Juegan todos menos Cáceres

Al entrenador uruguayo, Óscar Tabárez, le bastaron los tres partidos de la fase de grupos del Mundial para hacer jugar a 20 de los 23 hombres que ha llevado a Sudáfrica. Todos, a excepción de los dos porteros suplentes y de un defensa, Martín Cáceres (Montevideo; 1987), que tras los partidos de octavos y de cuartos continúa sin debutar. Sin embargo, la ausencia por sanción de Jorge Fucile para el partido de semifinales ante Holanda le abre las puertas del encuentro más importante de su selección en 40 años. La carrera de Cáceres, repleta de altibajos pese a su juventud, cruzará el martes la mayor de sus cimas.

Martín Cáceres, El Pelado, se crió en el Sayazo, un barrio de Montevideo famoso por tradición ferroviaria. Un premonitorio horizonte de raíles y vías para un futbolista al que sus entrenadores han empleado con frecuencia como carrilero en los últimos años, pese a que él siempre se ha sentido central. Debutó al cumplir la mayoría de edad en el Defensor Sporting, un club de su ciudad, y una única temporada le bastó para atraer las miradas del otro lado del charco. En el verano de 2007, fichó por el Villarreal, que nada más aterrizar le cedió al Recreativo. Su soberbia actuación -en su puesto predilecto, en el eje de la zaga- durante los 36 partidos que disputó con el club andaluz, le valió los piropos de los aficionados y las pretensiones de los equipos grandes.

El Barcelona desembolsó por él 16'5 millones de euros. Su carrera, que hasta entonces no había dejado de ascender, estaba a punto de atravesar su primer bache. En sus primeras actuaciones con la elástica azulgrana, se mostró nervioso e impreciso y evidenció dificultades para sacar el balón jugado desde atrás, un pecado capital en el equipo de Guardiola. Paulatinamente, las lesiones y las decisiones técnicas fueron mermando sus apariciones. Una de las últimas fue el encuentro de vuelta de las semifinales de la Copa ante el Mallorca. Con 1-0 en el marcador a favor de los baleares, Cáceres -que estaba actuando como lateral izquierdo- cometió un penalti que, además, le valió la tarjeta roja. Pese a que el Barça pasó la eliminatoria, El Pelado solo disputó dos partidos más hasta que el equipo se proclamó campeón de Liga, ante Málaga y Recreativo, ambos en casa.

Al terminar la temporada era evidente que Cáceres no tenía sitio en el club. Afortunadamente para el zaguero, el Juventus entró en escena y logró su cesión para la pasada campaña. Pese a su decepcionante año, Cáceres tenía una nueva oportunidad en un grande de Europa. Comenzó dispuesto a aprovecharla y en su debut en la Serie A, ahora como lateral derecho, marcó el primer tanto en la victoria (2-0) ante el Lazio. A los pocos partidos, la Vecchia Signora parecía decidida a hacer efectiva la opción de compra, por 11 millones de euros, que tenía sobre el futbolista. Además, era uno de los habituales en la selección celeste. Su carrera parecía remontar el vuelo... sólo para volver a descender.

En enero, empezó a sufrir fuertes dolores abdominales, los cuales le han tenido fuera de los terrenos prácticamente hasta el final del año. Su concurso en el Mundial, pese a haber disputado con Uruguay 12 de los 16 partidos de la clasificación, se convirtió en dudoso. Sin embargo, su vuelta a buen nivel en el último tramo de la campaña ha convencido a Tabárez para llevarle. Su suplencia en el primer partido de Sudáfrica sorprendió a la prensa del país. Continuó sin jugar y los medios empezaron a hablar de sus "caras largas", de que estaba "distraído", "abrumado" y de que se siente "postergado". Durante los entrenamientos, se le ha visto mandar, sin explicación, balonazos a la grada, ajeno al buen clima que Tabárez ha instaurado en el combinado. La baja de Fucile, sin embargo, hace que vuelva a apuntar al once en la semifinal ante Holanda, que se disputa este martes a las 20.30 horas. El partido será un nuevo punto de inflexión en la carrera de El Pelado. Un nuevo viaje en su montaña rusa.