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Entrevista:OCTAVIO ENRÍQUEZ | Periodismo Impreso | XXVIII Premios Ortega y Gasset de Periodismo

"Nunca hay que aburrirse de preguntar"

Es la primera vez que Octavio Enríquez está en Madrid y tiene la certeza de que está viviendo un sueño. Un trabajo de cuatro meses y en soledad sobre el enriquecimiento ilegal de un hombre poderoso como es el exministro nicaragüense y hombre clave de la Revolución Sandinista, Tomás Borge, le ha hecho merecedor del premio Ortega y Gasset al mejor trabajo de Periodismo Impreso.

Cree que con este galardón "se eleva la parada", es decir, "crece el nivel de exigencia profesional", dice Enríquez, que tiene apenas 30 años y trabaja en La Prensa, el periódico decano de Nicaragua, desde mayo de 2005. "Los periodistas", añade, "tenemos una responsabilidad enorme ante la ciudadanía. No debemos ceder nunca ante el poder. Nunca nos podemos aburrir de preguntar, aunque los poderosos vayan con guardaespaldas".

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En sus propias carnes lo ha vivido. Enríquez fue hostigado e intimidado por los acólitos de Mario Valle en una entrevista en la que el político se hizo acompañar de cinco personas que fueron grabando y retransmitiendo telefónicamente a alguien el contenido de la conversación. "Las condiciones para ejercer el periodismo en Nicaragua son bien difíciles. A diario hay profesionales agredidos y golpeados. Cada vez hay menos medios independientes. El control de la prensa permite una distorsión aberrante de la realidad".

Solo 8.000 dólares

El dato que disparó su interés por el caso de corrupción que salpicó al dirigente sandinista fue la afirmación de Borge de que solo tenía 8.000 dólares en su cuenta bancaria, cuando todo el mundo sospechaba que estaba implicado en La piñata, un escándalo que escondía un enriquecimiento inmobiliario que afectaba a altos cargos de la clase política unida al presidente Daniel Ortega.

Octavio Enríquez ha echado por tierra la imagen de héroe que atesoraba Borge. Resultó tan sencillo como acudir al registro de la propiedad y solicitar los documentos. "Fue como armar un rompecabezas. En Nicaragua hay una ley de acceso a la información, aunque no se cumple. Los funcionarios intentan burlarse de los periodistas cuando hacen una solicitud".

Es difícil que, pese a estas zancadillas, Enríquez se desaliente. Para él y para sus compañeros de La Prensa, este Ortega y Gasset ha supuesto un espaldarazo. La Redacción, puesta en pie, le aplaudió al conocer la noticia del premio. Y le embadurnaron la cabeza con un pastel.

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