Longares y Marzal ganan los Premios de la Crítica 2001 en castellano
Estos premios sin dotación económica se conceden a los mejores libros en las cuatro lenguas del Estado
El novelista Manuel Longares, por Romanticismo, y el poeta Carlos Marzal, por Metales pesados, han sido los ganadores de los Premios de la Crítica 2001 en lengua castellana, que desde 1956 otorga la Asociación Española de Críticos Literarios. Los premios, que no cuentan con dotación económica, se conceden a los mejores libros de poesía y narrativa publicados en las cuatro lenguas del Estado a lo largo del año.
En lengua catalana, los premiados de este año han sido Julia de Jódar, premiado en narrativa por El transit de les fades (El tránsito de las hadas) y Lluís Sola, que lo obtuvo en poesía por De veu en veu (De voz en voz).
En la lengua gallega, ha resultado ganador del premio en la modalidad de narrativa Xosé Vázquez Pintor por A memoria do boi (La memoria del buey), mientras que Refutación da Musa (Refutación de la musa), de Manuel Forcadela, lo ha obtenido en poesía.
En el caso del euskera, Joseba Sarrionandia resultó ganador de narrativa por Lagun izoztua (El amigo congelado) y Kirmen Uribe lo fue por su libro de poesía Bitartean heldu eskutik (Mientras llega la muerte cógeme de la mano).
Una reflexión ética
Guillermo Carnero ha destacado en el acto que la obra Metales pesados, del poeta Carlos Marzal, "no es precisamente un libro ligero" y significa abre un nuevo camino en la poesía de la experiencia de los años 80, además de contener una reflexión ética y filosófica pero sin consideraciones sentimentales de primer grado, ni narratividad, ni anécdota cotidiana ni costumbrismo urbano.
Angel Basanta, por su parte, ha comentado que Romanticismo, de Manuel Longares, se sitúa en la mejor tradición narrativa de la literatura española con una historia de la burguesía del barrio de Salamanca en torno al año 1975, basado en tres personajes femeninos, uno por cada generación de las que aparecen en la novela y con una notable aportación lexica sobre el vocabulario empleado por los protagonistas.
Longares, que ha pasado los últimos diez años al margen de la vida literaria, utiliza el costumbrismo, pero para trascenderlo, ya que considera que la literatura debe ser un laboratorio de pruebas.
Ha agregado que en esta ocasión han llegado a la final junto con Manuel Longares, La costumbre de vivir de Caballero Bonald, Soldados de Salamina, de Javier Cercas, Lo real, de Belen Gopegui y El diablo meridiano, de Mateo Díez.
Huir de "lo que está de moda"
Joan Josep Isern ha subrayado por su parte el paralelismo de Julia de Jodar y Lluis Sola, los premiados en lengua catalana, porque, según ha indicado, ambos autores son de escasa producción, sus obras fueron de aparición tardía, cuentan con vida profesional relacionada colateralmente con la literatura y rehuyen expresamente las servidumbres de "lo que está de moda".
Luciano Rodríguez explicó al respecto de los premiados gallegos que La memoria del buey es el quinto libro de Vázquez Pintor, que ya obtuvo el Premio Gonzalo Torrente Ballester, y que es un friso literario, una memoria polifónia y coral de la ciudad de Pontevedra.
La refutación de la Musa, de Manuel Forcadela, es, en opinión de Rodríguez, una obra basada en la musicalidad y marcada por la cultura clásica romana, en la que el poeta considera que es la lengua la que habla a través de nosotros y no al revés, y que es el poema el que hace al poeta.
Jon Kortazar, encargado de explicar las obras ganadoras escritas en euskera, ha subrayado que El amigo congelado, de Joseba Sarrionandia, es la peripecia vital de un exiliado en la que hay todo un mundo simbólico y que la obra de Kirmen Uribe puede considerarse como una conversación entre la literatura y las otras artes como la música o la pintura.
El presidente de la Asociación Española de Críticos Literarios, Miguel García Posada, ha destacado en el acto de concesión la importancia de estos premios porque, según ha explicado, no están vinculados más que a los críticos que juzgan la labor de escritores y poetas.
Los premios, que este año cuentan con el patrocinio de la Consejería de las Artes de la Comunidad de Madrid, son concedidos por 21 críticos, un tercio por la Junta Directiva de la Asociación de Críticos Literarios de España, otro tercio por socios seleccionados por sorteo y una tercera parte por medios de comunicación, en esta ocasión ABC, Diario de Sevilla, El Mundo, El País, Ideal de Granada, y la revista Quimera de Barcelona.
