, se convirtió ayer en la tercera víctima mortal habida a consecuencia de la avería de un acelerador lineal de partículas en el hospital Clínico de Zaragoza. Fuentes del Insalud afirmaron, tras su regreso de esa ciudad, que se trata del "accidente más grave ocurrido en todo el mundo con ese tipo de aparatos". Ocho de los 27 afectados permanecen ingresados con un futuro incierto: "Nadie se atreve a pronosticar qué es lo que puede pasar. No hay precedentes de accidentes similares y no se conoce un tratamiento específico".

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"No tenemos noticias de otros accidentes con este tipo de aparatos que afecte a un número tan grande de pacientes y con tanta intensidad en las lesiones", afirmaba apesadumbrado ayer tarde Jesús Gutiérrez Morlote, director general del Insalud. Por su parte, General Electric, compañía constructora del acelerador, manifestaba en una nota su "profundo pesar por los fallecidos", y se negaba a hacer más declaraciones, al estar el caso sub júdice". EL PAÍS comprobó que representantes de esa compañía se reunieron ayer urgentemente con Gutiérrez Morlote, así como que en algunos hospitales de Madrid, como la clínica Puerta de Hierro, técnicos de General Electric han instalado un nuevo sistema de seguridad en los aceleradores de partículas. Luis Núñez, físico en ese centro hospitalario, explica que todos estos aparatos están dotados con sistemas de seguridad "redundantes". "Si falla uno, funciona el siguiente. Ahora nos han puesto uno adicional, pero, al igual que en Chernóbil fallaron todas las alarmas, puede ocurrir aquí".El acelerador de partículas del hospital Clínico de Zaragoza -modelo Sagittaire, al igual que los instalados en La Fe, de Valencia, y en el hospital Doce de Octubre, de Madrid- estuvo 10 días, del 10 al 20 de diciembre, funcionando en mal estado sin que los sistemas de seguridad alertasen a los especalistas que trabajaban con él diariamente. La avería pasó también inadvertida para los técnicos del, Consejo de Seguridad Nuclear que revisaron el acelerador el 19 de diciembre.

"Los pacientes recibieron cargas muy fuertes de electrones en partes vitales del organismo. Los médicos están encontrando lesiones que evolucionan muy rápidamente", dice un portavoz del Insalud.

El fallecimiento de Purificación Oliveros, operada el pasado mes de septiembre de un cáncer de mama, estuvo precedido por el de Jesús Ruiz, de 54 años, y Santiago Esteban, de 52. Todos ellos, pacientes oncológicos. La posibilidad de que se produzcan nuevos decesos no es descartada por los responsables del hospital Clínico ni por los del Insalud.

La autopsia practicada a los primeros fallecidos revela que la muerte tuvo una relación directa con el tratamiento recibido. José María Mariñoso, portavoz de 10 de las familias que han presentado una denuncia por un presunto delito de lesiones graves con "resultado de muerte", indicó que el informe del forense señala que el fallecimiento se debió a una parada respiratoria por una posible mielitis (inflamación de la médula espinal) provocada por las radiaciones, informa Javier Ortega desde Zaragoza.

Apoyo oficial

El Insalud ha solicitado la ayuda de la Sociedad Española de Radioterapia y de la Sociedad Científica de Física Médica para evaluar la magnitud del accidente, ya que apenas hay datos en la literatura científica sobre casos similares. Gutiérrez Morlote ha transmitido a los familiares de los afectados, por "deseo expreso del ministro", dice, "que están a su disposición todos los medios de que dispongamos". "El informe verbal de los técnicos es que están recibiendo el tratamiento adecuado y, cueste lo que cueste, vamos a proporcionarles la atención que precisen", afirma el director general. Un equipo de psicólogos del hospital Clínico está atendiendo a los familiares de los afectados.El acelerador lineal de electrones se encuentra de nuevo en funcionamiento desde el pasado día 1, tras superar un informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear. La Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) ha solicitado la dimisión en pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) por su posible responsabilidad en el accidente.

En este sentido, Víctor Senderos, subdirector general de instalaciones radiactivas en ese organismo, manifestó a Efe que los inspectores del CSN "no revisan máquinas, sino métodos operativos y seguridad. No controlan cuál es la dosis que un médico suministra al paciente ni si la radiación emitida por el acelerador es la prescrita. Esa tarea corresponde al radiofisico y al equipo de protección radiológica del hospital". El CSN es, desde su creación en 198 1, el responsable de la seguridad de las instalaciones nucleares y radiactivas. En España hay una veintena de aceleradores lineales de electrones. Éstos han sustituido a las antiguas bombas de cobalto en el tratamiento de tumores porque presentan la ventaja de que los haces de radiación que emiten pueden ajustarse a la intensidad que requiere las características de cada tumor. La avería registrada en Zaragoza motivó que el acelerador funcionase siempre a máxima potencia.

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