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FÚTBOL | LIGA

El Sevilla toca fondo

Al conjunto de Jiménez se le escapa la victoria con un penalti en el minuto 92 transformado por Gioda

Adriano, uno de los supervivientes de la vieja guardia del Sevilla campeón, se empeñó en mantener vivo el espíritu de un equipo muy tocado, que se metió en un lío con un gol en el descuento de Gioda que de poco sirve al Xerez y que sin embargo hunde las aspiraciones de un Sevilla que ha tocado fondo. En la dinámica negativa en la que se encuentra este equipo, se veía venir un final tan triste como el de anoche.

Un saque de banda en el descuento fulminó las aspiraciones de recuperación de este Sevilla que, presa también del infortunio, puede perder incluso el tren de la Liga de Campeones. Siete partidos sin perder pesan lo suyo y el futuro de Jiménez parece echado. Sensaciones pésimas a pesar del apoyo de su afición, que olió y entendió la debilidad del grupo que todavía comanda el técnico andaluz. En estos malos tiempos que le toca vivir, el Sevilla dio todo lo que tiene en estos momentos para imponerse a un Xerez que apenas mostró síntomas de mejoría y que está casi condenado al descenso. Sólo con honradez no basta ante la alarmante falta de fútbol que vive este Sevilla, instalado en una crisis galopante.

SEVILLA 1 - XEREZ 1

Sevilla FC: Palop; Stankevicius, Fazio, Dragutinovic, Fernando Navarro; Adriano, Zokora (Kanouté, m.45), Romaric (Lolo, m.68), Perotti (José Carlos, m.24); Renato y Negredo.

Xerez CD: Renan; Víctor Sánchez, Leandro, Aythami, Casado (Antoñito, m.89); Momo, Keita, Alex Bergantiño (Míchel, m.81), Viqueira (Carlos Calvo, m.68); Orellana y Mario Bermejo.

Goles: 1-0, M.63: Kanouté, de penalti. 1-1, M.91: Leandro.

Árbitro: Miguel Ángel Ayza Gámez (Comité Valenciano). Amonestó a los visitantes Leandro (m.45) y Keita (m.69).

Incidencias: Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de cuarenta mil espectadores, entre ellos unos 1.500 seguidores del Xerez. Terreno de juego en buenas condiciones.

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Inmerso en la peor crisis de resultados desde que llegó al banquillo, con la herida todavía abierta por la eliminación en la Liga de Campeones y la amenaza real de una destitución, el futuro de Manolo Jiménez y con él buena parte de la planificación de este Sevilla rutilante estaba en juego ante el Xerez. Un partido que hace tan sólo unas semanas era poco menos que una anécdota en el imperial camino del Sevilla se convirtió en todo un juicio a la figura de un entrenador que, además, afrontaba el choque con siete bajas de importante calibre, incluidas las de Navas y Luis Fabiano.

Solo ante el peligro, ante un Xerez rejuvenecido por la labor del argentino Gorosito, el técnico optó por dejar a Kanouté en el banquillo y jugar con un solo punta, Negredo. Jiménez también indultó a Romaric, que había desaparecido de las alineaciones. Era el momento de que los jugadores demostraran que estaban a muerte con el técnico.

Lejos del ritmo que le hizo temible, pero metido en el partido y consciente de lo mucho que había en juego. Así salió el Sevilla, aupado por Perotti y moviéndose con relativa comodidad ante el exceso respeto con el que el Xerez encaró el choque. Poco duró la sensación de dominio del Sevilla, que se materializó sólo en una gran ocasión de Romaric a los siete minutos.

La ausencia de jugadores determinantes se unió a la ansiedad para dar como resultado un equipo plano, que se encontró además con el enésimo contratiempo en forma de lesión. Perotti, el único futbolista con arrestos para alterar el previsible guión, se echó la mano a la parte posterior del muslo. Rotura de fibras evidente que no fue sino el primer episodio de la tragicomedia que vive este equipo. Un minuto antes del final del choque, Zokora hubo de ser sustituido por Kanouté. Demasiados contratiempos para un equipo muy tocado, al que, sin embargo, no le faltaron grandes dosis de honradez y oficio. Honradez, por ejemplo, que destiló Adriano, jugador que se echó al Sevilla a sus espaldas para al menos provocar cierto temor en el área del Xerez. Primero se fabricó una ocasión muy clara tras jugada de calidad. Luego le dio un pase de gol a Negredo. El estado de forma del madrileño es ciertamente lamentable, como su definición en esa jugada.

Mientras, el Xerez no le hacía ascos a ese empate, aunque observando sólo el aspecto físico de Viqueira se entiende que el conjunto gaditano sea colista. Todo pudo cambiar con el claro penalti de Keita a Adriano, bien lanzado por Kanouté. A partir de ese instante, el miedo le pudo a un Sevilla que simplemente se borró del campo. Carlos Calvo avisó en una internada y en el descuento, en una jugada tan fácil como un saque de banda, el balón le llegó a Goida para clavarle un puñal al corazón de este Sevilla que, sencillamente, no está para nada.

Gioda empata el partido para el Xerez con el tiempo cumplido y tumba la necesidad de victoria de los sevillistas
Gioda empata el partido para el Xerez con el tiempo cumplido y tumba la necesidad de victoria de los sevillistasREUTERS

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