España recobra el pulso

Rearmada de moral y argumentos, con la lección bien aprendida tras la inesperada derrota frente a Montenegro, España selló su participación en la primera fase del Europeo con una victoria por 63-78 ante la anfitriona, Polonia, en un exigente pulso que sirvió para engrasar la maquinaria antes de afrontar la próxima estación del torneo. Con Amaya Valdemoro todavía entre algodones, fue Sancho Lyttle, secundada por Alba Torrens (17 puntos), la que asumió galones y exhibió, con 18 puntos, 7 rebotes y su extenso abanico de recursos, su mejor aportación en los tres encuentros que se han disputado hasta el momento.

Saltó entumecida España al parqué del Spodek Arena de Katowice. A las jugadoras les costó cogerle el pulso al encuentro, revolucionado desde el inicio por la fulgurante salida y las vertiginosas transiciones que trazaron las polacas en los compases iniciales. Frágiles bajo los aros, espesas en la dirección del juego, las chicas de José Ignacio Hernández tuvieron que encomendarse al poderío de Lyttle, que tras su discreto despliegue la tarde anterior emergió con fuerza.

Eléctrica, enchufada y ágil en los robos, la pívot del Perfumerías Avenida devolvió a su equipo la intensidad defensiva que exigía la cita y España comenzó a entonarse. Le siguió Elisa Aguilar, fina con la batuta, y Laia Palau, que antes del bocinazo armó el brazo y dibujó la canasta más espectacular del torneo hasta el momento desde el centro del campo. "¡Ritmo, intensidad, ritmo!", insistía Hernández en el receso. La arenga del técnico tuvo efecto, y en el segundo acto, el combinado español pasó por encima de sus rivales, rebajadas y aferradas a la inspiración momentánea de Babicka y Kobryn.

Apareció entonces Alba Torrens, estelar frente a Montenegro y con la muñeca a punto desde la línea de tres. Encontró la mallorquina una buena aliada en Luci Pascua, muy guerrillera en la bombilla, poderosa en el rebote y cuya contribución fue determinante para que España se marchase al descanso con 31-37 a su favor. En el tercer cuarto, Polonia imprimió más voltaje, arropada por su público y apoyada en una sensacional Kobryn (20 puntos y 13 rebotes), una torre de 1,93 que complicó sobremanera a las españolas con su envergadura y sus penetraciones a canasta.

Pero no se amilanó España, encomendada a la conducción de Silvia Domínguez y, sobre todo, el acierto de Torrens, a la que no lograron echar el lazo las polacas y que se desinflaron en la fase decisiva del envite. Intentaron reengancharse a través de Zurowska, que anotó un triple descomunal correspondido, en el aro contrario, con otro soberbio de Aguilar. Abrió brecha España y ya no se detuvo. Inicia la segunda fase.