_
_
_
_
_

La Iglesia católica irlandesa conocía el abuso "endémico" de 35.000 niños

Una investigación de nueve años documenta un "catálogo de crueldad" contra menores entre los años 50 y 80

Tras nueve años de indagaciones y más de 2.000 testimonios, una investigación ha concluido que la cúpula de la Iglesia católica irlandesa conocía el abuso "endémico" al que eran sometidos los 35.000 niños que entre los años 50 y los 80 se acogieron a sus instituciones. El actual líder eclesiástico, el cardenal Sean Brady, se ha declarado este miércoles "profundamente apenado y avergonzado por el hecho de que estos niños sufrieran de manera tan horrorosa en nuestras instituciones". El informe "documenta un vergonzoso catálogo de crueldad; el abandono, el abuso físico, sexual y emocional perpetrado contra niños", ha admitido.

El informe, elaborado por la Comisión Investigadora de los Abusos de Niños, puesta en marcha en 2000 tras un aluvión de denuncias de abusos cometidos por la Iglesia católica irlandesa en el pasado, concluye que funcionarios eclesiásticos alentaron palizas rituales y protegieron de forma sistemática a sus miembros pedófilos para que no fueran detenidos, todo ello rodeado de "una cultura al servicio del secretismo".

Más información
El Estado irlandés paga la factura de la Iglesia por los abusos en escuelas
El arzobispo de Dublín pide más dinero para las víctimas de colegios católicos
El Vaticano acepta la renuncia del obispo irlandés que ocultó abusos sexuales a menores
El Papa convoca de nuevo a los obispos irlandeses por los abusos a niños
La Iglesia anglicana pide disculpas a la católica por criticarla
Benedicto XVI acepta la dimisión de un tercer obispo irlandés por el escándalo de los abusos
Maciel fundó una orden femenina ilegal con 900 jóvenes esclavas

Los cinco tomos del informe documentan un rosario de abusos físicos y emocionales, abusos sexuales en muchas de las instituciones eclesiásticas, una red de reformatorios, escuelas industriales y casas de trabajo, sobre todo en las de chicos. Las escuelas estaban gestionadas de manera severa, con un régimen de disciplina irracional y opresivo que afectaba a los niños pero también incluso a los empleados.

Los niños pasaban hambre y en muchas escuelas la alimentación era inadecuada, incomestible y mal preparada. Muchos testigos hablan de que estaban constantemente aterrorizados por las palizas, en las que se les intentaba provocar el mayor daño posible.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_