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Los obispos pronostican tensión por la inmigración

Temen "brotes de racismo" cuando empeore la economía

"Las administraciones públicas y las leyes de extranjería son restrictivas y tienden a priorizar los intereses nacionales y la llamada seguridad nacional", denuncian los obispos españoles en un documento de 70 páginas aprobado por el plenario de la Conferencia Episcopal en noviembre pasado. Se titula La Iglesia en España y los inmigrantes y lo presentó ayer el obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez González, que en los años sesenta del siglo pasado estudió y trabajó 20 años en Alemania atendiendo a los 200.000 emigrantes españoles en aquel país, junto a otros 100 sacerdotes de diferentes diócesis de España. Hoy preside la Comisión de Migraciones de las Conferencias Episcopales Europeas.

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Sánchez no es pesimista ante el fenómeno de la inmigración, pero advierte de que en un próximo futuro, cuando empeore la situación económica, pueden producirse "brotes de racismo y xenofobia". Dijo: "La piedra de toque de la integración no es la riqueza, sino los tiempos de la pobreza. Los inmigrantes tienen que ser tan personas cuando nos ayudan a cuidar a nuestros ancianos o limpian nuestras calles como cuando se tienen que ir al paro porque se corta la cuerda por lo más débil. Vamos caminando bien, pero hay que prevenirse para la época de las vacas flacas".

Aunque el episcopado ha criticado muchas veces a los gobernantes por sus políticas de extranjería, el obispo Sánchez destacó ayer "la permanente colaboración" entre el Gobierno y la Iglesia católica en la atención de los inmigrantes. Lamentó, sin embargo, que la acogida de menores "no está siendo tan numerosa como se esperaba hace un año".

El documento episcopal, de gran calado pastoral, es sobre todo una guía sobre cómo deben comportarse los prelados, sacerdotes y laicos católicos ante este fenómeno. "Los inmigrantes al primer lugar que acuden es a un edificio con una torre con campana", dijo Sánchez. ONG católicas como Cáritas, buque insignia de la tarea asistencial del catolicismo español, emplean buena parte de sus cuantiosos presupuestos y medios humanos en atender a ese sector de la población en la idea de que para la Iglesia "nadie es extranjero".

Los obispos concluyen reclamando una especial atención a la segunda y tercera generación de inmigrantes. Dicen: "Del acierto en la adecuada integración de los hijos de los inmigrantes de hoy dependerá en buena parte la convivencia pacífica en la sociedad plural de mañana. Hay que arbitrar las medidas necesarias y tender los puentes que la situación requiera para evitar la exclusión, la marginación, la discriminación, el gueto, etcétera, durante el tiempo de formación de niños, adolescentes y jóvenes, porque un error repercutiría en frustración y violencia".

José Sánchez, presidente de la Comisión de Migraciones de las Conferencias Episcopales Europeas.
José Sánchez, presidente de la Comisión de Migraciones de las Conferencias Episcopales Europeas.efe

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