"No sabemos qué habría ocurrido si hubiera habido infectados"
Unas 280 personas, entre ellas ocho españoles, abandonan el hotel Metropark de Hong Kong tras una semana en cuarentena por la nueva gripe
Una cuenta atrás por los altavoces, y las puertas se abrieron. Alrededor de 280 personas -entre ellas, ocho españoles-, obligadas a permanecer en cuarentena en un hotel de Hong Kong por temor a que estuvieran infectadas con el virus de la gripe porcina, han salido este viernes del establecimiento a las ocho y media de la noche en punto (seis horas menos en la España peninsular), tras cumplir la semana de aislamiento decretada por las autoridades de la ex colonia. En la maleta, un certificado que les declara sanos.
"Estamos encantados. Me siento liberado. Las últimas horas han sido muy duras", ha asegurado por teléfono, ya fuera, Javier Boada, de 50 años, un empresario barcelonés, residente en India, que quedó retenido con dos clientes del País Vasco y su socio indio, y se fue a celebrar la liberación cenando en un restaurante español. "Nos han tratado bien. Todo ha estado bastante tranquilo, pero no se sabe qué habría ocurrido si hubiera comenzado a haber infectados". El hotel fue sellado, con todos los clientes, trabajadores y personas que se encontraban de visita, el viernes de la semana pasada, nada más confirmarse que un mexicano de 25 años que se había registrado el día anterior estaba infectado con el virus AH1N1.
Algunos de los españoles tenían previsto emprender inmediatamente viaje de regreso a España, adonde deben llegar mañana, mientras otros, como Boada, permanecerán algún tiempo en Hong Kong para descomprimir. "Nosotros nos quedamos hasta el domingo. Necesitamos ver el sol, pasear, hacer vida normal", cuenta.
A las puertas del Metropark, un hotel de cuatro estrellas situado en el animado distrito de Wanchai, les estaba esperando el cónsul de España en Hong Kong, Juan Luis Flores, quien durante este tiempo ha estado en contacto continuo con el grupo, aunque, con el barullo, no pudo verlos. "Estos días les hemos proporcionado lo que necesitaban. Pero no han pedido casi nada. Tan sólo agua de colonia y que contactáramos con las autoridades de Hong Kong para gestionar cambios de billetes de avión", explica. La Cámara de Comercio les envió un día una paella. Muchos de los confinados se han quejado de la comida, aunque, pasados unos días, pudieron pedir que les trajeran del exterior pizzas y otros productos.
El momento de más tensión, según afirma Boada, se produjo durante una reunión el lunes pasado con las autoridades de Hong Kong, que puede verse en Youtube, en la que se les dijo que la cuarentena finalizaría a las 23.53 horas del viernes del 8 de mayo. Tras las protestas de los aislados en el hotel y la presión de los cónsules de la Unión Europea, se cambió la hora a las 20.30, cuando cumplía la semana. En previsión de disturbios, ha habido policías en el interior del establecimiento las 24 horas del día, protegidos con monos blancos, con la funda de la pistola vacía, pero a la vista.
Los clientes, aburridos y resignados, han permanecido normalmente en sus habitaciones, ya que los espacios comunes del hotel estaban tomados por los servicios médicos. Leer, ver la televisión, jugar a las cartas, trabajar con el ordenador o navegar por Internet han sido la forma de matar el tiempo. Algunos clientes han filmado el día a día en el interior del hotel y han colgado los vídeos en Youtube. Otros se han dedicado a flirtear. Según el South China Morning Post, dos parejas se han formado durante el encierro. El diario de Hong Kong afirma también que entre los retenidos se encontraba una prostituta que ha tenido que pasar la semana en la habitación de su supuesto cliente, porque, según afirma el periódico, la dirección del Metropark se negó a darle otro cuarto. El barrio de Wanchai es conocido por su vida nocturna, restaurantes y bares de alterne.
El Gobierno ha pedido disculpas por las molestias de la cuarentena, que ha sido criticada y calificada de excesiva y política por algunos expertos, pero ha insistido en que era necesaria para prevenir la propagación del virus. Algunos clientes se mostraron enojados inicialmente y protestaron ante el posible riesgo de infecciones cruzadas. En compensación, Hong Kong ha ofrecido noches de hotel gratis, entradas a parques temáticos y billetes de transporte a los afectados. Durante el SARS (siglas en inglés de síndrome respiratorio, agudo y grave), en 2003, las autoridades de la ex colonia fueron acusadas de actuar con lentitud. Un total de 299 personas murieron en Hong Kong.
