Son cuatro las corrientes discrepantes en el PSUC

Anoche los delegados al cuarto congreso del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) estaban procediendo a la elección del nuevo comité central del partido cuya ampliación en número de miembros es segura. Paralelamente a las sesiones del congreso fueron remitidas al comité central dos importantes cartas cuya existencia y contenido fue comunicado a EL PAIS por fuentes directas.

Una de estas cartas es suscrita por la agrupación de trabajadores de la Administración Pública del PSUC, la cual se muestra contraria a la posible entrada de Albert Calderó en el comité central del PSUC. Calderó pertenece a la tendencia «socialdemócrata»,La otra carta está suscrita por el «leninista» Francisco Frutos, secretario de organización de Comisiones Obreras de Cataluña, y en ella Frutos expresa su voluntad de no tomar parte en el congreso ni formar parte del nuevo comité central. Un dirigente del PSUC señaló a EL PAIS que con ello Frutos protestaba por el «pasteleo» habido a la hora de elaborar las listas de candidatos a la nueva dirección. En la actualidad ya no existe en el PSUC solamente una discrepancia entre «bandera blanca» e «históricos», sino, que por lo menos están plenamente presentes cuatro corrientes. De derecha a izquierda son las siguientes. En primer lugar la «bandera blanca» cuyo principal exponente es Jordi Borja. A continuación se encuentra la corriente «eurocomunista pura», sin duda mayoritaria y que en definitiva corresponde a la inmensa mayoría de la dirección del partido. La tercera corriente es denominada «histórica» y sus principales dirigentes son el secretario de organización del PSUC, Josep Serradell -conocido con el nombre de guerra de «José Rornán- y Margarita Abril. La cuarta corriente -que en el pasado se confunsió con la «histórica»es la «leninista» o «pura» y sus principales dirigentes son los jóvenes cuadros del PSUC que resultaron vencedores en la segunda conferencia de militantes de Barcelona. como Antoril Luchetti, Andreu Claret, Leopoldo Espuny, José Rodríguez Rovira, Manuel Vázquez MonItalbán, Francisco Frutos y numerosos dirigentes de Comisiones Obreras. Las cuestiones más polémicas de este congreso son: la existencia de sindicatos profesionales unitarios al margen de Comisiones Obreras y apoyados por el PSUC, los acuerdos de la Moncloa y, en un muy segundo término, las relaciones entre el PSUC y el PCE. De los tres ternas, el que es objeto de mayores discrepancias es el de los sindicatos profesionales unitarios, los cuales son critica dos con auténtica ferocidad por los sectores obreros y los «leninistas», radicalmente fieles a Comisiones Obreras. La intervención más significativa del congreso la protagonizó el «leninista» Antonio Luchetti. Hablando en nombre de la federación centro de Barcelona aludió a la «valoración excesivamente triunfalista de los acuerdos de la Moncloa» y, afirmo «que las contrapartidas populares de dichos acuerdos «sólo se conseguirán mediante movilizaciones de la clase obrera». La parte final de su intervención fue sorprendente: afirmó que su delegación había aprobado por unanimidad el que se recordara la figura del prirner secretario general del PSUC, Joan Comorera, quien fue excluido, a finales de los años cuarenta, del PSUC acusado de «titismo» y de nacionalismo pequeño burgués.