_
_
_
_
_
EL ÚLTIMO ECLIPSE TOTAL DEL MILENIO

Los druidas y las profecías de Paco Rabanne

Anécdotas de todo tipo salpicaron ayer la vida de Europa, que celebró el eclipse con fiestas, ritos y algún miedo supersticioso. Un astronauta contó en directo cómo vió el acontecimiento desde el mismísimo espacio.- Juan Pablo II, desde el cielo. El Papa Juan Pablo II también observó cómo la Luna escondía al Sol desde el cielo. El pontífice, aficionado a la astronomía, acortó la tradicional audiencia semanal de los miércoles para subirse al helicóptero que le debía llevar a su residencia de Castelgandolfo. Desde las nubes contempló los primeros minutos del fenómeno y ya en tierra empleó cristales oscurecidos para mirar el Sol.

- Profecías incumplidas. El diseñador de moda Paco Rabanne predijo un París en llamas coincidiendo con el eclipse. Falló. Doscientas personas se lo recordaron ayer frente a sus tiendas de París, donde se congregaron para presenciar el baile de la Luna y el Sol. Convocados por la asociación Mierda al Apocalipsis, los asistentes llegaron a las 10.30, una hora antes del momento previsto por el modisto para que la estación espacial rusa Mir cayera sobre la capital francesa anunciando el fin del mundo.

Más información
A la caza de una sombra en el cielo
Millones de personas celebran la fiesta del "Sol Negro"

- Diluvio universal. La profecía tampoco se cumplió para la supuesta secta Energía Universal y Humana, que había construido sendos refugios en dos pueblos de Girona y Tarragona para protegerse del diluvio universal que, según sus creencias, debía producirse ayer, coincidiendo con el eclipse, informa Lali Cambra. En la nave de Tarragona, un semisótano con capacidad para 500 personas, no se vio ningún movimiento de personas.

- La Mir, en cabeza. Los tres astronautas (dos rusos y un francés) que debían caer pulverizados sobre París, según Rabanne, fueron los primeros en avistar el eclipse, y lo vieron dos veces. El francés Jean-Pierre Haigneré comparó desde el fenómeno con un "dedo negro posado sobre la tierra como el dedo de una hechicera".

- La vida sigue. Un bebé nació en Feldbach (sur de Austria), justo en el momento de máximo apogeo del último eclipse total del siglo. A las 12.45, cuando miles de compatriotas miraban el cielo y aplaudían al fenómeno en el centro de Graz, la capital de la región, su madre dio a luz. Mientras tanto, una pareja rumana se casó en Ramnicu Valcea para celebrar la unión del Sol y la Luna. La ceremonia comenzó al mismo tiempo que el fenómeno astronómico, que en Rumanía duró casi dos minutos y medio.

- Druidas. Algunos druidas británicos aprovecharon la desaparición del Sol al mediodía para bailar al astro rey, hablarle a un roble e invocar al espíritu del mago Merlín para que abriera el cielo y permitiera a los asistentes una breve vista del fenómeno en la región de Cornualles. Funcionó: los congregados pudieron ver el último eclipse solar del milenio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_